jueves, 2 de junio de 2022

Hace tres días, un hombre murió de frío en las calles de Quillota, abrazado a sus perros. Se dice que uno de ellos continuó junto a su amo, incluso después de que su cuerpo fuera cubierto por la policía. De cara al invierno, la intemperie se muestra implacable y no tiene piedad con los desposeídos. ¿Qué habrá sido del pasado del hombre? ¿Qué será del sufrimiento de sus animales? ¿Qué será de los próximos desposeídos devorados por la miseria?

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