miércoles, 25 de enero de 2017

De salida con mi hermana chica a la feria del libro. Decía nunca haber ido. Se inclinó por tres cosas: unos mandalas, una saga de libros de Harry Potter y un libro álbum de Justin Bieber. Eligió los mandalas para colorear. Quería también un libro de la saga pero era demasiado caro. Finalmente pidió el libro álbum. Dentro de este había un poster gigante. Le dije que sería el primer poster de un cantante que pegaría en su pieza. No escucho a Bieber, pero la compra de su álbum era un regalo: no dependía de mi juicio. El solo ver la sonrisa de mi hermana hizo que recordara aquel tiempo en que también pegué el primer poster de una banda en la pieza. La primera señal de fanatismo confeso. En ese momento supe que dejaba de ser simplemente niño, para pasar a la ilusión de la adolescencia. En el instante en que mi hermana vio ese poster para pegarlo en su pieza, comienza lentamente a hacerse grande, a adquirir sentido estético, no el mejor, pero sin duda el primero.

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