sábado, 11 de junio de 2022

El taca taca fue un invento de un poeta anarquista español, Alejandro Finisterre. “Vi a los niños cojos... e inventé el futbolín” dijo, al ver a los mutilados por las bombas franquistas. “Soy idealista práctico: ¡conseguiremos un día no tener gobiernos!”, agregó, en otra ocasión. Por eso, cada vez que veo a los cabros en el colegio jugar al taca taca, percibo en ese juego inocente una metáfora de la poesía vuelta acción, vuelta materia. Los cabros compiten entre sí en ese pequeño universo futbolístico, sin otra regla que meter el balón a través de los arcos, desafiando así la inopia y la anomia del mundo real. Jugar al taca taca es ser anarco y dejar que el jugador juegue con sus propias reglas: reglas poéticas.

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