domingo, 9 de abril de 2023

Remover la piedra

Más allá de lecturas literales y de interpretaciones políticas extemporáneas sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús, creo necesario comprender al Cristo en cuanto símbolo esotérico. Quien experimenta la pasión de forma estoica y luego la sublimación del cuerpo en espíritu, todos los años, puede ser perfectamente ese "Cristo interior", despierto al conocimiento de nosotros mismos. Lo que es removido, en verdad, es la piedra de la ilusión, representada por las cadenas de este mundo. Por eso, la remoción de la piedra puede significar la revelación de aquello que estaba escondido en la fosa de nuestra propia realidad, en el abismo de nuestro ser más profundo: una luz perenne abierta a la vida, una palabra que encarne lo terreno, pero que también lo trascienda. La invitación entonces es a "remover la piedra" que nos lastra por dentro, que nos enmudece, que nos coarta de lo absoluto. Vivir una vida más vivible, allende lo efímero.

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