lunes, 11 de julio de 2022

"Verdad" de Luz Blanco.

Nadie quiere poseer tus tesoros
ni contemplar tus formas,
ni siquiera coronar su cabeza
con tus luces, así sean intermitentes.
Podrías pasear conmigo por la plaza
y nadie sabría tu nombre.
Incluso podrías correr desnuda
y sería solo una rutina.
Es cierto, ardieron en una barricada
todas tus palabras;
pero no me mires así, con ojos de sol penoso,
de sol mañanero en el rocío.
No nos mires así, con mirada atropelladora,
ni te lamentes tampoco.
No es ni tu desgracia, ni su suerte,
ni eres tú la que había cambiado.
Es que no te conoceremos
como no podemos conocernos.
Se irritan nuestros ojos ante la sospecha
de un espejo en la cercanía.
Demolimos nuestras casas
en innumerables ocasiones
porque no encontramos ni puerta abierta
ni luz prendida, ni mesa servida.
Ni en su madre, ni en su padre,
ni en los que nos conocieron con el día,
ni los que nos arroparon con la noche.
Y todos nos mostraron la espalda.
Comimos y bebimos, y de nuevo
fumamos y nos exaltamos
y nos extraviamos con fervoroso empeño
entre materializadas copas francesas.
Hicimos nuestros propios soles,
levantamos nuestras propias catedrales,
y al fin, todo cayó y todo subimos
pero no encontramos tampoco nadie allí.
Nos felicitamos los unos a los otros,
como nadie nos ha felicitado,
recitamos con modestia ambigua
repertorio eterno de cánones desintegrados.
Hasta que se acabaron las copas
y se descompusieron los panfletos,
ya todos sentimos frío y hambre
y estuvimos muy próximos a la inanición.

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