sábado, 27 de noviembre de 2021

Facho pobre, Daniel Matamala (extracto)

"Para Herbert Marcuse, el socialismo “presupone un tipo de hombre con diferente sensibilidad y conciencia: hombres que hablarían un idioma diferente, tendrían diferentes gestos, seguirían diferentes impulsos; hombres que han desarrollado una barrera instintiva contra la crueldad, la brutalidad y la fealdad”.

En Chile, la revista Ramona, del PC, destacaba que “el hombre nuevo del socialismo será aquel que haya desterrado la competencia de su trabajo por la armonía, cooperación y solidaridad, y conseguido una superior elevación moral y una mayor elevación y diversificación espiritual, un mayor desarrollo y perfección física”.

A ese futuro esplendor se oponía el prosaico presente de unas masas alienadas por la religión (“el opio del pueblo”), el entreguismo y los “yanaconas”, traidores que trabajaban contra los intereses de su propio pueblo.

Esta superioridad moral no es exclusiva del marxismo. Aparece también bajo distintos disfraces en el progresismo contemporáneo. La cultura “woke” diferencia a quienes ya “despertaron” para ser conscientes de temas como el racismo, el feminismo, la discriminación o el cambio a climático, frente quienes aún “duermen”.

50 años de Tarkus, de Emerson Lake and Palmer

El álbum definitivo de Emerson Lake and Palmer cumple 50 años, "Tarkus", la obra maestra del super trío nivel dinosaurio, con Greg Lake, de King Crimson; Keith Emerson, de The Nice; y Carl Palmer, de Atomic Rooster. En Tarkus, vemos una "obra bisagra", entre el rock clásico y el progresivo, la amalgama perfecta entre el virtuosismo de la música clásica y la potencia del creciente rock de los setenta. Un disco conceptual de proporciones épicas, en una época donde las grandes producciones conceptuales como Close to the edge, Dark side of the moon o Tommy reinaban sobre el mercado y el imaginario musical. Era el reino de lo analógico en que el Long Play se prestaba para la creación de piezas sublimes llevando el rock a su siguiente nivel, a su evolución progresiva, de la mano de la perfección técnica y una estética que comulga con el arte, la literatura y la plástica. Qué tiempos aquellos en que los discos conceptuales se dejaban leer como novelas musicalizadas. Eran tiempos en que la psicodelia y la inquietud cultural llevaban a sus creadores a profundizar en las ideas y los conceptos, plasmándose en estructuras que buscan superar la barrera del tiempo. La pista que da nombre al disco, Tarkus es una suite de más de veinte minutos que relata la lucha entre un héroe mezcla de tanque con armadillo, como representante de la paz y la sabiduría, contra varios enemigos de carácter infernal. El archivillano aquí es la manticora, criatura de la mitología persa que es un león con cabeza humana, la cual aparece en acción en la quinta parte de la suite, y contra todo pronóstico, vence al héroe que, a pesar de la derrota, deja tras de sí una estela de esperanza, una majestuosa prueba de estoicismo. Tarkus pierde, pero su batalla se redime, porque las fuerzas de la vida se nivelan, porque belleza y la imaginación siempre volverán para conquistar el poder, en un escenario cada vez más apocalíptico. Sin duda, a cincuenta años de este disco, su mensaje sobrevive en todas las mentes melómanas, con la inteligencia, creatividad y ambición de su música.