lunes, 27 de noviembre de 2023

A días de votar por una Nueva Constitución, encontré en la calle el borrador de la Nueva Constitución 2022 a precio huevo. Estaba entre Crónicas de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez y Los buscadores de tesoros de Washington Irving. -¿A cuánto lo tiene?-, le pregunté al vendedor, sin ánimo de comprarlo, como que no quiere la cosa. -A tres lucas-, respondió el vendedor, -está botado, porque ya tuvo su boom-, remató, sin más. Asentí y luego seguí mi camino. En efecto, el antiguo borrador se había vuelto uno de esos libros de viejo que pesan más por su carácter excéntrico que por su real valor comercial. Después de todo, el entrañable artefacto siempre tuvo su muerte anunciada, y ahora sobrevive cual reliquia de piratería, a cuyo cuidado "solo puede permanecer el diablo". Más de alguno encontrará inspiración en aquellas páginas rocambolescas, en aquel palimpsesto constitucional, aunque sea para convencerse que otro Chile estuvo a punto de ser posible, y que puede o no puede haber escenario peor.

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