lunes, 31 de mayo de 2021

Antídoto kafkiano contra el populismo y la demagogia

“Un idiota es un idiota. Dos idiotas son dos idiotas. Diez mil idiotas son un partido político”.

"Toda revolución se evapora y deja atrás sólo el barro de una nueva burocracia".

domingo, 30 de mayo de 2021

Nihilismo escultórico posmoderno. Un artista vendió por 15.000 euros una escultura inmaterial, invisible, que no existe. Salvatore Garau, su creador, dijo: «Es un concentrado de pensamientos. El vacío es un espacio lleno de energía»
Acorde a los caóticos acontecimientos sociopolíticos de Chilito, propongo una fantástica y surrealista línea cronológica, con tal de aventurar una aproximación a nuestro tiempo histórico.

18/10/19 al 18/03/20 Era precovidiana de estallido o insurrección (según cómo se mire) – Convulsión máxima de las pasiones ideológicas de lado y lado; Piñera llama a combatir a un “enemigo poderoso e implacable"; preludio al advenimiento del Estado de excepción sanitario.

18/03/20 al 25/10/20 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario incierto; estallido social o insurrección “interrumpida” y preámbulo al proceso constitucional “cocinado” después del Acuerdo por la Paz celebrado durante la era precovid.

25/10/20 al 16/05/21 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario indefinido y rumbo sociopolítico hacia una Nueva constitución. Estallido social o insurrección continúa “interrumpido”, aunque latente. El covid se establece como coartada geopolítica. La carrera por la constituyente agudiza la confrontación y la división (tanto de izquierda como de derecha)

16/05/21 al presente Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario indefinido (con miras a volverse eterno) y triunfo de la facción independiente dentro de la Convención Constituyente. Muerte política de la derecha. Renacer de la izquierda “independiente”. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Chile se pone a la expectativa de la hoja en blanco, cual ejercicio mallarmeano (promesa mesiánica de por medio) mientras se vuelve –de manera subrepticia- el reflejo fractal de una agenda global.

No hay un retorno a la era precovid. Eso es lo único seguro.

sábado, 29 de mayo de 2021

Mosciatti: "Chile siempre se ha parecido a una probeta para laboratorio, esa que se usa para la experimentación, para los ensayos".

viernes, 28 de mayo de 2021

Aún me sigue dando vuelta ese casi 60% de personas que no votaron, ese enorme signo de interrogación que pena frente al triunfalismo constituyente. Ese enorme signo de interrogación debiera poder impedir, con un mínimo de honestidad intelectual, que algunos sectores sigan presentando SUS particulares propuestas como “lo que Doña Juanita quiso”. Por lo menos, deberían tener el 50 por ciento más uno, si así fuera el caso, pero no.

En ese casi 60% hay, contra todo pronóstico, un potencial enorme y desconocido. Un potencial no se sabe de qué. Y no conviene engañarse. No es solamente gente nihilista, que no “está ni ahí”, que prefiere que todo se venga abajo, el “idiota” puro y duro. Hay muchos otros, que tal vez no se interesaron por esta elección en específico para dar un voto de castigo, o que no se interesaron en esta elección, pero que no significa necesariamente que no se interesen en las elecciones en general. Existen muchas posibilidades dentro de este espectro y, en cierto sentido, esta masa desconocida, tanto en calidad como en cantidad, posee ese mismo grado de indefinición equiparable a lo que fueron los mismísimos independientes en un principio: nadie sabía cuántos eran, ni quiénes eran, no obstante, acabaron produciendo un cataclismo político de proporciones ¿qué puede esperarse, entonces, de esta masa gravitante de abstinentes, que es mucho más grande que la de los autoproclamados independientes? Porque, cabe volver a recordar que los independientes fueron una mayoría solo dentro de la minoría que votó.

Ahora ¿qué podría pasar si una minoría dentro de esta gran mayoría que no votó, entrara al escenario? Eso, asumiendo que, pese al voto obligatorio, solo unos pocos se dignen finalmente a participar. De todas formas, en ese puro acto de participación se podría, eventualmente, cambiar drásticamente el panorama, o no. Quién sabe. En suma, los que dicen que ya está todo cocinado, están equivocados, porque, en realidad, y gracias a los benditos “idiotas”, nada está asegurado todavía en Chile en un sentido u otro. Y mejor que así sea. Solo pesa sobre las cabezas de nuestros constituyentes y de los pocos escépticos que nos mantenemos al margen, una fuerza nebulosa sin suficiente dirección que no promete nada, que abre la inmensa posibilidad a la teoría del caos (no en su sentido de desorden, a lo sumo, en su sentido de incertidumbre).
Si lo que lees no te permite superar tus prejuicios y esquemas preconcebidos ¿para qué lees lo que lees?

jueves, 27 de mayo de 2021

“Eumeswill”, o el sueño del anarca

Este texto de Milagros Mata Gil se publicó por primera vez en Prodavinci el 16 de febrero de 2013.



Ernst Jünger, escritor, filósofo, novelista e historiador alemán.

“El paso más rudimentario hacia la libertad

es liberarse de toda servidumbre política”.

Ernst Jünger

Un anarca no es un anarquista. Es alguien que rescata la soberanía individual. Citando a Benjamin Tucker, pensador del siglo XIX: Si uno tiene el derecho de gobernarse a sí mismo, todo gobierno del entorno es una tiranía, es decir, aunque tiene muchas variantes, la concepción del anarca preconiza un equilibrio entre libertad y orden. El pensamiento anarca (que se opone al de anarquismo) influyó grandemente en otros pensadores, entre ellos Friedrich Nietszche. De allí lo toma y lo modifica Ernst Jünger, en su magnífica novela Eumeswill, publicada en 1977.

El asunto de la novela es muy claro: en un futuro sin fecha, el viejo orden mundial ha estallado en millares de ciudades-estado. Eumeswil, situada en algún lugar del Norte de África, está gobernada por un tirano llamado el Cóndor, que dirige los destinos de todos desde la alcazaba que domina la ciudad. El nombre deriva de Eumenes, diádoco de Alejandro Magno, y es posible que Jünger lo utilizara como metáfora de su propia biografía, pues, como él, Eumenes fue escribano y soldado.

En esta novela, un historiador, Venator, entra al servicio del tirano como servidor de la mesa, lo que le permite observar de cerca la conducta, los vaivenes ideológicos, las represiones y las angustias del mismo. Es preciso resaltar el carácter amo-siervo que preside la relación entre ambos personajes, pues esa servidumbre es lo que permite al sirviente resaltar su libertad de espíritu. Estar cerca del poder le permite observarlo, reflexionar sobre su condición y buscar la forma de sobrevivir bajo su dominio.

Jünger, como muchos intelectuales de su tiempo, fue afecto al nacionalsocialismo, y defendió muchas de sus posiciones. A partir de 1939, sin embargo, y viendo el uso que estaban haciendo los nazis de los planteamientos de sus obras, procuró marcar una distancia, que no fue suficiente para salvarlo del ostracismo que imponen, a veces, los que escriben las historias. En ese año publica Sobre los acantilados: una intensa narración en la que manifiesta su repulsa por los regímenes dictatoriales.

A diferencia de lo que les ocurrió a muchos miles de intelectuales de la época, su condición de militar profesional, y la protección que le brindó la Wermacht en los momentos más delicados, le permitieron permanecer en Alemania y salir relativamente indemne de la barbarie hitleriana. Personalmente, él evolucionó hacia un nihilismo a ultranza, manifestado en un exilio interior que se prolongó una vez finalizada la II Guerra Mundial, cuando fue sometido al humillante proceso de desnazificación. Hasta el fin de sus días vivió en Alemania del Este, bajo otra tiranía: la del comunismo.


En Eumeswill se prevé una época en la que el igualitarismo y los logros económicos del Estado, las variantes del socialismo, se van a imponer (por la fuerza si es necesario) sobre los derechos ciudadanos: va a imperar la inmemorial política del palo y la zanahoria en la que el palo estará forrado de seda y la zanahoria premiará a quienes vivan de acuerdo con lo que quienes mandan consideren políticamente correcto. En ese contexto, Eumeswill funciona como un tratado de filosofía política y un manual de supervivencia.

Pero es también un agudo análisis del papel del intelectual ante las tiranías o regímenes dictatoriales. El mismo Jünger, excelente escritor y claro pensador, tuvo que vivir la experiencia de estar cerca de un régimen de fuerza y brutalidad. Sin embargo, nada lo ha ubicado en el rol de perseguidor fundamentalista o policía ideológico. Es cierto que tampoco se le conocen actitudes en contrario. De hecho, se inventó una isla, se declaró anarca, y desde allí elaboró su pensamiento y su obra. Fue hasta el fin de sus días un hombre escéptico y sin ilusiones, un hombre distanciado de su sociedad, lo que le permitió mirar el mundo y mirarse a sí mismo. Fue un cazador de fenómenos sociales, como lo fue Manuel Venator (de allí el nombre) en la torre del Cóndor.

En la página que le dedican: www.ernst-juenger.org dice que la obra de Jünger puede servir como hoja de ruta hacia la libertad y el sentido en el paisaje social y espiritual de hoy, especialmente por medio de la figura del anarca: autónomo, pacífico e interiormente libre, a diferencia del anarquista.

Ciertamente, todas las personas tenemos que escoger en alguna oportunidad de la vida, cuál posición es la ética y moralmente correcta en política. Y en los intelectuales esta escogencia está potenciada por el ámbito de influencia que pueden ejercer. Es posible que el aislamiento no sea la mejor posición, pero es una, y es respetable. Lo que sí es preciso evitar es convertirse en perseguidores de todos los que piensan distinto. Y es en este sentido donde encaja la recomendación de la novela de Jünger (si la encuentran).

miércoles, 26 de mayo de 2021

Año Tres Mil (Introducción)

Un avance de la obra que el cuidador de autos prometió escribir:

Donde el ser humano nace para el espacio sideral… aprendiendo todo sobre la tierra y del ser humano… hhha electrónica… desde los 5 años para que cuando tenga 10 años ya tenga conocimiento… para ser astronauta.

Transcripción fiel del original.

Le pasaré 3001 Odisea final de Arthur Clarke. Aquí hay, sin duda, un intertexto involuntario.

martes, 25 de mayo de 2021

Stingo dijo en vivo que “los acuerdos los ponemos nosotros”. “¿Nosotros quiénes?”, le preguntaron. “Los que no somos de derecha”, respondió. “Nosotros vamos a decidir. Nosotros, los que representamos a la gente”. Si bien acierta en el hecho de que fue la izquierda del Apruebo la que obtuvo mayor número de votos para la Convención, aplastando con eso a una ya vetusta, anquilosada y agónica derecha, obvia el apabullante porcentaje de abstenciones producto del último proceso electoral. De ese modo, la representatividad que se arroga Stingo no es tal como la pinta, porque las cifras generales no la acompañan y se suma a otra de las tantas consignas, de los tantos comodines (la gente, el pueblo, las bases) que veremos circular de ahora en adelante en los debates con los constituyentes, esa suerte de “independientes” renovados, ahora devenidos “vengadores” de la “nueva política chilena” (y para ser honesto, con dos palos y medio al mes por escribir ¿Quién no se siente superhéroe?).

Ojo con las actitudes mesiánicas. Ojo con los evangelismos. Eso le da argumentos al otro bando para rebatir ciertos microfascismos (y con justa razón) en una Convención que se supone representativa (¿De qué? ¿De menos del tercio de la población?) y en donde supone todos tendrán que limar sus asperezas y dejar de lado sus diferencias, con miras a un proyecto común: nada menos que la nueva Carta Magna de nuestro Chile ready made, cuestión, claro está, ingenua, si hablamos de política pura y dura, sobre todo chilena, la cual se ha lucido tanto por sus maquiavélicos malabares, su redundante dialéctica de intereses creados, su horadada cáscara de probidad en tiempos cada vez más críticos.

"Qué aprovechará el hombre. La vida sin principios", Henry D. Thoreau (fragmento)

Uno vuelve de asistir al funeral de la humanidad para encontrarse con un fenómeno natural: una pequeña idea es sepulturera de todo el mundo

lunes, 24 de mayo de 2021

Cada vez más convencido de que el verdadero virus del pensamiento son las doctrinas. Siguiendo a ciegas a las doctrinas, se cae en una sociedad enquistada de dogmas, atrapada entre disonancias cognitivas, inoculando a cada momento sus propios sesgos de confirmación, ahogando el sistema inmune de la autonomía. El finado Maturana ya lo decía claramente: “las doctrinas son enemigas de la reflexión”.

domingo, 23 de mayo de 2021

No virus

¿Y si te dijera que nunca hubo un antes del virus

Que la normalidad pretendida

era igual de mórbida, solo que deambulábamos en ella,

anestesiados, plagados de ilusiones e hipocresías?

La división creada por el patógeno no es tal,

Siempre estuvo ahí, injerta en la mirada del extravío

estirando el elástico de nuestro maniqueísmo.

sábado, 22 de mayo de 2021

NO A LA DICTADURA SANITARIA 1984

Mientras un poco más del tercio de la población celebra el triunfo de los constituyentes, la Cámara de Diputados metió de manera subrepticia la nefasta política de control llamada "Carnet verde" que básicamente consiste en dividir a Chile entre ciudadanos de primera "vacunados" y ciudadanos de segunda "no vacunados". Hay que decir NO al control estatal, en nombre de una pretendida seguridad sanitaria. NO al liberticidio.

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Covid 19 y Wetiko

La pandemia mundial de coronavirus está reflejando— al igual que un sueño, donde el paisaje onírico exterior es una expresión simbólica del estado interno del soñador— un proceso inconsciente que está sucediendo en lo profundo de la psique humana.

Uno de los principales apodos de Jung para Wetiko fue la "psicosis totalitaria". El paisaje interno de la psique se refleja en el mundo externo, por ejemplo, a través de la tendencia inquietante e innegable hacia el totalitarismo, tanto en los Estados Unidos como en todo el mundo, con su centralización cada vez mayor del poder y el control. Cuando no estamos en contacto con nuestro poder creativo intrínseco, el poder externo del Estado está más que feliz de recoger nuestra agencia inconsciente para nosotros y usarla contra nosotros para sus propios fines. Si marginamos nuestra propia autoridad interna, soñamos con fuerzas totalitarias externas para limitar nuestra libertad y crear nuestra experiencia para nosotros, como vemos hoy en todo el mundo. En otras palabras, hay una correlación directa e inmediata entre lo que está pasando dentro de nuestra psique y cómo se manifiesta nuestra experiencia del mundo.

viernes, 21 de mayo de 2021

El cineasta iraní Babak Khorramdin fue asesinado y descuartizado por sus propios padres, según dice la investigación, debido a que permanecía soltero a los 47 años. Se trataría de un "asesinato de honor”. Sus padres no se arrepienten de nada. Si estos antecedentes se confirman, estaríamos ante otra víctima más del fundamentalismo religioso, pero, sobre todo, ante un verdadero mártir de la soltería, estado civil todavía estigmatizado al día de hoy, incluso en Occidente, en plena flor del progresismo. ¿Cuántos otros solteros tendrán que seguir callándose la boca, señalados solo por seguir su propio camino, o morir sacrificados, como carne de cañón, en nombre de esa insidiosa y vetusta institución llamada matrimonio?

jueves, 20 de mayo de 2021

Proyecto Marte

Según el libro “Proyecto Marte” (1952) del científico alemán Wernher von Braun, el padre de la cohetería, en el futuro la humanidad colonizaría Marte bajo las órdenes de un tal Elon. Sí, como el nombre del magnate sudafricano y rockstar de la ciencia. Un pasaje del libro reza lo siguiente:

Una vez instalados, se creó un gobierno marciano dirigido por diez hombres, cuyo líder fue elegido por sufragio universal durante cinco años bajo el nombre o título de Elon. Dos casas del Parlamento promulgaron las leyes que administrarían tanto el Elon como su gabinete.

La Cámara Alta fue denominada como el Consejo de los Ancianos y se limitó a nombrar a unas 60 personas, cada una de las cuales fue nombrada de por vida por el Elon como vacantes en caso de muerte.

Uno de las propuestas más ambiciosas de Elon Musk consiste precisamente en enviar una primera tripulación a Marte para el año 2024, a través de su Starship, cortesía de Space X. Musk, a propósito, se enteró de la referencia al libro de Von Braun a través de un usuario en twitter que posteó sobre él. Luego, el propio Musk publicó en su cuenta un estado escribiendo: Destiny, destiny/No escaping that for me.

Es posible que todo esto se trate de una mera coincidencia textual, un simple alcance de nombres y referentes, fruto de la ciencia ficción. O bien puede que sea interpretado como una profecía cosmonáutica de corte literario. Si fuéramos más lejos en la especulación, se podría incluso suponer que se trata de un plan ideado desde el siglo pasado, en plena carrera espacial durante la Guerra Fría. Pero eso ya sería mucho decir. Por lo pronto, se trata de una coincidencia más, una, entre muchas otras que se van sumando al gran cúmulo de misterios relacionados con ciertas figuras de la elite mundial, sus proyectos rimbombantes y sus tramas ocultas.

¿Llegará Musk a Marte antes que los marcianos lleguen a Musk?

Que la galaxia nos pille confesados.

Vivir la pandemia, pensar la pandemia, leer la pandemia, escribir la pandemia... En ese estricto orden (pandemia y crisis son intercambiables). 

miércoles, 19 de mayo de 2021

Elecciones constituyentes: el fracaso del modelo y la sociedad de los "idiotas"

Lo que ocurrió el fin de semana fue sin duda una bomba atómica para la derecha, con una amplia mayoría de constituyentes independientes y del ala izquierda de la política. Pero hay un antecedente mucho más estridente que los medios progres no han querido visibilizar, y es el hecho de que casi un 56,7% del padrón electoral se haya ausentado, restándose voluntariamente del circo del sufragio. Esto puede interpretarse bien como una desidia o como una repulsa. De todos modos, hay una realidad en esa ciudadanía, digamos, “idiota” (bajo su acepción clásica) que hace ruido y que no termina de cuajar en relación a ese falso optimismo de los constituyentes y también, en parte, al alarmismo catastrófico de los oficialistas.

Podría concluirse, a simple vista, que con esa dinámica de “desobediencia cívica” quedó aún más patente la gran fosa dentro de la cual se derrumba el modelo de Pinochet. Aquel milagro económico, asesorado por Milton Friedman y por Hayek, fue, de hecho, lo que acabó de agonizar con todo este proceso constituyente. En estrictos términos, las pensiones compulsivas, “privadas” que representaron el gran saqueo de Piñera y cia; la excesiva bancarización de Chile; el penalizar la evasión de impuestos; la persecución a las PYMES; el quiebre económico amparado por una verdadera Sociedad policial, donde es tan fuerte el rol de los carabineros que tienen pensiones de privilegio, una auténtica aristocracia uniformada, toda esta basura heredada de Pinochet, en mayor o menor medida, también defendida por sujetos como Kast, fue lo que falleció desangrado ese 16 de Mayo. Con el exiguo porcentaje de votantes y el escandaloso triunfo de la izquierda más progre en diferentes frentes, se demostró que la gente, en general, ya no cree en el verso del sistema y, por lo tanto, quienes lo siguen replicando, amén del oportunismo, están básicamente siguiendo un camino que ya no conduce a ninguna otra parte que a un despeñadero, porque su joya, su bastión conservador pseudoliberal ha sido, hace rato, deslegitimado ante el desencanto y el escepticismo.

Pese a todo ese diagnóstico sobre la catástrofe del modelo, tampoco es menos cierto que aquella gran masa “idiota” no votante constituye, a fin de cuentas, la verdadera mayoría de Chile. Y si nos remitimos nuevamente a las cifras, se puede aseverar que el tan mentado proceso constituyente (cuestionado, en un principio, como una “cocina” en pleno auge del estallido) NO ES TAN REPRESENTATIVO de la ciudadanía, como se pensaría, por la sencilla razón de que los números no lo acompañan. Vuelve entonces a penar una interrogante tan política como existencial ¿Quiénes son aquellos que no votaron? ¿Cuál será su trasfondo ideológico? ¿Su inercia tendrá un fundamento apolítico, apartidista, nihilista? ¿Habrán sido los mismos que se ausentaron del plebiscito de Octubre, intuyendo la farsa que se avecinaba? ¿O solo habrán sido votantes desencantados o arrepentidos a última hora con el show? Aquella gran masa ciudadana descontenta, mal llamada invisible solo por no jugar a este juego bienintencionado, adalid de cambios estructurales, se ha transformado en una realidad silenciosa para la opinión pública, una realidad que existe y que observa de soslayo el carro alegórico de la victoria de la democracia, a la cual se subieron oportunamente los “iluminados”, los portadores de la luz de la nueva política, de la nueva Convención constituyente (que no asamblea), tan independientes del propio sistema que los ampara como lo son de su vientre materno y de la tutela de sus padres.

Por ahora, el panorama aún se muestra incierto, expectante, pero incierto. De aquella convención aún no se comienza a gestar ninguna idea medianamente plausible, a lo sumo, embriones en potencia, envueltos de proclamas y promesas. Y ya vemos la efectividad que tienen estas proclamas y promesas en el inconsciente colectivo, y el desmadre póstumo que provocan. Por otro lado, el ala del gobierno se encuentra demasiado preocupada de su marchita reputación y su poco asertiva política del diálogo y las concesiones, que le valieron una humillación in situ ante medio mundo. Los más frustrados con la radiación nuclear del 16 de Mayo siguen siendo, sin duda, los sectores más conservadores de la derecha, aquellos que interpretan ese día como una masacre política, una derrota absoluta que solo puede llevar a Chile al apocalipsis (“el fantasma comunista”), instalando, de esa manera, la táctica del pánico para sublimar un sentimiento de cambio que ya se venía gestando a raíz de un desgaste y de una crisis institucional inminente, acarreada a partir de la transición a ninguna parte y la alegría que no llegó nunca durante años.

Crónica de la muerte anunciada de Chile, para los neoliberales. Crónica de la muerte anunciada del modelo, para los progresistas y la izquierda. De cualquier manera, la masa de los “idiotas” es un factor clave que continuará indeterminado, diverso en su desorganización y podría transformarse en un latente actor a futuro o en una fuerza en ausencia por oposición, porque en el fondo, ante el escenario que sea, sabemos de sobra que los políticos, su indeseable casta, siempre se las arreglará para salirse con la suya, y el poder, a la larga, solo se entiende con el poder, sea el idiota que sea (salvo muy contadas excepciones). Así lo manifiesta la memoria. Así lo manifiesta la historia. Solo esperemos que la idiotez no sea exagerada.

martes, 18 de mayo de 2021

Paños fríos: El fin de semana votó menos de la mitad de todo el padrón electoral (el 43,35%), muchos menos que para la elección de Octubre. Lo que significa varias cosas. Que hay una gran masa de gente que lisa y llanamente no quiso participar por abc motivo o bien que desconfía o no se sintió del todo representada en el proceso. Por ende, cualquier pronóstico político prematuro que se haga a raíz de esos datos duros es, a lo sumo, un aproximativo. Ahora, todos aquellos que se restaron de las votaciones, estando bajo su libre albedrío, pueden ser considerados "idiotas", pero en su sentido clásico, "aquel que se resta de la vida pública", aunque no necesariamente "idiotas" en su sentido moderno.
¿Quién no ha optado por un prudente silencio antes que por la cháchara, la monserga y la confidencia vana de sofistas y fariseos? ¿Quién no ha sufrido secretamente, en cambio, ante la indolencia callada de aquello que se desea? Porque también existen silencios entre los silencios, pero es muy diferente el silencio del que escucha al del que no escucha. Para quienes no se respetan, al dejarse de escuchar, el silencio siempre será el lenguaje de la confabulación.

domingo, 16 de mayo de 2021

Raúl Zurita: “¡Cada voto es un piedrazo al corazón del sistema!”. Eso, suponiendo que cada voto vaya dirigido, no de forma simbólica, sino directamente al pecho de cada candidato elegido.
Al ir a votar, Piñera pegó la estampilla en la papeleta con su propia saliva. Muchos tomaron esto a la chacota, pero no alcanzaron a leer la connotación que hay detrás de ese gesto. Se trata del simple y categórico hecho de que el poder puede desafiar el sentido común y hasta el sentido del ridículo, realizando un acto tan inútil como pasarle la lengua a un adhesivo, sin que eso le reporte ninguna clase de vergüenza, o directamente, sacándose la mascarilla, sin que eso constituya peligro alguno para los vocales, volviéndose, una vez más, el hazmerreír de una ciudadanía obediente, contagiada de impulso cívico, durante un fin de semana en que convenientemente se relajaron todas las medidas restrictivas a las libertades. Solo Piñera puede darse el gusto de ser estúpido en toda regla, ser odiado por la mayoría y aun así formar parte del proceso que él mismo contribuyó a estimular, posterior al estallido y al cuestionado Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.

jueves, 13 de mayo de 2021

Manifiesto. Peligros y oportunidades de la megacrisis. Gastón Soublette (extracto)

En mis diálogos con marxistas chilenos he captado que les cuesta entender que el marxismo y el capitalismo, a pesar de sus diferencias y desde cierto punto de vista, es posible afirmar que ambos pertenecen a la misma matriz originaria de pensamiento, es decir, por sus últimas causas ambos son expresiones de una misma cosmovisión. Comparten una misma concepción materialista del hombre y su destino, así también una misma concepción de la función consciente humana y del conocimiento que en ella se genera, vale decir, que el hombre es el sujeto y el mundo es el objeto. El sujeto habita el mundo y lo conoce mediante un saber que ejerce un dominio sobre las cosas conocidas para sacar provecho de ellas. Todo ser vivo usufructúa de su entorno natural, pero vive en la seguridad vital de que él pertenece al mismo orden en que está inserto; en tanto el hombre, guiado por un pensamiento disruptivo, expulsa de su mente la sabiduría integradora original para singularizarse en una existencia autocreada que interfiere el orden dado y termina causando grandes males a la organización de la vida planetaria.

Tanto para el marxismo como para el capitalismo, el fundamento de la cultura humana es económico, esto es, que el pacto social resulta de cómo los hombres se organizan para producir, por eso los conceptos de recursos naturales y recursos humanos pertenecen a la civilización global que homologa a ambos regímenes, y el materialismo que subyace en esas denominaciones es el mismo, formulado filosóficamente en uno, e implícito como actitud en el otro. Que en un régimen haya propiedad privada, lucro y acumulación de capital y en el otro no; que en uno el explotador sea el Estado y en el otro una empresa privada, nada de eso cambia la matriz común, cuyo sello conclusivo ineludible que la caracteriza es la desmesura, el gigantismo, producto del saber de dominio que los iguala en la base, y que ha resultado ser el distintivo más característico de la cultura occidental moderna y de toda civilización que haga suyos aquellos patrones de pensamiento y de conducta.

Llegar hasta el punto de vista en que cosas que en apariencia son muy diferentes puedan ser homologables en sus fundamentos por ser un mismo tipo humano el que las concibe y realiza, producto de la cultura tradicional en que todos hemos sido formados, sumado al estallido social de octubre de 2019 en Chile, podría dejar en evidencia que esas manifestaciones, sus movilizaciones masivas, su abultada lista de demandas y su ola anárquica de destrucción, por muy audaces que parezcan, siguen sustentadas por la misma matriz de esta civilización con su inevitable estructura de sociedad dominadora, pues conocer el mundo mediante un saber de dominio, limitar la psique humana a su sola facultad pensante orientada únicamente hacia lo útil y provechoso, dondequiera que se halle ese tipo humano y cualquiera sea el régimen en que actúe, el resultado de sus actos será siempre el mismo.

En el caso de los partidos políticos cuyos adherentes todavía creen en la posibilidad de implantar el marxismo, parece que aún no caen en cuenta de que el ejercicio del poder, cualesquiera sean los criterios con que se haga, implica hacerse cargo del muerto, el mismo que desde la Segunda Guerra Mundial empezó a entrar en agonía. Y ese muerto, con un régimen u otro, a estas alturas de la historia es igual en todas partes, y cada vez son más los que se dan cuenta de que ya no queda vida en él.

miércoles, 12 de mayo de 2021

George Orwell: «Si quiere una imagen del futuro, imagine una bota pisando un rostro humano»

martes, 11 de mayo de 2021

Revolución molecular

El concepto de la Revolución molecular ha salido a la palestra luego de que Álvaro Uribe lo mencionara para describir el “estallido social” ocurrido en Colombia. Inmediatamente, gracias a la prensa y las redes, aquel concepto fue asociado al espectro de la ultra derecha, ya que Uribe lo tomó prestado de Alexis López Tapia, un intelectual chileno considerado “neonazi”.

Lo que no se advirtió, en primer término, fue que lo de la Revolución molecular tiene su verdadero origen en los planteamientos teóricos de Felix Guattari, quien, de hecho, tenía un libro con ese mismo nombre. En este libro, Guattari explicaba específicamente que “los cambios sociales en el futuro serán absolutamente inseparables de una multitud de revoluciones moleculares”.

En definitiva, estaba previendo que la forma de la lucha política ya no iba a ser “molar”, a la manera de la revolución comunista clásica, con una masa unificada y un proyecto centralizado a gran escala, sino que iba a ser “molecular”, es decir, con una gama de distintas causas accionando desde diversos frentes, sin un aparente orden y relación, pero que acaban articulándose en medio del caos, para constituirse en un cúmulo de fuerzas revolucionarias ("No hay tiempo para la espera o para el temor, hay que buscar nuevas armas"). Si hubiese que establecer un parangón, la Revolución molar sería algo así como la llamarada de una hoguera, con una dirección ascendente, y la molecular, un cortocircuito con múltiples chispas que no paran de estallar hacia todas partes.

Como queda en evidencia, lo que Guattari describió en su libro fue usado sagazmente por el oficialismo colombiano, para poder comprender y digerir el fenómeno de los “estallidos” ocurridos en diferentes latitudes. Así, por ejemplo, se equipara lo de Colombia con la rebelión de Ecuador, con el movimiento Black Lives Matter en USA y, sin ir más lejos, con el 18/10 chileno. Todas estas luchas progresistas formarían parte de una Revolución molecular surgida de manera programática, para “desestabilizar las instituciones y tomar el poder, con la excusa de un nuevo orden de cosas”, a decir del propio Uribe, interpretación que, en todo caso, contradice los propios términos de Guattari, al dotar de un propósito unitario a algo que parece no tenerlo y cuya espontaneidad conformaría su carácter. Sin duda, podemos decir que Guattari fue realmente profético en su visión sobre las luchas del presente, a tal punto que hasta la propia derecha tuvo que hurgar en su marco teórico para no sentirse sobrepasada, totalmente inerme, en el marco de la batalla cultural.

Sobre la cancelación a Richard Dawkins

Si bien Dawkins peca de soberbia con su ateísmo militante y su tesis positivista respecto al carácter de las religiones, el hecho de que haya sido castigado por un dicho de twitter resulta doblemente soberbio, un tweet en el cual Dawkins se limita a afirmar un disenso con respecto al tema de la condición trans, y en el que incluso concluye invitando a discutir dicho tema, cuestión que al parecer ya no se admite en las redes sociales, muy acostumbradas a reaccionar con el sistema límbico o el algoritmo panóptico. ¿Hay acaso incitación al odio en el simple disenso?

Dos consideraciones sobre este punto:

1.- Por un lado, retirar un premio de manera retroactiva, haciendo un juicio sumario sobre un conjunto de declaraciones sin posibilidad de réplica, es francamente orwelliano.

2.- Por otro lado, retractarse sobre sus dichos, señalando que tampoco era su intención aliarse de ninguna manera con los fanáticos republicanos en Estados Unidos, acabó siendo una actitud poco congruente con su propio espíritu escéptico, además de hipócrita, desviando el asunto al plano político. Al parecer, para Dawkins, solo existen fundamentalistas cuando se trata de religión.

domingo, 9 de mayo de 2021

¡Vienen por tu cerebro!

En Johnny Mnemonic de William Gibson, había gente con implantes cerebrales usados para ser meros traficantes de datos gubernamentales o corporativos. ¿Cómo hacían esto? Llevaban espacio en su disco duro cerebral en donde guardaban información confidencial a la cual ni ellos tenían acceso. En suma, una conciencia encriptada. Desde el Paleolítico que unos someten a otros, de acuerdo a un poder ejercido. Primero, los descubridores del fuego. Luego, los inventores de la pólvora, los descubridores de agujeros negros, los creadores de algoritmos digitales. Y suma y sigue. El control de la consciencia adquiere formas cada vez más sofisticadas, en consonancia con el progreso acelerado de la tecnología. Hoy es la pretensión del absolutismo global. Mañana, será el sueño húmedo de los tecnópatas. El chip neuronal de Elon Musk podría ser el dispositivo del control futuro, tal como lo escribió William Gibson. Los corderos analógicos de nuestra sociedad, ciudadanos de a pie, serían aquellos que alimentarían a sus lobos, los fascistas positivos.



jueves, 6 de mayo de 2021

Advertencia al lector

"Nada hay tan bien dicho que no pueda ser mal interpretado" Pedro Abelardo (Apología contra Bernardum)

miércoles, 5 de mayo de 2021

Neuroderechos para un Chile transhumanista

Se aprobó en el Senado una ley de protección de “neuroderechos”, impulsada por Guido Girardi. Sí, tal como suena. La iniciativa está contemplada dentro de un programa más amplio de protección de la integridad mental de las personas, surgida en la comisión Desafíos del Futuro. ¿Cuáles son los puntos de esta ley de protección? Pues son en total cinco los “neuroderechos” que serían garantizados, por supuesto, en nuestra futurista Nueva Constitución, ante el avance inminente del transhumanismo a nivel mundial.

El Dr Rafael Yuste, profesor de ciencias biológicas, líder en la materia, propuso cinco puntos: la protección a la identidad personal (prohibir que la tecnología altere el concepto del sí mismo), la privacidad mental (mantener la privacidad de los datos obtenidos a través de la actividad neuronal), el libre albedrío (conservar el control absoluto de la voluntad), contra los sesgos (utilizar medidas para combatir sesgos algorítmicos) y al acceso equitativo (establecer pautas que regulen el desarrollo y las aplicaciones de neurotecnologías que permitan potenciar las capacidades mentales).

Yuste fue categórico al afirmar que estos neuroderechos tienen que ser establecidos como tales bajo cada legislación y serán fundamentales para mantener la integridad humana, ya que, tarde o temprano, estas nuevas tecnologías de la mente (o, mejor dicho, de “mejoramiento” de la mente) se volverían política pública en un futuro no muy remoto. Y hay suficiente evidencia para sostener que no solo se limitan a la pura y dura ciencia ficción. Por ejemplo, durante el 2013, Obama promovió el proyecto de Yuste para dibujar el mapa del cerebro y, de hecho, hasta presentó en la Casa Blanca su apuesta para investigar las causas del Alzheimer, la epilepsia y el Párkinson, en un plan llamado iniciativa BRAIN.

Por otro lado, Elon Musk ha avanzado con su proyecto Neuralink, consistente en integrar el cerebro humano a un dispositivo informático, con el fin de lograr no solo avances en la curación de daños cerebrales sino que, directamente, en la posibilidad de “potenciar” las propias capacidades mentales hacia límites insospechados, incluso superando a las IA. Musk, con el carisma que le caracteriza, ya había bromeado diciendo que este Neuralink será algo así como los experimentos usados en Black Mirror pero sin el toque distópico.

Su proyecto recién esbozado, en efecto, podría analogarse con lo mostrado en los episodios “Toda tu historia”, “Blanca Navidad” o “Playtest”. En el primero, se problematizaba el tema de la memoria individual en la era hiperconectada. En qué medida nuestros recuerdos pueden ser de acceso público y cómo eso generaría todo un problema “ético mnemónico”, por así decirlo. En el segundo, se hacía patente la manipulación mental mediante la proyección digital de un “yo” extraído de la conciencia, con fines no muy transparentes. Y en el tercero, se presentaba un videojuego de realidad virtual en el que el jugador interactuaba con su propia mente, tal como sucedió con el experimento llamado MindPong.

A simple vista, podrá parecer una maravilla para los tecnócratas de nuestro país y para los amantes del desarrollo de la tecnología de corte transhumanista. Sin embargo, el problema sigue siendo el ser humano, su integridad, su definición. Piénselo ¿Realmente será suficiente con una legislación en materia de neuroderechos? ¿Hay acaso garantías reales respecto a su cumplimiento en el plano de la vida social? Considerando que ni siquiera se respetan los derechos básicos de libertad de desplazamiento y de igualdad ante la ley, por solo nombrar algunos. De hecho, ni siquiera se respeta del todo la privacidad de los datos personales en la red (con las ya conocidas “letras chicas” de las redes sociales, que nadie lee), y existen pruebas suficientes para sostener que ciertas corporaciones a lo largo del globo cuentan con el monopolio de la información (las Big tech), utilizando esos datos entregados de forma tan generosa por los usuarios para cuestiones ajenas a su limitada influencia.

Si quisiéramos ser agoreros, nada, absolutamente nada garantiza cien por ciento que la situación no se salga de control, que no vengan por ti y hackeen tu mente. Aprobar una propuesta vanguardista de esta naturaleza, sin el consenso necesario de toda la comunidad científica, implicaría, aparte de ingresar en una “carrera por el futuro”, abrir la puerta para que los grandes titanes globalistas puedan llegar a decidir de forma despótica sobre cuestiones trascendentales, arrogándose una potestad mediada únicamente por una cierta competencia y una cierta moral superior.

El límite para este verdadero Caballo de Troya, disfrazado de buenismo, ciencia y filantropía, debe ser siempre, a mi juicio, la libertad de pensamiento, la libertad de conciencia, la libertad de acción. En medio de un caos generalizado y un panorama crítico, bajo el cual las instituciones occidentales se caen a pedazos y pierden poco a poco su legitimidad, toca defender por los propios medios aquellos principios que creíamos inviolables y que, el día de mañana, parecerán arcaicos, frutos de una era ya superada.

martes, 4 de mayo de 2021

Libertad vs Seguridad

“Aquellos que renunciarían a una libertad esencial, para conseguir un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad”. Benjamin Franklin

domingo, 2 de mayo de 2021

No tendrás nada pero serás feliz

"No tendrás nada pero serás feliz". No, no es una cita textual sacada de la clásica novela de Aldous Huxley, son las predicciones del Fondo Monetario Internacional en el Foro de Davos para el futuro del 2030. El nuevo mantra de las elites, el próximo estribillo del sistema.