Dijo Paul Ricoeur: "Por un lado, no hay sistema sin estado inicial, no hay estado inicial sin intervención ni intervención sin ejercicio de un poder. Actuar es siempre hacer algo de manera tal que suceda alguna otra cosa en el mundo. Por otro lado, no hay acción sin relación entre el saber hacer (el poder hacer) y lo que éste hace suceder. La explicación causal aplicada a un fragmento de la historia del mundo no funciona sin el reconocimiento: la identificación de un poder que pertenezca al repertorio de nuestra propia capacidad de acción....
Al desprenderse de su agente, la acción adquiere una autonomía similar a la autonomía semántica de un texto: deja un trazo, una marca; se inscribe en el curso de las cosas y se vuelve archivo y documento. A la manera de un texto, cuyo significado se aleja de las condiciones iniciales de su producción, la acción humana tiene un peso que no se reduce a su importancia en la situación inicial de su aparición, sino que permite la reinscripción de su sentido en nuevos contextos. Finalmente, la acción, al igual que un texto, es
una obra abierta, dirigida a una sucesión indefinida de posibles "lectores". Los jueces no son los contemporáneos, sino la historia ulterior." Paul Ricoeur, Hermenéutica y Acción. De la Hermenéutica del Texto a la Hermenéutica de la Acción.
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