martes, 16 de julio de 2024

El postulante errático (mini ficción)

"Su obra no cumple con los requisitos de inclusión. Sus antecedentes biográficos no lo acompañan", le dijo el burócrata al postulante. Este se devolvió con el manuscrito, mientras apretaba los dientes. Derrotado, salió del centro que le había negado el espacio, un espacio arrebatado por motivos oscuros, inenarrables, espacio que -iluso- creía poder recuperar. Se sintió atacado en lo más preciado. Golpe bajo, de parte de los idiotas ideológicos. Era inútil. Todo estaba planteado de tal manera que siempre iba a perder. Para alguien en su condición, sin duda. "Todo lo que no encaje con el perfil exigido será expulsado de las redes y los círculos de la cultura, sin apelación. Es la política de los tiempos", le repitió un cercano, que más bien parecía invitarlo a la renuncia. Perplejo, atacado, comprendió que la única manera era renunciar a su antiguo nombre. Entonces, volvió sobre sus pasos, decidido. Como el mundo de los poetas lo había condenado al silencio, convirtiéndolo en un perfil borroso, una figura fantasmática, de aparición odiosa, se armó de huevos y se abocó de manera inexorable al ejercicio invisible de la palabra.

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