domingo, 15 de mayo de 2022

“En términos posmodernos, con la caída de los “grandes relatos”, las grandes batallas ideológicas, la historia explota y solo queda recoger sus vestigios. Estos son apropiables a discreción; cada uno toma su pedazo, arma su propio story telling, en palabras de Giglioli: “Abandonada a sí misma, la historia es propietaria y totalitaria de nacimiento”. Nadie con buen corazón pretende deconstruir la historia de la víctima, solo nos queda: “Escuchar compungidos o vérnoslas con el sentido de culpa y la reprobación universal”. La víctima sabe esto. En tiempos de la grandilocuencia moral, de la competencia desesperada por la bondad (otra forma de identidad más), el famoso “buenismo”, el que compadece, el narcisista dueño de la piedad, exulta de gloria y satisfacción; la calidad de sus buenos sentimientos son tan irrefutables como el padecimiento de la víctima. Negocio redondo”. La víctima, Gonzalo Contreras (fragmento)
La gran derrota del Transhumanismo tecnocrático a futuro será, a mi juicio, la literatura. ¿Podrá acaso este ejército de transhumanos y posthumanos mejorados mediante la tecnología emular o superar a un Homero, a un Dante, a un Cervantes, a un Shakespeare o a un Goethe?