viernes, 12 de febrero de 2021

La historia de "La Maje", La viuda negra de Valencia

María Jesús Moreno, “La Maje”, es una joven enfermera española que ha sido ampliamente conocida por planear el asesinato de su esposo, el ingeniero Antonio Navarro. Pero lo interesante es que ella solo sería la autora intelectual, porque quien se ensuciaría las manos sería su amante, Salvador Rodrigo Lapiedra. Este acabó cumpliendo los caprichos de La Maje, asestándole más de seis puñaladas al ingeniero en un garaje en la ciudad de Valencia. Supuestamente, tras el crimen, el amante la “salvaría”, paradójicamente, de una relación tóxica con Antonio. Una vez consumado el hecho de sangre, y en total coordinación, Maje y Salvador acordaron juntarse para deshacerse del cadáver. Todo esto sucedía, en paralelo, mientras Maje terminaba de encamarse con otro amante que ella tenía. Salvador, en tanto, no estaba enterado de que su amada Maje tenía otros amantes aparte de él. 

Según consta en las declaraciones y en los mensajes recuperados durante la investigación policial, Salvador y Maje tenían bastante comunicación, incluso durante el matrimonio de ella con Antonio. Sin embargo, Salvador estaba convencido de que ella se iría con él y formarían una nueva vida juntos. En cambio, Maje le hacía creer a Salvador que era el único, cuando ella había intimado por lo bajo con hasta con tres hombres más. Definitivamente, y de acuerdo a los relatos aportados en juicio, La Maje había conseguido manipular a Salvador mediante el ardid del sexo y la promesa romántica, con el fin de deshacerse de su marido y vivir en plena libertad. (La infidelidad de la Maje habría sido uno de los detonantes de ruptura). Salvador confesó frente a todos su crimen y también afirmó el hecho de que estaba profundamente enamorado de Maje, motivo por el que no logró dimensionar el daño que iba a causar. Salvador, aun teniendo una pareja y una hija, había sido engatusado por las artes seductoras de la Maje y acabó por caer en la tela de araña de la viuda negra, todo lo cual le valió el apodo de “el asesino pagafantas”. 

Posterior al crimen, la farsa de la Maje continuó. Ella asistió al funeral de Antonio, leyendo frente a todos una dolorosa declaración de amor. Mientras tanto, Salvador quería a toda costa concretar su relación con Maje, llevándola a otro plano. Maje sabía del amor que Salvador sentía por ella, por eso mismo, era totalmente manipulable. Le llegó a confesar a una amiga que este hombre le daba asco, pero le había sido útil. Pasaron los días y la vida sexual de la Maje siguió, volviéndose a encamar con otro de sus amantes, a la par que mantenía completamente controlado a su esclavo y sicario Salvador. 

Todos comenzaron a sospechar respecto a la actitud de la Maje. Se mostraba muy fría y apática. Entonces, las investigaciones policiales poco a poco apuntaron a su círculo cercano. Sospecharon de alguno de sus amantes, hasta descubrir su relación extramarital con Salvador. A partir de ahí, sería cuestión de tiempo para revelar el plan que habría llevado a Antonio a la muerte. Por supuesto, y fiel a su psicopatía, Maje culpabilizó de todo a Salvador, negando sentirse enamorada de él. Salvador, en cambio, totalmente ciego, se responsabilizó de todo. Una vez que la situación empeoró, es convencido pronto por su hija y su señora para culpar a Maje, diciendo que ella era el cerebro tras la horrorosa muerte. 

Durante el juicio, se logró comprobar la hipocresía de la Maje y se acreditaron los hechos relatados por Salvador, quien declaró mediante un total arrepentimiento de sus actos. Se les condenó a prisión. Maje servirá 22 años. Salvador, 17. Los móviles del crimen también quedaron aclarados: el dinero por viudez y las ansias de una vida alocada en libertad. Todo eso le costó muy caro a la viuda negra de Valencia. 

Incluso en prisión, el carácter bizarro de la Maje no deja de sorprender. Continúa utilizando el sexo como moneda de cambio entre los reos, con tal de conseguir beneficios. Hasta se llegó a emparejar con un amante pederasta. 

Tal como la viuda negra que al aparearse enreda al macho entre las telas y se lo sirve de banquete, así mismo, la Maje se aparea con los hombres y luego los devora, los manipula o derechamente los liquida.