jueves, 26 de mayo de 2022

Odi et amo, versiones.

Hay tres traducciones elegidas para el clásico poema de Catulo, “Odi et amo”.

La primera versa: La odio y la amo. Que cómo lo hago, quizá me preguntes. No lo sé, pero así siento y es esa mi cruz.

La segunda versa: Odio y amo. Quizás te preguntes por qué hago esto. No sé, pero siento que es así y me torturo.

La tercera versa: Tú me preguntas por qué yo odio y amo, mas lo ignoro y me atormenta sentirme así.

Yo propongo mi propia traducción personal: La odio y la amo. Quizá me preguntes por qué. No lo sé, pero así lo siento, y esa es mi cruz.
“La única forma de preservar nuestra civilización es derrotando a Putin lo antes posible”, dijo el magnate George Soros. ¿Cómo es que el único capitalista defendido por los progres, enemigo de la denominada “ultraderecha” internacional, ahora se plante en contra de Putin, líder de la madre Rusia, ex Unión Soviética? No es muy difícil de comprender. Solo basta con situar a Soros en el sitial que siempre le correspondió: no el de la izquierda clásica, ni mucho menos el de la revolución marxista, como era entendida en su momento, sino que en el de la especulación financiera a gran escala, con tendencia liberal y progresista, bandera tomada, hoy por hoy, por las izquierdas posmodernas del mundo.
Zelenski ha arremetido contra Henry Kissinger por proponer que Ucrania ceda territorio a Rusia. “Parece como si tuviera 1938 en su calendario”, dijo el presidente y ex comediante. A él se le están subiendo, al parecer, los humos a la cabeza, contradiciendo a sus propios jefes. Ya vemos, como decía Roberto Bolaño en Los detectives salvajes, que todo lo que empieza como comedia termina como tragedia, o como película de terror, o marcha triunfal, o misterio o responso en el vacío, y Zelenski ha llevado su humor geopolítico a un nivel pocas veces visto en la historia contemporánea.