jueves, 28 de octubre de 2021

Entrevista a Camille Paglia

¿Cree que el feminismo, como movimiento político, se está volviendo irrelevante?

No. Creo que para muchas jóvenes el feminismo se está convirtiendo en una religión, en una visión del mundo, con un fuerte componente sentimental, casi apocalíptico, una cosmología. Ven un universo repleto de mujeres victimizadas enfrentadas a unos malvados hombres depredadores. Tienen una visión de la historia según la cual todos los males han venido de los hombres. En mi obra hablo de cómo las mujeres están en deuda con los hombres por todo. Ese resentimiento contra los hombres, eso que enseña el feminismo moderno, es puro veneno. ¿No puede haber un feminismo racional que reconozca a los hombres el mérito de haber creado la estructura fabulosa que nos rodea? Los problemas entre los sexos no se van a resolver hasta que la educación exponga a los jóvenes a las realidades terribles de la historia más remota.

¿Considera que ese fracaso de la educación es el problema fundamental al que se enfrenta la cultura occidental?

Yo soy atea, pero me tomo la religión muy en serio. El estudio de las religiones debería ocupar una parte central en la educación; no se puede entender una cultura sin conocer algo de su religión. Hoy los jóvenes viven en un mundo muy laico, en el que las religiones tradicionales han retrocedido, y todo lo que conocen gira en torno a la ideología política, sin ninguna base histórica. Los jóvenes no saben nada anterior a la Ilustración. No se puede entender la vida humana si todo lo que conoces es a partir de la Revolución Francesa. Es una visión muy estrecha, muy pueblerina. Las civilizaciones siguen un desarrollo natural orgánico: tienen su auge y luego su decadencia. Eso veo en Occidente, una pérdida de fe en sus propios valores. Tengo una visión historicista. Veo algo en el presente y me remonto a miles de años atrás. La gente hoy mira alrededor, ve que las cosas van mal y se apresura a caracterizar todo lo de Occidente en su peor encarnación posible. Los fracasos de Occidente, como el imperialismo o el racismo, son hechos, están ahí, pero reducirlo todo a decir que eso es lo que Occidente ha aportado al mundo.... Occidente ha creado la cultura tecnológica en la que vivimos.

Ha dicho que el feminismo es como una religión para muchas jóvenes. ¿Qué piensa usted del cambio climático? Porque hay gente que lo vive como si fuera una especie de dogma.

Sin duda es así. Greta Thunberg se ha erigido en una especie de líder de una secta. No siento ninguna admiración por ella. Es una chica a la que han turbado, le han inyectado una ideología unos adultos, y se ha puesto en marcha con una sensación de certeza. ¿Qué sabe esta chica? Debería estar en el colegio. Me parece perverso que ideólogos políticos utilicen a niños de esta forma. Y también que estén asustando a millones de jóvenes, que creen que se aproxima el fin del mundo. Claro que hay cambio climático, forma parte de la naturaleza de la historia de la tierra. La gente que lo acepta como una religión, porque se ha convertido en una religión, está recibiendo un impulso por parte de personas con dinero que ven la posibilidad de ganar todavía más dinero. Hay un impulso comercial, una manipulación tremenda, y están utilizando a niños.

Déjeme agradecerle su franqueza, porque a veces pienso que estamos sufriendo un nuevo tipo de dictadura, la de lo políticamente correcto.

Estoy de acuerdo. Es una dictadura absoluta. Para mí es increíble, porque pertenezco a la generación que se rebeló contra la corrección política, la represión y la censura. No me puedo creer que esté pasando.

¿Y cómo hemos llegado ahí?

Es la presión absoluta que procede de los progresistas para adaptarse a una doctrina rígida. No hay nada que no sea sentirse bien, no queremos herir los sentimientos de la gente. Los profesores han perdido el control de las universidades estadounidenses. Los dirigen administradores que tienen todo el poder y son el nuevo Torquemada. Cualquiera que viole el nuevo dogma que protege a las víctimas... Existe una estructura punitiva. Es una tiranía de lo políticamente correcto. Y no va a cambiar hasta que los jóvenes protesten contra eso igual que hizo mi generación contra la ortodoxia opresiva. Esta gente que afirma que es progresista, que afirma que es de izquierdas, es estalinista. Se está anulando el individualismo revolucionario de los 60. Ahora las instituciones aplastan a las personas. Estamos abandonando los derechos individuales y la capacidad de pensar y hablar con libertad. Occidente ya no existe. Es una sombra de sí mismo.

Camille Paglia: «El resentimiento contra los hombres que enseña el feminismo moderno es puro veneno» (abc.es)

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