jueves, 4 de junio de 2020

Piñericosa vírica: en la sesión de cambio de gabinete, el presidente parafraseó a Stefan Zweig, en particular, su libro “Momentos estelares de la humanidad”, el cual, según él, leyó muchas veces en su vida. De acuerdo a la sinopsis, el libro trata sobre varios hechos, tales como el ocaso del imperio de Oriente, con su signo más evidente en la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453; el nacimiento de El Mesías de Händel en 1741; la derrota de Napoleón en 1815; el indulto de Dostoievski momentos antes de su ejecución en 1849; y el viaje de Lenin hacia Rusia en 1917. Cada uno de estos momentos estelares -escribe Stefan Zweig- marcan “un rumbo durante décadas y siglos”. Por lo tanto, tenemos que para Piñera, el actual enclave también conformaría un “momento estelar de la humanidad”. ¿Hacia qué rumbo conduciría? No se sabe. Piñera tampoco pretende aventurar una respuesta. Solo constata el estado de cosas chileno con una referencia literaria al vuelo, para agregarle sublimación y trascendencia a un asunto que ya ha calado demasiado hondo, y que parece no trascender lo suficiente más allá de su propia crisis.