domingo, 17 de diciembre de 2017

Piñera representa el epítome del paradigma neoliberal, es su cara visible o su figurita de acción favorita; por eso todos los que simpatizan o siguen de manera estricta su dogma votaron por él. Todos aquellos con un mínimo sentido de la propiedad privada en desmedro del concepto de comunidad, con una mínima fe en el evangelio del trabajo como plataforma aspiracional, con una creencia confesa en el crecimiento económico como índice del espíritu de la cultura, siguen este juego de manera consciente o solapada, y sabemos que el prosélito cree a pie juntillas en el poder de la gestión empresarial, aspira a una inteligencia pragmática, quiere moverse como pez en el agua en un sistema donde el valor de lo financiero diluvia sobre el océano de la ideología.

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