jueves, 15 de agosto de 2024

Una facultad oculta del escritor consiste en transmutar el horror de lo imprevisible para volverlo alquimia de vida. Como dijo Jack Kerouac, "se enamora de su existencia", a tal punto que la abraza con todas sus vicisitudes. La transforma en materia oscura de sueños y pesadillas, fábrica de representaciones y mistificaciones, caja negra de resonancias. Un matrimonio apócrifo y venéreo ese, el de la comunión del escritor con la realidad, su realidad.

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