miércoles, 20 de enero de 2021

La vida en 2022

Nuevo bulo descubierto: circuló por redes sociales un cuadro del artista italiano Walter Molino de 1962, supuestamente llamado "La vida en 2022", que graficaría el cómo se vería la sociedad para ese año. En el cuadro se aprecia un montón de gente circulando por la calle en una especie de cápsula individual que les permite desplazarse y, a la vez, resguardarse de la intemperie. Si bien, en el cuadro, las cápsulas simulan un escenario distópico en el que cada cual circula sin interferir con el otro, Molino no lo pintó con el motivo de predecir ningún futuro pandémico. Solo ilustró una posible solución a la congestión del tráfico en las ciudades. El cuadro en cuestión ocupó la contraportada de la revista italiana La Domenica del Corriere. En aquella contraportada, se incluía un texto en el que aseveraban que el problema del tráfico en las ciudades se podría solucionar con los vehículos imaginarios pintados por Molino, a los que llamaron "singolette", descritos como "pequeños coches que llevan al pasajero de a pie, lo aíslan del exterior y ocupan poco espacio". Se quiso plantear que esos singolettes serían algo así como el automóvil del futuro en el mundo del coronavirus, un automóvil autista, estrecho y económico en el que todos y cada uno se movilizan libremente, y por sobre todo, a salvo del inminente contagio. Algo así como una extensión de la mascarilla o del escudo facial . En todo caso, y pese a ser un bulo, no sería del todo descabellado plantear la fabricación de esta clase de automóviles, dibujando una atmósfera tipo Black Mirror o Philip Dick. Pese al costo implicado, se evitaría el problema de las cuarentenas indefinidas y se cortaría de raíz el problema de las aglomeraciones. Además, sería una forma revolucionaria de constatar que el arte, por muy surrealista que parezca, puede, no solo satirizar, sino que incluso subvertir la realidad histórica, y la tecnología se volvería, a su vez, el dispositivo mediante el cual se puede materializar el ensueño o la imaginación, acorde a unos tiempos críticos, cada vez más impredecibles e impenetrables en su devenir frenético.