domingo, 6 de octubre de 2024

Magistral:

"El crimen fundamental de la ilusión favorecida por el Logos fue, como supo ver Heidegger, el célebre «olvido de sí» sobre el que tantas tesis doctorales se han escrito en las últimas décadas… Sin producir consecuencias reales. El mito del Progreso se ampara en el supuesto avance constante de la Ciencia y de la Razón, por medio de la Historia, hasta alcanzar un retorno al Paraíso Perdido aún más secularizado que el de su versión cristiana: ¡es la Utopía! Por cuya entelequia el ser humano ha sido capaz de sacrificar millones de vidas para poder elevar a ese chivo expiatorio a la lógica de la abstracción. Contra lo que afirma la práctica totalidad de los manuales de filosofía desde los siglos XIX y XX en adelante, no hemos abandonado jamás el terreno del Mito, aunque a cambio sí que hemos profundizado en la trágica herida abierta por el Logos entendido por los sofistas como sinónimo de «discurso» o «razón».

El lenguaje es el «grado cero» de todo pensamiento: la entrada y la salida al laberinto del existir; y de ahí su naturaleza paradójica. También los símbolos son la salida del falso laberinto del no-Ser: pero por su excesiva divulgación, a través de la profanación de la publicidad y demás usos pervertidos, hoy en día ha perdido buena parte de su significado. Junto a la inconfundible voz del símbolo, el Logos es, pues, nuestra mejor herramienta para descifrar la realidad, para deshacer la ilusión que cierra el Simulacro sobre nuestras mentes… Lo mismo que, por su excesiva conceptualización, que podríamos denominar “neurótica”, el Logos también es el mayor impedimento para entender la realidad sin las ataduras del paradigma racionalista. Así fue y así será durante el actual ciclo, puesto que en nuestro origen está también nuestro presente."

Guillermo Mas Arellano

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