lunes, 11 de julio de 2022

“¡Qué abominable injusticia perseguir a un hombre por tan ligera bagatela! Desapruebo lo que dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”. Inmortal frase en pro de la libertad de expresión atribuida a Voltaire. El punto es que en ninguna de sus obras aparece esta frase. En realidad, fue escrita mucho después, en 1906 y figura en el libro ‘The Friends of Voltaire’, de Stephen G. Tallentyre, seudónimo de la autora británica Evelyn Beatrice Hall. En ese libro, Voltaire defendía a a Helvetius, cuyo tratado ‘De l’Esprit’ había sido condenado en Francia por ser heterodoxo y contrario a la doctrina imperante de la época. Dicen que Evelyn, para escribir su escena, se basó en un pasaje volteriano, publicado el año 1771, del libro ‘Cuestiones sobre la Enciclopedia’, en el que el filósofo comentaba: “Este hombre (Helvecio) valía más que todos sus enemigos juntos, pero no aprobé nunca ni los errores de su libro ni las triviales verdades que vierte con énfasis. Tomé parte decidida por él cuando hombres absurdos lo condenaron por esas mismas verdades”.

Sugiero que recuerden, camaradas, esta jugosa anécdota y se repitan frente al espejo, cada mañana, la famosa frase atribuida a Voltaire pero escrita por Evelyn Beatrice Hall. De vez en cuando, hace bien.

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