jueves, 25 de agosto de 2022

Todos los ojos del mundo puestos en Chile, ¿Quién vigilará a los vigilantes?

“Todos los ojos del mundo y las esperanzas puestas en Chile”, mencionó el actor Mark Ruffalo. “El pueblo de Chile está brindando una hoja de ruta para el resto del mundo”, había twitteado previamente, la activista política Rania Batrice. Estas frases parecerán simples muestras de apoyo al plebiscito de salida, pero conviene leer entre líneas con la mirada al estilo de la película They Live: develar el velo, revelar lo connotado. Los ojos del mundo puestos en el país tienen una fuerte carga simbólica y conspirativa, sobre todo y considerando el significado político de los ojos cegados durante la asonada del "Octubre rojo" chileno. Podría evocar perfectamente una visión orwelliana, un “ojo que todo lo ve” en la línea del Delta luminoso, el Ojo panóptico o el Ojo de Ra. El imaginario ocular relativo a todo el proceso de insurrección vivido desde el 18/10 hasta la actualidad está muy patente, y puede que esa señal remita, para los entusiastas, en un “despertar de la consciencia”, en una “nueva mirada para un nuevo Chile”; o, por el contrario, para los escépticos, en una reestructuración completa del sistema (un “Reset”) hacia un estado de control e hipervigilancia global que tendría, nuevamente, su centro de experimentación en nuestra patria. Se juega algo decisivo el 4 de septiembre. Todo es incertidumbre y expectativa. Y no deja de ser significativo que alguien, desde afuera, nos esté mirando, porque esa visión decidirá, de una u otra forma, el destino de nuestras latitudes, de aquí al futuro. “Alguien” nos está observando. “Ese alguien” es un alguien que nos espía, y la pregunta que permanece sin respuesta sigue siendo la locución latina del poeta Juvenal: "Quis custodiet ipsos custodes", ¿Quién vigilará a los vigilantes?

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