martes, 5 de abril de 2016

Ese pequeño conjunto de hechos que van haciendo el día, que van enhebrando el sarcástico hilo de la vida cotidiana: Haber terminado de sacudir una sábana percudida hacía mucho tiempo, haber limpiado los restos de las arañas asesinadas impunemente contra la pared, haber logrado sintonizar una radioemisora sin interferencia, y ahora, dar con el día de mañana totalmente planificado, sin garantía del éxito, pero por lo menos visualizado correctamente en el archivo. Antes la alegría máxima era acabar con un ciclo cuanto antes, a cualquier costo. Ahora con el tiempo esa pequeña alegría se resume en volver a circularlo. La suciedad de la sábana, la araña en la pared, la interferencia radial, metáforas del pasado que vuelve. En ese tiempo sacudido, asesinado, y sintonizado luego de su interferencia, ahogamos el paso de los días. El presente mismo de esta escritura interfiere, sacude y asesina a sus lectores. No restará entonces otro tiempo que el de ese presente.

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