jueves, 12 de julio de 2018

Aniquilación en el Ex teatro Velarde (no aniquilación literal, Aniquilación, la película de Alex Garland). Hubo por los menos dos cuestiones en las que no había caído en cuenta:
1.- Un loquito que antes trabajaba en el equipo de cine Insomnia me hizo recordar la asociación de la idea del Área X con la Zona de Stalker. La utilización del espacio mutante y radiactivo constituía un homenaje subrepticio a esa zona prohibida que se supone cumplía los deseos de sus visitantes (con evidentes reminiscencias a Chernobyl). Adentrarse en aquel espacio, sin embargo, no suponía, como en la película de Tarkovski, el hallazgo de un lugar secreto y milagroso, sino que la exploración de un territorio sitiado por algo venido del espacio, un algo digno de alucinación, extraño por grotesco. Mientras que el viaje a la Zona implicaba un aciago autodescubrimiento y una revelación de la vanidad de nuestras ambiciones, el viaje al Área X, por su parte, conducía a las protagonistas al encuentro con la aberración de lo desconocido aflorando desde adentro y desde todos lados.
2.- La llegada de Denis Villeneuve y esta película, Aniquilación de Alex Garland, son a menudo encumbradas por la crítica como "nuevos clásicos de la sci fi". Pese a esto, difieren en la perspectiva. La de Villeneuve insiste en la posibilidad de comunicación e incluso de conciliación con el otro alienígena. La de Garland, en cambio, plantea el extrañamiento absoluto del hombre confrontado con la otredad cósmica, que rebasa y literalmente aniquila su sentido y racionalidad. De esa perspectiva se deduce la siguiente idea: la vida humana como una extravagancia genética; la otredad del ente o la criatura espacial como una amenaza al sistema humano. En este punto cinematográfico, Garland es un fiel lector de Carpenter. Y, en otro plano, remite también a la tradición de misántropos literarios como Lovecraft. Garland encarna, a su manera, ese espíritu nihilista. Todo encuentro con la otredad no sería otra cosa que un encuentro con la verdadera verdad: la aniquilación del ser.

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