lunes, 18 de diciembre de 2023

Acorde a los caóticos acontecimientos sociopolíticos de Chilito, se seguirá completando la fantástica y surrealista línea cronológica, con tal de aventurar una aproximación a nuestro tiempo histórico. La versión actualizada quedó así:

18/10/19 al 18/03/20 Era precovidiana de estallido o insurrección (según cómo se mire) – Convulsión máxima de las pasiones ideológicas de lado y lado; Piñera llama a combatir a un “enemigo poderoso e implacable; preludio al advenimiento del Estado de excepción sanitario.

18/03/20 al 25/10/20 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario incierto; estallido social o insurrección “interrumpida” y preámbulo al proceso constitucional “cocinado” después del Acuerdo por la Paz celebrado durante la era precovid.

25/10/20 al 16/05/21 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario indefinido y rumbo sociopolítico hacia una Nueva constitución. Estallido social o insurrección continúa “interrumpido”, aunque latente. El covid se establece como coartada geopolítica. La carrera por la constituyente agudiza la confrontación y la división (tanto de izquierda como de derecha)

16/05/21 al 30/09/21 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario indefinido (con miras a volverse eterno) y triunfo de la facción independiente dentro de la Convención Constituyente. Muerte política de la derecha. Renacer de la izquierda “independiente”. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Chile se pone a la expectativa de la hoja en blanco, cual ejercicio mallarmeano (promesa mesiánica de por medio) mientras se vuelve –de manera subrepticia- el reflejo fractal de una agenda global.

30/09/21 al 21/11/21 Era poscovidiana – Fin de Estado de excepción sanitario. Días después, el 12 de octubre, Día de Encuentro de dos mundos, el Gobierno declara estado de excepción en el territorio de la Araucanía, con miras a volverse indefinido, tal cual parecía el Estado de excepción sanitario. Carrera por la presidencial se vuelve el tema político país. Resucita la derecha, con triunfo de Kast en primera vuelta. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Chile se pone, todavía, a la expectativa de la hoja en blanco. Los planes globales para nuestra nación, de la mano de la Constituyente, conservan su vigencia, conforme se avanza hacia la consolidación de cambios estructurales.

22/11/21 al 19/12/21 Era poscovidiana – Continúa Estado de excepción en la Araucanía. El covid se mantiene como coartada geopolítica. La carrera presidencial se debate entre dos opciones que polarizan todavía más a las masas. La pugna dilemática acentúa los conflictos de lado y lado, sin posibilidad de diálogo ni conciliación. Triunfa Boric y el sector progresista. Kast y el sector conservador son derrotados. La izquierda progresista se proclama nuevo gobierno. Embriaguez electoral, triunfalismo democrático.

20/12/21 al 11/03/22 Era poscovidiana – Continúa Estado de excepción en la Araucanía. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Tras haber ganado Boric y la izquierda progresista, la derecha se ve obligada a replantear su estrategia política, de cara a una futura oposición y a un proceso constituyente en marcha. Por el momento, reina una tensa y sospechosa calma con un “estallido social” en latencia, (con miras a volver recargado), un conflicto mapuche en contra del Estado de Chile y a favor de una Nación autónoma y una verdadera plandemia que sigue sirviendo de telón de fondo para el control de los poderes globales.

11/03/22 al 04/09/22 Era poscovidiana – El Congreso aprueba una nueva prórroga para el Estado de excepción en la Araucanía hasta el 15 de septiembre. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Continúan las medidas sanitarias del uso de mascarilla y el pase de movilidad pese a haberse declarado fin al Estado de excepción el 30 de septiembre del 2021. Se celebra el plebiscito de salida por una Nueva Constitución y se acaba, por ende, la expectativa frente la hoja en blanco y frente a la escritura de un Nuevo Chile. Tras el apabullante triunfo del Rechazo a la Nueva Constitución, las fuerzas políticas de lado y lado se disgregan. Se provoca una catarsis ciudadana de parte de la mayoría votante y crece el descontento de parte de la minoría.

04/09/22 al 12/12/22 Era poscovidiana - A una semana del resultado histórico, la casta política del oficialismo y parte de la oposición acuerdan un nuevo proceso constituyente “por secretaría”, pese al mandato del artículo 142 de la ley 21200. La noticia provoca un revuelo tanto de parte de los rechacistas como de parte de algunos sectores del apruebismo. Ambos convergen en su rechazo transversal al nuevo proceso al denominarlo una verdadera “cocina” hecha sin el consentimiento del único Poder Constituyente: el pueblo de Chile. Todo indica que, igual que el año pasado, los planes globales para nuestra nación conservan su vigencia, conforme se avanza hacia la consolidación de un nuevo órgano enteramente dominado por “expertos” y camarillas políticas vendidas al globalismo reinante.

12/12/22 al 07/05/23 - Se firma el “Acuerdo por Chile”, pacto que tiene por objetivo dilatar el proceso constituyente hasta sus últimas consecuencias con tal de aprobar una Nueva Constitución para Chile a todas costa. Por lo tanto, el proceso constituyente se vuelve un eterno retorno de lo mismo. Un loop eterno tocando su propia música, en una disco que está a punto de prender las luces y echar a sus bailarines por aburrimiento.

A tres meses del triunfo del Rechazo a la primera propuesta de Nueva Constitución redactada por la Convención Constitucional, la gran mayoría de los partidos políticos se agrupan para aliarse en contra del mandato soberano y “aprobar” un nuevo pacto sin consultar a la gente.

Las fuerzas políticas que se sitúan al margen de este pacto se disgregan pero confluyen en un mismo objetivo: rechazar. El globalismo no dará tregua. Se pretende redireccionar el desencanto y concentrar esa energía en combatir a la clase política vendida con el rechazo del Acuerdo traicionero. Ese escenario posible, ese futuro aproximado podría sentar un precedente, uno en que las distintas fuerzas, de izquierda y de derecha, se unan en consecuencia para votar contra la partidocracia redundante.

07/05/23 al 17/12/23 – Se celebran elecciones de consejeros constitucionales, elecciones que no contaron con la legitimidad política de un plebiscito de entrada. Tras los resultados, un importante número de votos nulos, blancos y abstenciones dio el batatazo contra algunas de las coaliciones en disputa, llegando a obtener casi una cuarta parte del total de votaciones.

Por otra parte, los Republicanos arrasan con más de la cuarta parte, superando ampliamente al resto de fuerzas políticas electas para consejeros. Se sucede un fenómeno muy similar al vivido para el establecimiento de la primera Convención, solo que desde la vereda opuesta. Una derecha contraria a la “centroderecha” celebra ampliamente su triunfo y corre el riesgo de emborracharse. Poseen poder de veto pero ahora juegan dentro de las mismas reglas del nuevo proceso constituyente, con las doce bases constitucionales como punto de partida o “cortapisa”.

Por lo pronto, los sectores políticos establecidos vuelven a fraccionarse. Surgen fuerzas de izquierda y de derecha que se oponen al nuevo proceso; unos, achacando a Republicanos y a la partidocracia la toma de una demanda impulsada por el “pueblo”; otros, viendo en Republicanos el signo de la traición y la deslealtad para con sus principios al pactar con los “enemigos” y al plegarse al globalismo galopante que se instala nuevamente en el seno del proceso cual Caballo de Troya.

17/12/23 al presente - El juego de tronos constituyente acabó. La opción En Contra arrasó, con votos de la derecha contraria al proceso y de la izquierda antisistémica y oficialista. Una conjunción improbable en un escenario político digno del tópico del Adynata, el mundo al revés. En menos de cuatro años, las dos intentonas de proyecto constitucional fueron rechazadas, lo que retrotrae la discusión constituyente a su punto de origen, al principio de esta cronología, aunque con la saturación y el hastío ciudadano acumulado durante estos cuatro años. Ni izquierdas ni derechas supieron levantar una alternativa válida a la Constitución vigente, por lo que esta última es ratificada una vez más. La izquierda obtuvo su victoria pírrica contra Republicanos, pero a costo de mantener lo que juraron derrocar. Aquella derecha contraria se manifestó en oposición a la tradicional. Por lo pronto, el gobierno y todos sus personeros dan por cerrado el proceso, pero no la discusión. Chile se libra, por unos instantes, del pandemonio constituyente, pese a que las fuerzas en pugna se hayan replegado a la sombra de la discusión pública, para recuperar bríos y continuar con sus agendas y sus maquinaciones.

Lo único seguro, por ahora, es la aparente sensación de tregua, de normalidad y de inconformismo latente.

Algo acabó. Chile sigue en pie, pero nada ha acabado del todo.

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