jueves, 21 de mayo de 2015



Pienso en los llamados héroes patrios y sus innumerables batallas, la misma que con sangre consigue ser escrita en los libros de historia, que luego un profesor, más anónimo que nunca, enseña al día siguiente como si cada uno hubiese ganado algo con eso. Ese orgullo necio de saberse partícipe de un triunfo que no se vivió. Este es, en cambio, nuestro agradecimiento a los muertos: habernos dado otra excusa más para seguir viviendo, otro día menos de la semana para soportar el tedio laboral. Cada quien vive su propio combate y agradece simplemente salir vivo, aunque eso signifique muchas veces perder la memoria, perder lo amado.... Para nosotros, y muy a pesar de los héroes, la patria sigue siendo aquello que dejamos atrás, los pasos de regreso a casa obviando lo que quisimos.

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