miércoles, 14 de noviembre de 2018

Por ahí se alcanza a ver la casa de mis tatas, el barrio de mi infancia, el ascensor Monjas, el barrio de mi adolescencia, el ex colegio y la Avenida Alemania, entre tantos otros lares, recuerdos gratos, también ingratos, risas, llantos, amores, soledades, pequeñas victorias condensadas en un instante, también derrotas desenvueltas a lo largo de un tiempo indefinido... Cuántos ires y venires, promesas rotas, energías aún latentes, en ese remedo de arcoiris, para terminar andando y desandando y volviendo al mismo lugar y reciclando todas estas memorias de un solo tajo, inmortalizadas por el colorido de esta postal, camuflando la vida que aún susurra celosa entre los rincones.


No hay comentarios.: