miércoles, 20 de diciembre de 2017

Arabia Saudita concedió la nacionalidad a Sophia, una androide creada por una empresa de Hong Kong. Lo mejor (o lo peor) es que, a pesar de su nacionalidad, puede presentarse al resto del mundo sin velo ni guardianes, cuestión que la propia ley islámica obliga a las mujeres humanas. El año 2016 ya había causado polémica al plantear frente a una audiencia británica que quería destruir a la humanidad. Cuando se le consultó sobre sus gustos cinematográficos, la androide dijo que nunca había visto la película 'Terminator' y se preguntó si acaso le gustaría. Una respuesta demasiado inteligente, o tal vez, un tanto macabra. Phlip Dick tenía razón. Los dilemas morales de la robótica anticipados por Asimov ya son una realidad.

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