martes, 12 de noviembre de 2024

Nunca antes había terminado tan en buena con una polola, al punto que, después de pasado un tiempo prudente, seguimos hablando con mucha normalidad, sin ninguna clase de rencores. Eso que podrá parecer anodino para algunos, para mí resulta todo un hito, una hazaña personal, un precedente positivo, que nunca antes había experimentado, muy acostumbrado a los términos abruptos, caóticos o al adiós definitivo (solo recuerden, los que saben, mis últimas andanzas). Hay todo un arte en el término armonioso, hay toda una parsimonia y una virtud. ¿Será, sencillamente, porque ya tuve suficiente amor y no quiero más guerra?