lunes, 27 de diciembre de 2021

“En el final de la película Matrix, aparece la leyenda “sistema fallido”, es decir, el sistema está cayendo ¿para qué? Para poner en su lugar el siguiente sistema. Exactamente igual a cómo hemos estado viendo a través de la historia, el hecho de que esta elite ha gobernado desde siempre, donde ellos mismos ponen la energía para destruir el sistema que hay para poner el siguiente y gobernar con orden desde el caos, siempre bajo un orden dualista. (…) Por lo tanto, Matrix es una película que no nos habla de la verdadera salvación, sino que nos habla de cuán atrapados estamos en la ilusión”. (Jorge Zamora). De esto, se deduce que no hay un afuera de la Matrix, que Morfeo, como buen dios del sueño, solo lleva a Neo a conocer la “profundidad de la madriguera del conejo”, en directa alusión al universo de Carroll. Únicamente conoce otro aspecto de la misma dualidad, píldora azul y píldora roja. Esta última no lo despierta, lo lleva a otro plano de la Matrix, otro velo tras el mismo velo, capa tras capa dentro del sueño colectivo y la alucinación virtual. Dentro del sueño, el Señor Smith no es otra cosa que su némesis, el “demonio luciferino” que se propone eliminar la ilusión, atacándola desde adentro. Tal vez no se precise de salvadores, porque ningún Neo vendrá a señalarte el camino que cada uno debe recorrer en la apertura a su consciencia. Y, en todo caso, la única forma de comprender la Matrix y visualizar sus orillas sería “conocerse a sí mismo”, como reza la frase en latín en la casa del oráculo, “temet nosce”.

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