martes, 19 de octubre de 2021

Estamos viendo la tragedia griega en clases. Les expliqué que conceptos como peripecia y anagnórisis están más vivos que nunca. Uno habla de un suceso que afecta a una persona o a una colectividad y que altera o rompe el transcurso o la continuidad de una acción, y el otro consiste en la revelación de una verdad que estaba velada a un personaje o que este previamente ignoraba. En cierta manera, estos dos conceptos articulados entre sí, constituyen el corazón de la tragedia griega y, si se mira en extensión, el corazón de todo drama humano. Pregúntense lo siguiente: ¿Cuáles son las peripecias y la anagnórisis de nuestra actualidad histórica? Y, sin ir más lejos ¿Cuáles son nuestras peripecias personales y nuestra respectiva anagnórisis? Estoy convencido de que solo a través de la internalización de la tragedia en su sentido existencial se puede llegar a un cabal conocimiento y comprensión de nuestra propia historia. Cada una de nuestras vidas es un drama por sí solo. Los griegos viven en nosotros.

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