martes, 29 de octubre de 2019

Me cuentan que estuvieron a punto de hacerle una cirugía profunda a Valpo. Una cirugía a cuero e chancho. Puros locos valientes, arrojados, se propusieron extirpar de raíz ese tumor maligno llamado Congreso, contra todo pronóstico, entre medio de acusaciones quijotescas, imprecaciones moderadas y reformistas. No pudieron concretar la hazaña, una vez más, pero no deja de ser el deseo latente de muchos. El día que sea arrancado de cuajo será el día que la ciudad se liberará por fin de tamaño cacho que pesa tanto sobre su organismo y el de Chile entero.

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