martes, 26 de diciembre de 2023

Eric Sadin: “Las IA ofenden la dignidad humana”

"--En qué medida estas redes sociales que operan con algoritmos –cuyos criterios de selección de los videos a viralizar pueden ser redireccionados intencionalmente mediante compra de publicidad— siembran ideas en la sociedad, o son simplemente cámaras de eco de lo que ya está rondando el ambiente del cara a cara.

--Yo digo que hay que desconfiar de las palabras que forjan nuestras representaciones y la mayoría de las veces son forjadas justamente por la industria digital. Yo hablo de plataformas de la expresividad, lugares donde cada uno puede expresarse. Lo que vemos en el mundo digital es que cada uno puede hacer valer su opinión como si fuera la primacía de uno mismo. Cuando hay un comentario de alguien a un posteo, el comentario viene abajo. O sea que si lo vemos ergonómicamente, también hay una manera de ubicar las cosas en el espacio, que hacen que la opinión del otro esté por debajo de la mía. Esto nos genera la ilusión de creer que estamos diciendo la verdad. Y ya en esto hay algo erróneo, en el sentido de cómo se concibe la palabra. ¿Qué es la palabra hoy, en tanto que emanación de nuestra subjetividad y de lazo interpersonal con el otro? Quien dice “palabra”, habla de una escucha mutua en un marco de diálogo y de relación con el otro. En ningún caso esa estructura de “palabra” existe en las plataformas de la expresividad. Son diluvios verbales en los que cada uno habla en primer lugar, luego espera los comentarios de los demás y, la mayoría de las veces, es para hacer valer el resentimiento propio, el rencor, el odio o cierta idea de lo que debería ser el mundo, antes de que ese comentario sea reemplazado por otros. Eso es lo propio de las plataformas. Cada uno se expresa detrás de su pantalla creyendo que tiene la verdad. Eso no produce estrictamente nada y da la ilusión de una implicación política. Cuando en realidad, por la perversidad del sistema, eso lo único que hace es mantener ilusiones e intensificar aún más una mecánica que solo apunta a generar lucro. Respecto de las plataformas de Elon Musk y otras de Silicon Valley: ¿cómo pudimos creer que eran instrumentos políticos equivalentes al ágora griega? En el ágora había intercambio de puntos de vista. Implicaba la libertad de cada uno y la pluralidad de expresarse, la necesidad de hacer acuerdos y luego retomar el diálogo para intercambiar en la pluralidad y la contradicción, y decidir cosas juntos. Esto es lo que Hannah Arendt llamó bios políticos. Primero se expresa en la acción a través de la sociedad y después se la comenta en el ágora para decidir juntos a través de la palabra. El bios político es eso: la acción y luego la palabra con una tensión permanente entre ambos términos. En las redes sociales, en cambio, hay una primacía del diluvio verbal que no produce nada, sino que intensifica la crispación entre los seres humanos y la sordera creciente. Este esquema nos enloquece, intensifica el rencor. Es un fracaso de lo político. Es la ilusión de una implicación política, cuando en realidad es uno de los fracasos más grandes de la posibilidad que tenemos de hacer política."

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