martes, 28 de julio de 2015



Ahora que vuelvo a la rueda laboral, recuerdo que mi madre me decía. "Trabaja, que habrá suficiente tiempo para descansar en el otro mundo". Ese mundo considerado como un domingo eterno. Este otro como un Lunes que siempre vuelve. A tanto ha llegado la fe en el trabajo que incluso dios puede ser concebido como una especie de jefe que contrata y despide a su antojo...