Todavía recuerdo esa época en que se podía salir de noche solo, a cualquier hora, sin dirección, únicamente a darse una vuelta loca. Qué pena que todo lo que antes nos era cotidiano y estimulante haya sido proscrito so pretexto de unas leyes tan ajenas a nuestra más íntima voluntad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario