domingo, 31 de diciembre de 2023

Hace tres años recuerdo que, en plena pandemia, pasé el año nuevo en soledad y encerrado en casa, conectado con mi familia por videollamada. Preparé una cena, esperé las doce, brindé online y luego me fui al sobre. Y pensar que en ese tiempo surgieron los carretes virtuales por zoom. Qué época más distópica. Por lo mismo, llamo a agradecer lo básico: la sencilla posibilidad de poder salir a cualquier parte y reunirse con los tuyos, sin otra restricción que las lucas y otro motivo que el fin de un ciclo.

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