martes, 5 de noviembre de 2019

Como era de esperarse, ningún cabro entró al último bloque. Literalmente evadieron la clase usando el temblor como excusa perfecta. Aproveché de decirles que se fueran. Que yo también debía volver. Que resultaba ridiculo quedarse hasta el último porque sí. Con algunos cabros nos dimos hasta un tiempo para tirar la talla antes de virar, algunos nerviosos, otros felices por la falta de quórum La evasión se ha vuelto la política del momento, la pedagogía de la evasión al clamor de la tierra.

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