lunes, 22 de abril de 2024

“El Reino de Kant 300 años después de su muerte”. Paloma Hernández

Hoy se cumplen 300 años del nacimiento de Kant y ésta es una cuestión importante porque nuestro presente es el “Reino de Kant”. Kant es lo que está detrás del ortograma imperialista de la Globalización oficial, globalización ideológica o globalización cosmopolita. Veamos.

La Idea de gobierno mundial no es una idea moderna, sino que resulta de la reestructuración de ideologías escatológicas precedentes. El término «escatología» se refiere a distintos conjuntos de creencias referidas al fin de los tiempos o que se ocupan del destino final de la «Humanidad», con mayúsculas. Es decir, son sistemas de ideas que sustantifican la idea de «Humanidad», que entienden a la humanidad como una sola y toda igual y como sujeto histórico y político que camina en bloque hacia un destino común. Estas diversas ideologías tienen en común la idea de que puede existir una sociedad universal en la que el «Género Humano» se reconcilia consigo mismo tomando las claves de su autodirección, ya sea a través de Dios, del Estado universal, de la anarquía, del comunismo, del capitalismo, etc.

Kant escribía en 1784 una obra titulada “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita”. Allí señalaba lo siguiente: «Un intento filosófico de elaborar la historia universal conforme a un plan de la Naturaleza que aspire a la perfecta integración civil de la especie humana tiene que ser considerado como posible y hasta como elemento propiciador de esa intención de la Naturaleza». En 1795 Kant proponía en su libro “Sobre la paz perpetua” un Estado mundial cosmopolita que vendría a ser una unión de Estados regidos por un derecho mundial o «derecho cosmopolítico». Para lograrlo, Kant proponía una «federación de la paz» que pusiese fin no a una guerra concreta y determinada, que es lo que haría cualquier pacto de paz, sino a «todas las guerras para siempre». De esta manera, entendía Kant, se daría paso a la ansiada paz perpetua. En el fondo, lo que defendía Kant con su aparente ingenuidad, no era una paz perpetua universal para la «Humanidad», sino la paz prusiana.

Lo que a nosotros nos compete decir sin contemplaciones de ningún tipo es que un omnímodo gobierno mundial supondría la homogeneización de la sociedad en todo el mundo, y si ya es imposible un Estado sin disidencias internas, más absurdo es hablar de un Estado mundial en paz perpetua. La Idea de un Estado omnisciente y omnipotente, la Idea de un Estado mundial, es un imposible político, un mito oscurantista que tiene gravísimos efectos sobre nuestras vidas porque es disolvente de nuestra realidad política y social en beneficio de los Estados pujantes o hegemónicos.

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