martes, 22 de agosto de 2017

Un compadre en una esquina bajo Falabella, sentado solo, mientras llovía, cantando un tema de Germaín de la Fuente con micrófono. Pasaban frente a él un par de parejas con paraguas. El tarro de la limosna se llenaba más de agua que de monedas. Sin embargo, lo aplaudían igual. Algunos llevan el invierno en el corazón.
Definiendo el dadaísmo en la mañana, una de las definiciones anotadas en la pizarra era la de "rebelarse contra lo establecido". De repente una alumna de las que se sientan al frente preguntó por el verbo. Dijo que estaba mal escrito. Ella tenía entendido que el verbo descrito se escribía con v. Sus amigas al frente también la apoyaban en un principio. Le hice saber que el verbo en la pizarra hacía referencia a oponer resistencia contra algo, no a descubrir algo oculto, en cuyo caso debería ser como decía ella, "revelar". La chica seguía confiada en que el verbo debía escribirse con v, y no con b. Hasta que una amiga suya buscó la palabra en internet, y la desmintió, señalando la diferencia entre rebelarse y revelarse. Una homologación en el sonido, mas una diferencia sustantiva en el significado. Palabra contra palabra, la propia chica había puesto en práctica el verbo que negaba. Sin quererlo, se había rebelado, haciendo de su propia duda un acto dadaísta. De ese modo, se puso a escribir en silencio, seguramente abrigando la paradoja de su inquietud gramatical.