sábado, 22 de junio de 2024

"A mí me gustan los físicos que follan, porque también es una forma de inteligencia. No hay nada peor que tener toda la energía puesta en la cabeza. No hay nada peor que vivir solamente según tu razón. ¿No? No podemos estar tan desconectados. La literatura, sobre todo. Esto lo demostró Bolaño, Borges. La gente cree que lo que escribe Borges era porque era un viejito tierno, ciego. No. Era un hombre enamorado, tanto que sus penas de amor lo llevaron a intentos de suicidio. Apasionado. La literatura es una cuestión apasionada, por lo mismo, implica mucho dolor, implica hacer el ridículo, como lo hacía Feynmann". Benjamín Labatut. Y concuerdo.
Hay una cosa muy cerebral en el ejercicio consciente del oficio, cosa con la que me llevo muy bien. Hay algo muy de mente en el estudio de otros autores, en la correcta comprensión de las poéticas y narrativas que andan circulando, en la labor tortuosa de la edición, la relectura y la reescritura. Sin embargo, la materia prima, la vida, sus vivencias, las circunstancias, las disyuntivas, se viven a concho, con la guata, con las tripas, con el sexo, con los órganos, con el corazón abierto a tajos. Son lo más genuino que se tiene, y lo más personal, y con lo único que verdaderamente se cuenta y con lo que se puede trabajar a fondo. Me permito una asociación con el fuego. Hay un magma incandescente que revuelve las pasiones, que son las emociones mismas. Te pueden desbordar y acabar contigo, quemarte, o bien, puedes sobrevivir a la erupción y forjar tu palabra con ese material candente.

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