martes, 19 de noviembre de 2013

¿Dónde está mi mente?



Definitivamente, no hay auto ayuda posible tras el narciso del conocimiento. Se ha puesto a la vida en segundo lugar frente al podio de la academia, de la industria, del consumo. Sin embargo, es el optimismo de moda aquel que vende y se aloja en los corazones del hombre moderno como si fuese bandera sobre los satélites atomizados de la conciencia, y en cada conquista se suman escalas a ese paraíso, para luego botarlas una a una, mantener los deseos flotando y restándoles la gravedad de la contingencia, la amargura de la verdad. 

La frase de Coelho: “Cuando deseas algo, el universo entero conspira para que lo realices". Sería bueno saber cuán cierta es en la siberia de la existencia, en el Tercer Mundo siempre fugitivo. Entonces, sobre la basura que no debiera vender libro alguno (y sí lo hace por millones), volverse la mierda danzante, el extravío que procede del caos y vuelve a él, porque entiende que, en su interior, el mundo es la fantástica cuerda floja sobre la cual tropieza, retrocede y baila como nunca.

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