viernes, 21 de julio de 2023

Para el taller de literatura, les pedí a los cabros que hicieran una antología de textos suyos, agrupados de acuerdo a diferentes géneros. Tendrán que hacer la pega de creación y además la pega editorial. Eso sí, les exigí que la escritura de los textos iba a ser estrictamente a mano y en clases, sin celular. El motivo principal: Chat GPT. "¿Desconfía de nosotros, profe?", preguntó uno de ellos. Su pregunta representaba a gran parte del curso. "Hágalo no más", replicó otro, celebrando la medida. Y es que, más allá de esta actividad, mis temores están fundados en el avance precipitado de la IA en materia de escritura. ¿Cómo saber si lo que estoy leyendo no fue producto de la IA? ¿Cómo distinguir un texto "orgánico" de uno computado por el Chat? Esas mismas preguntas me hice cuando algunos cabros subieron sus crónicas al blog que debían crear. Hubo "mano negra" en algunos textos, pero me reservé. Era demasiado evidente la redacción y el estilo. Por lo mismo, tomé mis preocupaciones y, esta vez, los cabros deberán volver al estilo clásico y rudimentario de los grandes: la escritura a pulso. Puede que esa sea, prontamente, la disputa literaria del mañana: literatura IA contra literatura "humana". Si el contexto de producción es un aspecto de la obra y solo importa el texto ¿Habrá diferencia?

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