viernes, 5 de octubre de 2018

Investigando sobre la exposición "Más allá de la música" de Kurt Cobain que se realizará en el Museo de la Moda, doy con otra noticia de este mismo año, sobre un incendio que destruye casi por completo otra exposición en el Museo de Historia de Aberdeen. Las causas del accidente aún se desconocen ¿fatal negligencia o complot en contra de Cobain en su propia tierra? Lo abigarrado del asunto da para especular lo peor. Se me vinieron a la mente las palabras del propio líder de Nirvana, tomadas a su vez de un tema de Neil Young: "Mejor consumirse que apagarse lentamente". Además, tengo entendido que en uno de sus accesos de locura endógena, y según alimenta la leyenda (falsa o no), Cobain habría desatado un incendio luego de quemar un autobús escolar en Seattle. ¿El fuego aquí presente habrá sido una suerte de homenaje? ¿Quemarse -como bien hablaba en relación a su interpretación de la filosofía budista- habrá sido una forma subrepticia de purificarse? El incendio del museo de Cobain gráfica, de forma simbólica, aunque no de la manera más digna, la propia figura del rockero, su propio ánimo nihilista y autodestructivo, su candente belleza, hecha, de una vez y para siempre, llama, ceniza, promesa rota.

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