lunes, 1 de mayo de 2023

La chica con la que tuvimos algo el año pasado me cuenta por interno que está desesperada: lleva días buscando pega, sin éxito. Me deseó un feliz día. Como buen caballero, la saludé de vuelta, pero dijo, irónica, que no era el día de los cesantes. "¿No me habrán hecho brujería?", se preguntó, no con menos imaginación. Para ella, el hecho de no encontrar nada de trabajo después de tanto tiempo buscando, ya obedece a variables que exceden su voluntad. Cabe decir que solo le falta el examen de grado para titularse en lo que estudió, pero mientras, tanto, quiere algún trabajo, por informal que sea, para pagar lo que le queda de carrera. Le insistí en que fuera paciente, que yo podía ayudarla a modificar el cv, pero que anduviera piano a piano. Curioso que me haya expresado todo esto un primero de mayo, día lunes. Son tiempos difíciles. La verdad es que la pega urge, para todos, ya sea por su ausencia, como en el caso de la chica, o precisamente por su presencia, como es el caso mío. Hay que estar en los zapatos de quien busca, aunque también en los zapatos de quien carece de tiempo y desea mejores oportunidades. Repito: la pega urge, ya sea por ausencia o presencia. Si ella encuentra algo y la contratan, ¿será suficiente? Si yo permanezco o encuentro algo mejor en otra parte ¿estaré realizado? El trabajo te interroga, te "pega", literalmente, y toca mentalizarse para su pérdida y su exceso. Es nada menos que el costo por ser independiente, realización, felicidad aparte.

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