domingo, 9 de junio de 2024

Con la suficiente esperanza de vida, se puede escribir hasta el féretro, o bien, retomar textos del pasado, asediados por la odiosa procrastinación y las disyuntivas vitales. Tiempo hay, tiempo falta, pero tiempo al tiempo.

Edgar Morín pública novela de su juventud a los ciento dos años.

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