"Las calles del centro, vacías, melancólicas, heladas, después de la lluvia. Así deberían estar siempre" fue lo que escribí un día de julio del 2018, en un texto que iba a publicarse en Rinconada, pero que acabó, por esas circunstancias de la vida, publicado en el libro A destiempo. Justa resonancia con el título. Ahora dicho fragmento vuelve a resonar con motivo de la reciente alerta de tsunami en todo Valparaíso. He visto videos del plan de la ciudad a la altura de la calle Blanco, cerca de la Intendencia. También hay registros del sector de Bellavista, de la feria de Av Argentina siendo desinstalada con urgencia, del barrio puerto y el sector próximo al ascensor Artillería y el paseo 21 de mayo. Todos y cada uno de los rincones se veía desierto. Ningún porteño, ningún alma porteña por las calles. "Cero humanos", comentaba un usuario, con un dejo de irónica alegría, como si él mismo no contara en la ecuación. Valparaíso se había vuelto una ciudad despoblada en sus interiores, con motivo de un posible tsunami. Desde que soy chico que vengo escuchando los mismos rumores y la misma posible amenaza. El resultado siempre ha sido un miedo reinante sobre las cabezas, una evacuación masiva y protocolar que acaba con la ciudad al desnudo, y un imaginario catastrófico que ya se ha convertido en otro sello subterráneo de nuestros relatos más arraigados. A mí me tocó evacuar solo una vez, hace casi once años, luego de un temblor fuerte. En dicha ocasión, subí al Cerro Polanco porque vivía en el plan, exactamente en calle Chacabuco. O quizá se trate de una de las tantas evacuaciones que me tocó vivir, porque, en una, de hecho, me encontraba en Santiago, y vi por redes sociales cómo la ciudad volvía a quedarse desierta, libre de su gente, no así de sus restos. ¿Qué sería de Valparaíso sin sus locatarios? Antes bien habría que preguntarse ¿Qué sería de los errantes sin Valparaíso? Por un momento, los porteños volvieron a hacer el ejercicio de imaginarse a la ciudad vacía. El espectáculo fue grandioso, tanto así que el tsunami -solo latente en su potencial- se volvió la excusa perfecta para contemplar, al menos durante unas horas, un centro reposado, sin ajetreo, silencioso, solitario. Si hasta las calles se veían más limpias y ordenadas. Una vez más, Valparaíso resurgía como ciudad fantasma y se tomaba un breve respiro. La mar la secundó, a lo lejos, como en los tiempos del Chivato mitológico.
miércoles, 30 de julio de 2025
martes, 29 de julio de 2025
En el óxido de los siglos (poema)
Del imaginario gragkiano, poemario Covid 1984
Todo el mundo en trance
mientras las elites mueven la agenda global
y los nobles oscuros cobran su porción de sangre, ruido y dolor
todo lo que han conocido y sostenido
es la falla obliterada de los complejos sistemas
que conducen a la muerte masiva
y al corrupto andamiaje del progreso
Con cada célula abierta, pierden un poco de su vida
La cáscara de un régimen vaciado
Ahíto, el organismo recibe en sus entrañas
Un implante del Foro Económico
La máquina sabrá cómo pulsar los botones
Que perturben sus fondos y sus focos
gestión de una realidad apócrifa
invasores en sus murallas cerebrales
a su alrededor se arrastrará la gente
sin noción de sí misma, horrores genéticos
hambrientos de ilusiones
programables en lo más elemental
recuerdos lejanos de una época de naciones
vendidas cual producto chino
químicamente fundido
cadáveres humanos cuelgan de los cables
y se desprenden de los neumáticos
daño a través de neurotoxinas
que inhiben la cognición
y que inyectan la pulsión demoniaca
búsqueda de eros en Tánatos, el mutante se vuelve rey
prosiguen las mentes gobernadas
por el sofista del metaverso
el caos siempre fue la herramienta
para abrir las puertas de lo infinito y de lo posible
ellos, los caotes mercenarios
han decidido entrar sin llave
para desalojarlo y vaciarlo todo
los reptiles ríen su suerte venenosa
sangre inocente será purgada
sin antes exprimir el nervio de lo irreal
todo establecimiento es una mentira flagrante
el abismo persiste en su pantalla negra
sin verdad en el horizonte, sus ojos se derriten
si es cierto es delirio, si es digital es hackeable
y cada nueva mirada, cada nueva apertura
será encontrada y administrada por los oscuros
una vez más, en el óxido de los siglos.
domingo, 27 de julio de 2025
Se cumplen 150 años del nacimiento de Carl Jung, y para darle más simbolismo arquetípico al asunto, me atrevo a afirmar que Ozzy Osbourne -que en poder descanse- fue quien mejor entendió al psicólogo suizo, sin haberlo estudiado, ya que prefirió volver consciente su oscuridad a fantasear imaginando figuras de luz. Mientras otros le cantaban al amor y a la paz con hipocresía, él gritaba contra la guerra sin miramientos. Mientras otros se refugiaban en melodías amables, él profería una voz aguda y, a ratos, desesperada, en medio de acordes poderosos y ritmos abrasivos. Siempre fue auténtico. Nunca ocultó su sombra, la integró y la convirtió en su sello artístico, en su personaje. A él le podría corresponder la figura del loco y la del creador, por igual. Locura y creación, una misma cosa.
Qué bueno que para mi ex yo siga siendo, después de todo, un "gran hombre". Para otros, en cambio, yo sigo siendo la peor persona. De Ozzy se ha dicho de todo: que es poco menos que un enviado del diablo, según sus detractores; o, por el contrario, un verdadero ser de luz, para sus seguidores incondicionales. Estamos hechos de la imagen que han hecho de nosotros. Embutidos parrianos de ángeles y bestias. Figuras poliédricas, ni tan armoniosas ni tan monstruosas. Se precisa aceptar nuestra sombra y reconocerla, como hubiera dicho el maestro Carl Jung, para volver consciente nuestra oscuridad y alcanzar la iluminación.
sábado, 26 de julio de 2025
Y como la polémica es la sal de la vida, vengo a desmentir algunas ideas erróneas sobre la figura de Ozzy o, al menos, ponerlas en tela de juicio, tanto de un lado (los que ven en Ozzy un estandarte ateo) como del otro (los que ven en el Príncipe de las Tinieblas un hereje y satanista consumado). Ninguna se aproxima a su compleja figura:
"El periodista americano Leslie Conway Bangs fue uno de los críticos de rock más prestigiosos que pasaron por la revista Rolling Stone. Según Bangs el grupo inglés Black Sabbath eran para el rock and roll lo que el místico John Milton era para la literatura. El clásico éxito titulado “War Pigs” (1970), en particular, ha sido identificado también con los macabros cuadros del holandés Hieronymus Bosch alias El Bosco. Geezer Butler, el principal autor de la letra, quería mostrar que el verdadero satanismo se expresaba en la guerra y el capitalismo en una línea similar a la del sello Broadside Records, donde muchos como Bob Dylan o Joan Baez probaban sus letras más políticamente incorrectas usando seudónimos. “Todos éramos creyentes entonces”, ha dicho recientemente Geezer, “pero no estábamos interesados en hablar de lo bueno de este mundo, que es justo lo que hacía todo el mundo”. “Nosotros nos dábamos cuenta de que la revolución del 68 nunca iba a suceder”, añadía en otro momento Geezer."
jueves, 24 de julio de 2025
"Que en paz descanse el padre del metal", me dijo por whatsapp una amiga, la "señorita plandemia". "Ayer quedé pa la caga cuando supe... tenemos que sacarnos un vacile en honor a él", agregó, lo que me dejó entusiasmado. "Totalmente querida. Te invitaré a un lugar nuevo", le respondí. Ella dijo: "esoooo". Pensé de inmediato en el nuevo bar Poseidón de Aníbal Pinto, que ya va a cumplir un año y que se ha ido consolidando como un local estiloso que acoge a todos los rockeros y metaleros del puerto, con sed de alguna birra artesanal, sonido estridente y camaradería. Había pensado, en un principio, en otros tres locales: el Baranda Bar, ex Keops, el Cureptano y el Roma, pero al primero voy siempre porque es más barato, al segundo ya lo encuentro muy rancio y al tercero ya fuimos caleta de veces, así que amerita, con motivo del reencuentro y la despedida del querido Ozzy, un bar como el Poseidón, que ha demostrado un compromiso férreo con la comunidad banger de la ciudad, sobre todo, en un contexto tan adverso. Salud mierda! Y larga vida a la música pesada.
miércoles, 23 de julio de 2025
I am Ozzy (confieso que he bebido) Memorias de Ozzy Osbourne, con la colaboración de Chris Ayres (fragmentos)
Fragmento en el que se refiere a su polémica con los fanáticos religiosos y a su propia concepción sobre la divinidad:
"Los peores, con todo, eran los cristianos fanáticos. Mientras el caso de «Suicide Solution» estuvo en los tribunales me seguían a todas partes. Se manifestaban ante mis conciertos con pancartas en las que podía leerse: «El Anticristo está aquí». Y siempre con el mismo cántico: «¡Deja a Satán detrás! ¡Pon a Cristo frente a ti!». Una vez me hice una pancarta propia con una carita sonriente y el mensaje «que pases un buen día» y me uní a ellos. Ni se dieron cuenta. Y luego, cuando el concierto estaba a punto de empezar, dejé el cartel, les dije «hasta luego» y me fui al camerino.
El momento más memorable con los fanáticos sucedió en Tyler (Texas). Entonces recibía amenazas de muerte casi a diario, de modo que contraté a un experto en seguridad, un veterano de Vietnam llamado Chuck que me acompañaba a todas partes. Chuck era tan bestia que nunca entraba a los restaurantes chinos. «Como vea a alguien con pinta de amarillo, me lo cargo», explicaba. Tuvo que renunciar a acompañarme en la gira por Japón porque no habría sido capaz de aguantar la tensión. Siempre que nos alojábamos en un hotel se pasaba las noches arrastrándose por los matojos del jardín o haciendo flexiones en el pasillo. Un tío muy pasado de rosca.
A lo que iba: en Tyler dimos un concierto, salimos por la ciudad y a eso de las siete de la mañana volvimos al hotel. Había concertado una cita con un médico en el vestíbulo a mediodía (tenía problemas con la garganta), de modo que me fui a la cama, sobé unas cuantas horas y cuando Chuck llamó a la puerta fuimos a encontrarnos con el matasanos. Pero no compareció, así que le dije a la chica de recepción: «Si viene alguien con bata blanca dile que estoy en la cafetería».
Lo que yo no sabía es que un evangelista local había lanzado una campaña televisiva contra mí en los días previos a mi concierto. Por lo visto, le había contado a la gente que yo era el demonio, que estaba corrompiendo a la juventud del país y que iba a llevarlos a todos al infierno. Total, que la mitad del pueblo iba a por mí, y yo no tenía ni idea.
Me senté en la cafetería con Chuck a mi lado mascullando y dando respingos. Pasaron treinta minutos. El médico no aparecía. Otros treinta minutos. Ni rastro del médico. Por fin, un tipo se acercó y me preguntó:
—¿Es usted Ozzy Osbourne?
—Sí.
—¡PON A SATÁN DETRÁS! ¡PON A CRISTO FRENTE A TI! ¡PON A SATÁN
DETRÁS! ¡PON A CRISTO FRENTE A TI!
Era el predicador de la tele. Y resultó que el café estaba lleno de discípulos, de modo que en cuanto empezó con la puta cantinela fanática un montón de gente se le unió hasta que me vi rodeado por cuarenta o cincuenta histéricos, todos congestionados y escupiendo la misma letanía.
Ahí se le cruzaron los cables a Chuck. La situación debió de reavivar algún recuerdo de Vietnam porque se volvió loco. Psicosis terminal. En diez segundos, el tío tumbó a unos quince devotos. Por todas partes volaban dientes, biblias y gafas.
No me quedé a ver en qué terminaba aquello. Le di un codazo en los huevos al predicador y salí pitando. Lo más curioso es que en realidad la Biblia me interesa bastante, y he intentado leerla varias veces. Pero sólo llego hasta el pasaje donde se cuenta que Moisés llegó a los 720 años, y entonces me preguntó: ¿qué estaría fumando aquella gente? Lo que quiero decir es que no creo en un ser llamado Dios vestido de blanco y sentado en una nube, como tampoco creo en un tío llamado Diablo armado con un tridente y un par de cuernos. Sí creo que hay día y hay noche, que hay bien y hay mal, que hay blanco y hay negro. Si hay un dios, es la naturaleza. Si hay un demonio, es la naturaleza. Me pasa lo mismo cuando la gente me pregunta si canciones como «Hand of Doom» y «War Pigs» son antibelicistas. Creo que la guerra es parte de la naturaleza humana. Y la naturaleza humana me fascina, especialmente la vertiente más oscura. Siempre ha sido así. Eso no significa que sea un adorador del diablo, del mismo modo que mi interés por Hitler no significa que sea un nazi. A ver, si fuera nazi, ¿cómo iba a casarme con una mujer medio judía?
A todos aquellos fanáticos debería haberles bastado con escuchar mis discos para que todo fuese obvio. Pero sólo me querían utilizar para ganar publicidad. Y supongo que a mí no me importaba demasiado, porque cada vez que me atacaban mi jeta salía en los telediarios y vendía otros cien mil discos. En realidad, debería haberles enviado felicitaciones navideñas.
Pero al final, hasta el sistema legal estadounidense se puso de mi parte.
La demanda por «Suicide Solution» fue presentada en enero de 1986 y desestimada en agosto de ese mismo año. Durante el juicio, Howard Weitzman le dijo al juez que si querían prohibir «Suicide Solution» y hacerme responsable del suicidio de un pobre chaval, tendrían que prohibir a Shakespeare porque Romeo y Julieta aborda igualmente el suicidio. También dijo que la libertad de expresión en Estados Unidos incluye las letras de canciones. El juez estuvo de acuerdo, pero sus conclusiones no fueron precisamente halagadoras.
Dijo que pese a ser yo «totalmente repugnante y reprobable, la basura también está protegida por la Primera Enmienda». Los McCollum sólo tenían razón en algo: sí había un mensaje subliminal en «Suicide Solution», pero no era «saca el arma, saca el arma, dispara-dispara-dispara». Lo que decía era «saca el parrús, saca el parrús, puja-puja-puja». Era un chiste guarro que teníamos por entonces. Si una chica se desnudaba decíamos que «sacaba a pasear el parrús». Y «pujar» era una manera de decir «empujar», esto es, follar. O sea, que lo que estaba diciendo era «desnuda a una chica y échale un polvo», que es muy diferente de decir «vuélate la tapa de los sesos».
Pero los medios de comunicación siguieron mucho tiempo obsesionados con aquello. A nosotros nos vino muy bien como publicidad. La situación llegó a tal punto que si ponías una pegatina de advertencia en el disco por el contenido explícito de las letras, vendías el doble de copias. De manera que había que poner las pegatinas o no entrabas en las listas de ventas.
Con el tiempo empecé a meter mensajes subliminales en todas las canciones que pude. En No Rest for the Wicked, por ejemplo, si se escucha «Bloodbath in Paradise» al revés, puede oírse que digo claramente «your mother sells whelks in Hull» [tu madre vende almejas en Hull]."I am Ozzy (confieso que he bebido) Memorias de Ozzy Osbourne, con la colaboración de Chris Ayres
Fragmento en el que se refiere a la fama de Black Sabbath como "iniciadores del heavy metal":
"Entre bolo y bolo empezamos a concretar algunas ideas para las canciones. Tony fue el primero en sugerir que hiciésemos algo que sonase maligno. Cerca del centro comunitario de Six Ways en el que ensayábamos había un cine, el Orient, y siempre que echaban una peli de miedo la cola daba la vuelta a la esquina.
—¿No es raro que la gente esté dispuesta a pagar para asustarse? —recuerdo que dijo Tony un día—. Quizá deberíamos dejar de tocar blues y escribir canciones que den miedo. A Bill y a mí nos pareció genial, de modo que nos pusimos a escribir una letra que acabó siendo la canción «Black Sabbath».
Básicamente trata de un tío que ve a una figura vestida de negro venida para llevarle al lago de fuego. Entonces, a Tony se le ocurrió un riff escalofriante. Yo ululé la letra por encima y el resultado fue alucinante, lo mejor que habíamos hecho hasta entonces de lejos. Más tarde he sabido que el riff de Tony está basado en lo que suele llamarse «tritono» o «intervalo del diablo». Al parecer, las iglesias prohibieron su uso durante la Edad Media porque acojonaba a la gente. El organista tocaba las notas y la gente salía corriendo porque pensaba que el demonio iba a aparecer por detrás del altar.
El título de la canción se le ocurrió a Geezer. Lo sacó de una película de Boris Karloff de hacía ya bastantes años. No creo que Geezer hubiese visto nunca la película, si os digo la verdad. Yo, desde luego, no la había visto; pasaron años hasta que me enteré de que había una película con ese título. Tiene gracia, en realidad, porque pese al cambio de orientación seguíamos siendo una banda de blues de doce compases bastante canónica. Si escuchabas con atención podías oír las influencias jazzísticas en nuestro sonido, como el swing que le ponía Bill a la introducción de uno de nuestros primeros temas, «Wicked World». Lo que pasaba era que lo tocábamos a ochocientas veces el volumen de una banda de jazz.
Hoy la gente dice que inventamos el heavy metal con la canción «Black Sabbath». Pero el término «heavy metal» siempre me ha dado un poco por culo. A mí musicalmente no me dice nada, especialmente ahora que hay heavy setentero, heavy ochentero, heavy de los noventa y heavy del nuevo milenio; son todos diferentes, aunque la gente se empeña en tratarlos como si fueran lo mismo. En realidad, la primera vez que oí las palabras heavy y metal juntas fue en la letra de «Born to be Wild». Después de aquello, la prensa decidió usarlas. Nosotros nos considerábamos una banda de blues que había decidido componer canciones de miedo. Pero más adelante, cuando ya habíamos dejado de hacer ese tipo de música, la gente seguía diciendo: «Ah, son una banda de heavy metal, seguro que sólo cantan sobre Satanás y el fin del mundo». Y así es como acabé odiando la expresión.
No recuerdo dónde tocamos «Black Sabbath» por primera vez, pero desde luego recuerdo la reacción del público: todas las chicas salieron espantadas de la sala.
—Oídme, en una banda se está para follar, no para que las tías salgan corriendo, ¿no? —me quejé luego a los otros.
—Ya se acostumbrarán —me dijo Geezer."
martes, 22 de julio de 2025
Adiós, querido Príncipe de las Tinieblas
La formación original de Black Sabbath con Ozzy Osbourne a la cabeza fue, sin duda, la que definió para siempre el sonido del naciente heavy metal para la posteridad. La historia de los "dedos cortados" y el implante metálico de Tony Iommi, aunque no haya sido exacta, contribuyó a la creación del mito, y se sabe que toda gran historia merece un relato fundante que la sostenga y una figura visible. A principios de los ochenta, luego de la expulsión de Ozzy, se incorporó el legendario Ronnie James Dio y más tarde, un gran número de vocalistas (incluso Ian Gillan de Deep Purple) que intentaron suplir la ausencia del Príncipe de las Tinieblas. Paralelamente, Ozzy realizó una exitosa carrera solista marcada por la tragedia, tras la muerte del eximio guitarrista Randy Rhoads. Yo creo que casi todos los metalheads que he conocido concuerdan en que la época Ozzy de Sabbath fue la más icónica, pese a que la voz del Príncipe no haya alcanzado los rangos de Dio, pero tenía ese sello distintivo que la volvía única, esa amalgama sonora que fue el magma para la erupción de estilos que explotaría más tarde, a fines de los setenta con la New Wave of British Heavy Metal y durante los ochenta, con la sofisticación virtuosa del heavy, el nacimiento glorioso del Power, la rebelión del Thrash y la gravedad del Doom. Desde el primer disco de Sabbath, el homónimo, con aquel tema de arranque, se produjo una fuerza simbiótica entre la voz dramática de Ozzy Osbourne, los acordes tenebrosos de Iommi en la guitarra, la profundidad del bajo de Geezer Butler y la potente percusión de Bill Ward en la batería. Fue a partir de esa vibración eléctrica que, como dijo Andrew O Neill en la Historia del Heavy metal: "... llegó el Big Bang, el riff más atronador que jamás se había oído". Recuerdo, a vuelo de murciélago, aquel rústico compilado de Sabbath en mp3, escuchado en mi pieza de adolescente. Sonaba Iron Man. También recuerdo a una chica con la que salía y con la que fuimos un par de veces a tocatas en el Anemia. Lo único que me quedó grabado de aquellos rancios episodios fueron sus palabras, dichas en ya no me acuerdo qué contexto: "cuando muera Ozzy, se me romperá el corazón". Este es el momento en que los oscuros corazones gritan y se retuercen, en nombre del sonido metálico, en nombre de aquella luminosa oscuridad que forma parte de nuestra imaginación, la expresión más sincera de la sombra que nos acompaña hasta la tumba. Buen viaje, Príncipe y saludos a Dio y a Lemmy, en el Olimpo del rock and roll o en el inframundo, vacilando con el cola de flecha y sus feligreses, un último y ardiente concierto.
Una reflexión de antaño (exactamente once años) que sigo compartiendo y que, de hecho, se ha visto fortalecida con el tiempo:
Se advierte en el medio una sobrevaloracion de las famosas causas colectivas y facebook se alimenta de eso. Sin embargo, la mayoría responde más a un instinto de ser parte de algo, que a una real vocación interior por un móvil social. Hoy "todos somos animales", "todos somos palestinos", "todos somos damnificados", etc., parecen como lemas que venden conciencia al mejor postor. Tienen el doble filo de la forma, puesto que faltan posturas fundadas en el conocimiento y la experiencia y no simplemente por la moda virtual del momento. Hay mayor promoción de una especie de "humanismo digital", pero este se torna superficial, basado en la pura imagen, en la apariencia y ya no importa tanto el argumento ni la acción.
Habría que preguntarle a todos esos que dan likes y comparten fotos promoviendo causas, ¿qué han hecho realmente por ellas? y si han hecho algo, tampoco es urgente la necesidad compulsiva de hacerla aparecer públicamente. La pregunta por la conciencia debe ser una convicción individual, no por un afán de pertenencia colectiva. De lo contrario, es mero proselitismo. Se malentiende el dilema moral que cada individuo debe resolver consigo mismo en relación con los otros como puro egoismo, y no se va al meollo del asunto.
Antes de participar ciegamente de una colectividad y apoyar una causa habría que preguntarse si se está preparado, cuánto se esta dispuesto a sacrificar y si responde a un móvil que sintonice con la propia voluntad. No niego la trascendencia de las causas, sino que el grado de manipulación que puede existir. Claro, pero los militantes de ciertas causas vienen luego con su interpelación moral y su falta de autocrítica a enrostrar falta de movilización y protagonismo, como si fuesen los nuevos gurúes de la moralidad, como si fuesen ejemplos de "recta acción". Es como decía Houellebecq finalmente: "la militancia es para la gente feliz". No conviene juzgar a nadie, a estas alturas, por lo que hace, sin entender, al menos, sus móviles ni sus circunstancias vitales.
domingo, 20 de julio de 2025
El académico español Jesús G Maestro tiene una obra llamada Crítica de la razón literaria, en la que plantea su propia definición de la literatura como: "... una construcción humana y racional, que se abre camino hacia la libertad a través de la lucha y el enfrentamiento dialéctico, que utiliza signos del sistema lingüístico, a los que confiere un valor poético o estético y otorga un estatuto de ficción, y que se desarrolla a través de un proceso comunicativo de dimensiones históricas, geográficas y políticas, cuyas figuras fundamentales son el autor, la obra, el lector y el intérprete o transductor". Maestro articula una definición posible en consonancia con su materialismo filosófico, y como reacción a lo que él considera un relativismo nocivo que ha alejado a la comprensión de lo literario del estudio riguroso que merece como práctica de la libertad. Se reconoce su aporte a la crítica literaria contra la contaminación de los llamados "estudios culturales" de manufactura anglosajona y contra los adalides de la deconstrucción posmoderna, pero me temo que su concepción de lo literario no contempla precisamente el ámbito simbólico, mitológico, inclusive esotérico y espiritual que subyace a cada corriente en cada época de la historia de la civilización.
Gragko fatal
…Cuida tu cabeza, aquí está
Gragko
Preludio al drama
En un lugar oscuro del planeta Tierra, no muy alejado de lo real, hay una entidad.
Una que, aunque se encuentra dentro de cada cosa, vive aislada.
Es la parte que más tememos y que no queremos ver.
Por la mañana, aterriza. A mediodía, mora.
Al anochecer, aparece, en forma de ser terrenal,
desplegando su misterioso halo de energía.
En menos de una fracción de segundos, invade en el corazón de los mortales.
Una sarcástica onomatopeya, y enseguida eres testigo de su enfermedad,
que llegas a reconocer y poseer como tuya.
¡NO ES OTRO QUE SUS PROPIAS SOMBRAS!
Entonces es cuando comienza la odisea.
Él, él es el espectador ahora:
-Me sumerjo entre las sombras para penetrar el umbral de las dimensiones.
Siento voces, aterrizo en un vasto espacio de la Tierra. ¡América será mi próxima parada!-.
Después del discurso del espectro, presentemos a los personajes que le suceden.
Esta vez se trata de un grupo, una tribu de seres jóvenes,
en comunidad dentro de una extraña familia.
-Joven 1: ¡Ahora! Alcen todos sus vasos ¡Ahora! ¡Brindemos!
-Joven 2: Salud por los necesitados, los malditos.
-Todos: ¡VIVA!
Habla el espectro:
-Este momento es perfecto. Una escena perfectamente decadente-.
-Joven 3: ¿Quién hace tanta bulla?
-Joven 4: ¿Qué es todo esto?
-Joven 1: No importa, somos una comunidad.
-Joven 3: No te molesta si te pregunto ¿Cuál es tu reputación aquí?
-Joven 1: Soy una especie de celebridad en potencia, señorita.
-Joven 2: Oye, ven, parece que en la puerta hay alguien que te espera.
-Joven 1: ¿Quién será?
Cuando el misterioso joven camina hacia la puerta, una mancha de vacío se pinta en el camino. Abre la puerta:
-Joven 1: Señor, ¿Quién diablos es usted? De todos modos, entre, está bienvenido para disfrutar. Es toda una fiesta maldita.
-Espectro: Descuide ¿Sr. Bill?
-Bill: Con él mismo.
Enseguida se estrechan la mano, y ocurre un súbito apagón:
-Espectro: No se moleste. Vengo en busca de la joven de la casa. Está aquí, ¿no es cierto?
-Bill: ¿Para qué la quiere?
-Espectro: Preferiría no hablar de ello. Es un asunto delicado, privado. Es familiar. Con su permiso
El espectro procede a entrar en medio de la bulla. La fiesta se paraliza perpleja y luego se reanuda.
-Bill: Pero, ¿quién será ese tipo? Rosa nunca me habló de él. Algo me está escondiendo.
Bill se queja:
-Joven 3: ¿Qué pasó?
-Bill: Nada, sentí como si muriera de repente. Tengo un mal presentimiento.
Mientras tanto, el espectro se abre camino a través del largo corredor, que da hacia la pieza. El espectro está a punto de transformarse:
-Espectro: ¿Srta. Rosa?
-Rosa: Señor, ¿quién es?
-Espectro: ¿Puedo pasar?
-Rosa: Sí, adelante.
El espectro se hace pasar por su novio:
-Espectro: ¡Soy yo, mi amor!
-Rosa: ¡Bill! ¿¡Qué te pasó!? Debo estar soñando.
-Espectro: No te emociones. Ahora déjame abrazarte y recordemos viejos tiempos. Aún es tiempo de cambiar.
La mira fijamente, a la vez que cae cautiva de un hechizo inexplicable. Ella repite ahora bajo un mantra:
-Rosa: Te acuerdas, te acuerdas de la última vez que hicimos el amor.
-Espectro: Gracias por las memorias. Éste es un momento muy interesante. De hecho, tú eres muy interesante para mí.
-Rosa: Ven conmigo (se acerca llorando).
El espectro la abraza, con una sonrisa hipócrita.
Después de horas, ya se hacía muy tarde, y Bill (el real) notó que Rosa y el tipo aún no aparecían, así que se preocupó y fue a revisar las piezas de la casa, intrigado. La fiesta en verdad había sido un real desastre:
-Bill: ¡Rosa! ¡Rosa!
-Joven 4: ¡Bill! No crees que ese tipo...
-Bill: Sí, sí, lo creo, no le digas a nadie de esto.
-Joven 4: Bill, yo creo que debe estar en el baño.
-Bill: ¡Vamos para allá!
Bill, y su amigo, fueron rápidamente a investigar:
-Joven 4: Aquí, forcemos la puerta.
Cuando entraron, Bill encontró a su novia Rosa en la ducha, con llagas en las muñecas, clara muestra de intento de suicidio. Rosa procede a exclamar:
-Rosa: ¡Bill! Di que me amas. Di que me amas maldito. ¿Acaso crees que no me doy cuenta? Eres todo un hipócrita.
-Bill: Rosa, ya cállate, por favor.
-Espectro: (Abrázalo, abrázalo).
-Rosa: Si me quieres, puto, ahora, ¡demuestra tu amor!
-Bill: ¡No seas así! ¡No seas ingenua!
-Espectro: (abrázalo, abrázalo).
-Rosa: ¡Yo no diría lo mismo!
Y Rosa se acerca a los brazos de Bill, casi como en una entrega de pasión fatídica, y se abalanza contra él, hiriéndole de muerte:
-Bill: ¡AHHHHHH! ¡Qué me hiciste!
-Rosa: Jajajajajajaja, no sabes lo que dices, jajajajaja.
Los ecos macabros retumban en la sangrienta escena del horror. Ambos enamorados desfallecen.
-Espectro: ¡Demasiado por hoy! ¡Demasiada sangre! Me desaparezco por ahora (Risas malévolas)
Unos pocos minutos después, llegan a la escena concreta los amigos de Bill, a ver lo que sucedió, entre tantos gritos:
-Joven 4: ¿Qué sucedió aquí?
-Joven 3: Esto es obra de él, ¡de él!
-Joven 4: ¡No puede ser! ¡Están muertos!
-Joven 3: ¡Fue él!
El espectro, después de esta cruel escena de desengaño, se siente satisfecho.
Se esfuma en el umbral, el mismo por donde vino, en busca de más sangre y destrucción.
Tan fugaz como una tormenta, tan siniestro como el paso del tiempo,
tan macabro como el mundo del hombre, él es GRAGKO.
Y no es otro que sus propias sombras.
CONTINUARÁ
Cazador de la memoria
El que expele la noche,
el que captura los recuerdos
en una botella encantada.
El que mata pensamientos como mata moscas,
dominará expandiendo su sombra
a todos los moradores del pensar.
Mueran los grandes sabios,
mueran sus cabezas parlantes
y linchen sus palacios erigidos sobre letras huecas.
Quemen sus libros y manifiestos.
Que así se difumine, que así se cante.
Él morará en umbral de cuentos de hadas,
mientras rapta a las magnánimas musas.
Beberá de su licor y explotará su embriaguez,
La ingente matriz será suya propia.
Y su renacimiento,
Será otra vez como las palabras
O como el vómito de sus bocas.
El encanto malvado de la lechuza
El congelamiento de la edad de las luces
es el encanto de la nueva maldición
que se hará sobre todos ustedes,
los de la raza humana.
Háganse presentes, y cultiven la maldad
con retorcidos pensamientos
de caos, tragedia y aversión.
Consúmanse ustedes mismos
en los brotes herméticos
de la vida y sus avatares.
Los secretos de la buena nueva
ningún ángel de la guarda
estará ahí para ayudarles.
Una batalla psíquica oficial
Contra los agentes de la razón
Contra las mascotas de la muerte.
Háganse insectos, o serán capullo eterno.
Ese es el encanto, la nueva maldición
Que se hará sobre todos ustedes
Los de la raza humana
¡Vamos! Cultiven la maldad
con retorcidos pensamientos
de caos, tragedia y aversión.
Ultraje del amor mutante,
ultraje de quien falló en el amor,
y sólo así caerá sobre ustedes
el congelamiento de la edad de las luces
el encanto malvado de la lechuza.
Entre luces enterradas
Entre luces enterradas, luce, absoluto, el abismo.
Cae la historia, caen sus impúdicos secretos
Y el mito rompe la coraza
Y se levanta, mercenario, contra el mundo.
Satán no es el indicado para destruir sueños
Vino color rojo sangre
a medio tomar
media hora de infierno
los niños no se escaparán de la catalepsia
el peluche del corral de los miedos.
Tormenta del desastre
en imágenes múltiples
Vende tu alma errante
El pasaje para tu exilio
en el día de la indolencia
fue todo pagado
y tu próxima parada: el noveno círculo.
Satán no es el indicado para destruir sueños.
Abbadón
Y cuando llegue el último día,
volverá como el ángel exterminador,
tras el signo de la Gran Ramera
esparciendo la cólera en la letrina de los traidores.
La Gran Discordia
Aquí viene la virulencia
Que caerá sobre cada huella humana
Será la entropía higiénica
que acabará con los conceptos eternos
de la moral y la ética.
La agricultura del pensar
marginará a su ovejero
así, la lana del caos será trasquilada
para tejer el velo de Maya
que cautivará a parásitos y filósofos.
Se expondrán las vísceras del tiempo
y la carne de la galaxia
traerá las almas en pena
que vagan en el espacio
sobre vibraciones intempestivas
y la Tierra será la tumba de todo paraíso.
Aquí viene la virulencia
La invencible virulencia
liquida ya la necedad
de tapizar el cielo de quimeras
cuando bajo el poder de Dionisio
se implora la potencia de la carne
por sobre los verbos
por sobre la paja de los templos
por sobre el yo y la ilusión del más allá.
Aquí viene el corazón del tiempo
poniendo en marcha su incesante caos
su fracción de todo y de ente
será el agente que revele toda máscara.
¿Quién te hizo verdad para decir: descubriré tu rostro?
Entre ellos, su falacia hermenéutica
y la tiniebla de la incógnita
hay solo un lamento de siglos
Es la lírica de los malditos
Los cautivos del velo de maya
atados a la magnánima Discordia.
La Gran Discordia, que prescinde de toda
pureza del espíritu
está ya aquí en cada rincón del universo
y en cada reducto cerebral
cumpliendo su obra perenne
escrita con el fluido de un vicio
llamado historia.
Aquí viene la virulencia
Que caerá sobre cada huella humana
Será la entropía higiénica…
Nada, para siempre
Discordia para todos
y la Tierra será la tumba de todo paraíso.
Mantis
Renacimiento y venganza del artrópodo
Las tenazas y dientes afilados
se adhieren a la concupiscencia
del insecto metamorfoseado
que nutre el capullo de la morbilidad.
Motín de violencia reproductiva
prolifera los gérmenes en reserva
Los soldados, lacayos y fieles de Mantis
Se ofrecen para el gran pandemonio
La reina madre en plena preñez
crea con su pestilente matriz
verdaderas larvas atómicas
contra la biodiversidad metalúrgica.
Nutriendo el Estado llano de la morbilidad
nutriendo la capa estratosférica
de todos los huevos y larvas
en el jardín de las aberraciones
para el crecimiento
de la gran entidad mutante.
El jardín de la humanidad
El jardín de la tierra
Se convertirá así
En el campo de la revolución díptera
Será el complot de Mantis
Será el complot de los insectos
Contra la dictadura racional.
Egregor
Piensas como quiere que pienses
A través del vacío de lo que celosamente amas
Y de lo que obtusamente conoces.
Aloja en la noche de las mentes
Evitando que una luz conspire en su intersticio.
Entonces sueñas con el sueño de la razón
Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación
Porque no hay un afuera de su pensamiento.
A medida que la calle se hace huella, y sus pasos delinean tu sombra
Se va abriendo una abertura, una abertura insondable
Por la cual conjura las maldiciones de lo desconocido.
Piensas como quiere que pienses
Así lee en tus ojos el nicho, la hondonada
En donde resbalan los espejismos de su propia visión
No puedes separarlo sin separarte a ti misma
Pero en cambio me invocas, creyendo así abstraerte
Y sublimar la totalidad del mundo que te rodea
Cuando no soy sino un remedo de tu propio deseo
Que es el deseo de lo que él mismo engendra
Indescifrable, ignoto hasta decir basta
Hasta decir la palabra y el silencio que nos regresará nuevamente
A la grieta del espejo de la cual venimos
Y de la cual germinó este prisma apasionante
Que no es otra cosa que la verdad quebrada
Ante sus ojos sin dirección.
Piensas como quiere que pienses
A través del vacío de lo que celosamente amas
Y de lo que obtusamente conoces.
Aloja en la noche de las mentes
Evitando que una luz conspire en su intersticio.
Entonces sueñas con el sueño de la razón
Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación
Porque no hay un afuera de este pensamiento
Y no hay ya totalidad que sueñe
Con el ocaso de su propia nada.
Llave para el cosmos incierto
Todo quieto, cuando la logia sube a la cima.
Las estrellas en forma de pentagrama
indican las cinco direcciones
que toma la discordancia de los sonidos.
No te dejan salir…
Cierran las puertas,
Y no sabes lo que harás
Todo quieto, cuando el temor no pertenece a nadie.
El misterio en la antesala indica que esto
es una completa jungla,
que existe más de esa influencia ultrasónica
Desmembrante.
No se quieren callar…
Abren sus bocas,
Y no sabes lo que harás.
Todo quieto, cuando recortas las sílabas y vocales de tu nombre
Para tratar de sortear tu hueco en la fila de interrogados.
¿Cuántos años te tomará saberlo?
¿Darte cuenta que todo este tiempo
Han intentado robar la llave para el cosmos incierto?
Ahora no te dejarán salir
Ahora no se querrán callar.
Prepárate para lo peor.
Súper rayo final
En carga está su cabeza de bomba
capaz de apagar al Día y su reinado falaz.
Se arrastra así entre los peldaños de las sombras
que se crían en su cólera
y llega flagrante al existir en un portal.
La brecha entre el Sol y la Luna,
calor y frío, misericordia y coraje.
Su obra maestra está a puertas del menguante.
En la torre suprema del cielo eléctrico,
Se alimenta de frío,
Se alimenta de la Luna,
Se alimenta de lo salvaje.
Y no tiene dimensión porque es tabú,
es el mal, es la energía, es la mácula,
es la epidemia de la razón.
Sobre sus mundos objetivos y mentales
caerá el súper rayo final
de energía, de oscuridad, de hielo, de muerte,
arrasando sistemas, instituciones, entidades.
Y llega más rápido que la luz a destruir
¡No hay razón ni locura que se le compare!
Por siempre cero
Lo que los vivos añoran como vela al viento,
desaparece en cuanto lo nombran,
y no decanta pero quiere ser poseído.
Las sombras lo vigilan todo,
desde el oasis de aguas negras,
y cuando estés en el desierto de los desiertos
te darás cuenta de que vives
siendo sólo arena y olvido.
Lo opuesto, la cara inversa, prohibida, misteriosa.
Tus fuerzas consumidas,
tú consumido, vives siendo
un conjunto entre dos paréntesis,
y crees ser tú mismo ángel y demonio
cuando tu nombre apenas se distingue
entre los tantos ecos de la caverna.
La lluvia cae y cae en el espacio,
Los soles lloran su promesa inmaterial,
haciendo de la luz un fugitivo que retorna a la concha.
Envilecida la piedra, inflamado el abismo,
El cielo se precipita hacia su descenso.
Las aristas van de aquí para allá,
y crees armarte en medio de la oscuridad,
siendo que tú eres el miedo en persona,
todo lo que temiste, temes y temerás eres tú,
y buscas alguna salida de emergencia,
y caes sin presente, y lames el eje de las luces,
y es producto de tu imaginación,
que todo lo puede al ser pervertida,
al ser tocada en su punto de carne, su punto vital.
Y ya que esa, tu vida, no es más que un círculo,
hoy suspiras y aspiras el polvillo de pensamientos ajenos.
Todo cae como daga, deberías saberlo,
todo queda en cero.
Lo que los ojos ven no puede ser verdad
los ojos de la mente son espejismos
los ojos del corazón son neblinas
los ojos de los ojos son doblemente espejismos
mas los ojos del rostro no pueden ver la noche que precede a toda vista.
El miedo mueve montañas
Recuerda tus más ocultas pesadillas
Y sabrás que son un dulce tabú
Lo que te causa escalofrío
Es el verdadero rostro detrás de todos tus espejos
Solo tú eres la sombra del ente debajo de la cama
No temas la manía de abrirle las puertas
Todas las veces que sea necesario
hasta la máxima combustión de la vigilia
Y la extrema aridez del ensueño
Vives al límite de la culpa por enterrar a tus amigos
tus queridos monstruos de la infancia
Echa un vistazo a tu cuarto, una vez más
Y descubre que la inocencia solo fue una excusa
Para seguir creciendo
Para seguir creciendo
Así es como las lágrimas son más dulces
Así es como el ruido es más armónico
Y así es como el cuco se transforma en su víctima, su origen, su fin
Papá y Mamá son mitos errantes
El miedo tu gran y único amigo
Solo invítalo a dormir, cariñosamente
Para seguir creciendo
Para seguir muriendo.
Sonoras vestiduras de la muerte
Densa es la galería de ensueño
que cuenta cuerpos como cuenta ovejas
gestando los deseos
que mudan de cuando en cuando
las sonoras vestiduras de la muerte.
Cosida de aliento a espíritu
Atravesada de fuego y cera
permanece la muerte ebria de vida
y carente de límite.
Atrapa musas [elegía]
Lleno del aura brava de la noche
raíces en el suelo crecen como garras
Los tallos de beldad se diluyen en sangre
y su presencia se vuelve informe.
Invisible a los ojos, duele en el corazón
el llanto de las ninfas amarga sus mieles.
El ángel del precipicio
como me hizo nombrar el altisonante
me llama a explotar mi talante
me llama a socavar ventanas y furias.
Esparciendo los dotes de las parcas
exigente hasta la locura, arrojo mi nebulosa
entre fiestas y credos paganos.
Viejos amores entre mis brazos
imitando la moda del destino
entierro lo anodino de sus pesadillas
y las filtro entre razones seculares.
Calladas en su sed planetaria
nutren al insecto interior
el estado larvario de su propio temor.
El futuro es una excusa
y para vírgenes de recónditas matrices
el tesoro y pretensión de su circular vida.
El viñedo que invita a ahogar la tristeza
lo que mejor se ahoga es la palidez profunda
de apostar por tierra y desencadenar un mundo
un tumulto de fuego e inocencia.
Lo que tendría que ahogarse
es la esperanza de la inspiración
que no es sino la libido de vísceras al aire
y manía poética de ser la nada misma.
Y de pronto me vuelvo hueso
un roído hueso que añora ser carne
que quiebra por alcanzar el cielo.
Lleno del aura brava de la noche
raíces en el suelo como manos sórdidas
y la única excusa para crear y para amar
es que la musa muere
como poema en la hoja.
Babel
Ciento cuarenta y cuatro mil feligreses
en la sintaxis de sus cuerpos
Crean un Babel gigante y fantasmal.
Primera paradoja:
La palabra crea mundos
Los pare a modo de concepción virginal.
Religa la distancia original entre sus criaturas.
Si somos, por ende, un pastiche de verbos y sustantivos
Verdaderos golems verbales
¿Para qué una gramática?
¿Por qué no mejor callar?
He aquí que rezan: “Las lenguas son indistintas de su boca”.
Los muertos, en su lugar, atestiguan una verdad silenciosa:
El mundo es el vomitorio de Dios.
Así regresa con su sordo lenguaje de signos afásicos y dislexia secular
Sus palabras que saben a vómito sagrado.
El asco de hablar en directa proporción con el asco de religar las cosas y fenómenos mundanos.
La falacia de lo indecible y el negocio de lo poético consisten en taparle sistemáticamente la boca a Dios.
Segunda paradoja: las creaciones son posteriores a su creador.
Si el Padre siempre fue, y Él es en nosotros
¿Para qué designarlo causa y principio de todas las cosas
si la anterior premisa rompe con aquella lógica?
No tiempo, por ende, no factores ni efectos
Lo realmente infinito es el Mal, el engendro de la energía
La transformación termodinámica.
El show de la creación es una falacia espacio-temporal.
Se trata de un pomposo simulacro de aburrimiento
la imagen genuina del Ocio Universal.
Dios, en su hastío de ser infinitamente, regurgitó todo un miserable cosmos constante y sonante, un todo equivalente a nada con intereses.
Lo que concebimos como mundo entonces no sería sino el garabato secular de un alguien con un grado de ostracismo directamente proporcional a su grado de permanencia en la mente de sus feligreses.
He aquí que mi vientre proclama una verdad impúdica:
El mundo es el excusado de Dios.
Tercera paradoja: Más allá de esta vida existe la eternidad
¡Fatal! Considerando que más allá del cuerpo pueda ser posible la existencia
¿Acaso no es la materia la noción primaria sobre la cual podemos constatar el espíritu?
Es afirmar la entidad de la yema antes que la del huevo.
En efecto, la cáscara es vestigio y evidencia de todo contenido.
Prueba a romper tu cabeza
Tu mente allá dentro gritará o callará
Pero de ningún modo morirá.
¿La muerte no existe? ¡No! Es sólo la prueba de su existencia vicaria.
Entonces, si probamos a romper un huevo, no nos queda más que una yema deformada, ligada a lo sensible, y falsamente situada como esencia, como meollo interno, como principio y causa.
La eternidad así sería solamente un concepto monolítico, manoseado al cubo por los prestidigitadores del monopolio comercial, por los modernos hipotecadores de vidas humanas.
La eternidad equivale sólo al valor de tus deudas
Sólo al precio a pagar por tus pecados
Sólo a tu posibilidad de redención en este mundo enfermo
Sólo a la probabilidad de cumplir tus sueños
Sólo al porcentaje de todas tus muertes, anónimas, consuetudinarias.
¡Sólo existe esta vida!
sólo existe este estúpido odiando su imagen frente al espejo
sólo existe este grandísimo animal autómata
sólo existe este texto escribiéndose a si mismo
sólo existe este ente codificando en cada exhalación, en cada paso, en cada latido, en cada letra, su absoluta mortalidad.
El mundo es el gran basurero de Dios.
Alergia
Alergia, el nombre de la bestia
Intenta respirar con ella
E hincha de mucosidad tu cabeza
Se abre de par en par
para que así captures su morbo interno.
¿ Y te has preguntado por qué seguir con toda esta asmática industria humana, si cada uno de los tornillos grasientos que somos nosotros dentro de un engranaje mayor persiste en una funcionalidad lacónica sin sentido ni trascendencia de ninguna índole ni metafísica y cree encontrar en ese proceso estanco y aceitoso de utilidad su razón, su ethos, su depósito de fe, como si la ingenuidad del mundo y la naturaleza tuviera una entidad intrínseca y no una generada mecánicamente mediante nuestra red de conexiones pragmáticas, sordas y secas en el abismo-madre que es este cosmos extra-humano?
Las sociedades como guetos se fagocitan entre sí y se autoabastecen de forma caníbal. Cada una esconde un sistema inmunológico que retiene los residuos producto de la sobreabundancia física y química de sus interrelaciones. Una abstracta faringe se construye desde dentro hacia fuera de estos brotes espontáneos e inducen a nuestra Madre más próxima a través de su vértebra oceánica y rocosa a expeler el mucus, la suciedad interior de su úlcera milenaria.
Espero que algún día todos estos grupos gregarios, estos ejemplos de enlaces meramente vitales y terrenos genere la suficiente sinapsis mundial, la suficiente fricción sexual para que aquella interioridad tanto orgánica como imaginaria explote hacia la superficie y abra un gran conducto por donde fluyan furtivamente todos los males, yerros, pecados, enfermedades habidas y por haber, especies en vías de extinción en este reino de simulacros, en este gran circo civilizatorio atestado de idealismos y buenas intenciones, en nombre de Dios, la Justicia, el Amor, la Amistad, el Progreso, la Poesía, el Petróleo, eufemismos para nombrar el miedo primitivo de cada ser, el terror ontológico de ser-nada ante lo desconocido y lo extraordinario.
Una explosión de tales proporciones sería el espectáculo más digno de contemplar en el seno de una humanidad inflada de impotencia congénita, su ser-caos caudaloso y ruidoso. Esta entropía urgente consolidará el poder y la necesidad de la Alergia a nivel cósmico, material y biológico, barriendo con todo mito, elaboración artificial por parte de los bípedos, víctimas y culpables de su corrosión consuetudinaria.
Su lamentable ignorancia respecto al moco que secretan en ellos mismos, ese moco consistente de símbolos, lenguajes, ideas, pensamientos, creaciones dignas de un basurero virtual, una cueva platónica, un útero estéril. Creen encontrar en él la panacea a su condición de meras piezas de un rompecabezas irresoluto, una ingeniería universal de primer orden, falsamente al servicio de estos monos parlantes con delirios de superioridad y decadencia de espíritu.
Ya se decía tiempo atrás respecto a las leyes que rigen las dimensiones y los fenómenos: El Moco es Mente, así como el moco es arriba el moco es abajo, y todo moco fluye, refluye, y es móvil. ¡Cuánto los odio, gérmenes pensantes! ¡Que no comprenden que cada respiración registrada por su ecosistema funciona como una cuenta regresiva para sus vidas, y nada más!
Ahora la Alergia será la salida a toda esta intrincada maquinaria digna de vergüenza en su diletante hiperkinesis de sentidos y proyecciones etéreas. El gran morbo, la gran respuesta, la exhalación definitiva, o El Ocaso, El Fin, Telón de fondo, Suicidio en masa, Calentamiento global, Alza del dólar, Resurrección de los dinosaurios…
De todas formas
descifra la Alergia, el nombre de la bestia
Intenta respirar con ella
Y viaja directamente al origen
Al polvo gatillante del Estornudo Inicial
Y saca pañuelo:
El moco es la totalidad de los hechos y de las cosas.
Error número uno en el espacio tiempo
Los vacíos y los abismos
anillos nupciales de la galaxia
Ellos, los altísimos, navegan entre curvaturas
De coordenadas esotéricas
Sintonizan la transmisión en vivo de lo primigenio
Lo inconmensurable, el caos
Reciclan fórmulas y números para su digestión psíquica
Pero sólo los mortales serán condenados
Al terror cósmico de su insignificancia.
Las fórmulas se suspenden y las cifras se evaporan
Después de la confusión científica
Las palabras, lineales y salvajes como flechas, salen arrojadas
Y convulsas se reúnen en el corral de los sentidos
Y pronto despertarán de su letargo y formarán parte
De coloquios y de gramáticas
De mentiras y de verdades.
Así lo afirmaba un ciego filósofo
Enemigo de plumas y grafías
Que, sin embargo, daba la bienvenida
Al pletórico caudal de su ignorancia.
El Diablo, el conjugador de significados
maestro sofista, delinea la invisible órbita
de los astros extraviados
Y hace de este límite el más hermoso, el más retórico.
Desde el otro lado de la pantalla
Los ídolos te saludan.
Y, deudores de tu lenguaje
Diseñan los horizontes de tu cosmos.
Así ellos sintonizan la transmisión en vivo de lo primigenio
Lo inconmensurable, el caos
La materia proteica y derramada
El agujero negro dentro del cual
Todos los corazones son hondos
Y todas las mentes se ensanchan.
Acuden al polo negativo y circular
donde las esferas viven y mueren
Casadas a su estructura
Su opuesto parásito
Su luna de hiel.
Pero ya cae la ruinosa nada
ya viene el retorno de los brujos
Y pronto será colmada de incógnita
esta gran enciclopedia oscura
Empezando desde el final del tiempo
Hasta la eternidad de los jamases.
Trilogía marciana
I
Fobos: marciano espectro
Pilares de rojo representan
penurias de fuga.
El desaliento del lecho lunar primario.
Proioxis
Palioxis
Homados
Fobos
Androktasie
Eris
Cidoimos
Ker, el destino.
Cóleras macroscópicos
lazos que atan a las runas
ocultas en la materia babosa
de las máculas marcianas.
Y Deimos tiene el coraje
de trazar la órbita del astro grama
al fluir la masa cósmica que polarizada
en el estrato de la imaginación
simplemente estrella
las bases de una recóndita
estación espacial.
Telurizan el magma del planisferio
bajo los rojos pilares
Y la vía láctea es abortada
Y lo selénico es ultraje
Y Fobos el genocida
de los mortales.
II
A propósito de Fobos: Marte
En tiempos de transición
oía por pasillos el goterío sanguíneo de mis ecos
Oía a unos centinelas merodear todo el lugar
como cuervos al espantapájaros
mientras el susto se volvía ya un bálsamo patético.
La radio y la tv deliraban intemperancias
acerca del médium terrenal
satélites como polillas alrededor del Sol
Lo peor es que aquellos alienistas
ven en las Bermudas un embudo plutónico
abierto por el propio Marte para nosotros
los alienígenas terrestres.
No es de extrañar, mudos ante la ignominia, que principie Proioxis
dada la idea de una Troya astral.
Si nuestra Tierra hasta ahora inmaculada
fue y será cuna
de una amalgama preconcebida de especies
al ser tratadas de máquinas
sin tomar en cuenta aún su independencia
¿Habría de volverse una caja fuerte
ahora que Atlas la sostiene
como víctima de un fatídico destino?
Si al margen de todas las teorías
somos animales apostando hurgar
en las mazmorras más primigenias
de alguna fosa recóndita
que contendría otro mundo, pero en este.
Un delirio de náufragos
una mecánica de conocer
tal navaja al fruto apocalíptico.
Miles y miles de máquinas viven allí tributando a Palioxis, la fuga
el chip gregario en el que cae toda mente
es la mimesis del genio
el genio verde cartesiano.
Ellos nunca han siquiera concebido
La anacronía del espíritu terrestre
Ven el Marte, el mundo extraño que poseen dentro
y entonces todos se transfiguran en Fobos y Deimos
todos incuban su reencarnación del miedo.
¿Sucederá la emancipación de un astro poiético?
¿Afectará esto a la visión apocalíptica
sobre tales reglas de la naturaleza?
¿Y la luz?
¿Y el interviaje?
Se transfiguran así, los escudos radiactivos hechos por mentes
recogidas al mejor postor por gremios de orden esquizoide.
La “telemaquia” de estos topos es tal
que harían público cientos de paraísos por masticar en efectivo
la llave de los seres primordiales.
Y luego aquellos roedores, no contentos con su hazaña, lo vuelven todo farándula
a fin de reconstruir el esqueleto de la entropía
¿No sería esto fruto de una cósmica indiferencia a sus conspiraciones
en nombre de la salvación de la especie?
Así manipulan el equilibrio de los bajos mundos
Fumigan cada nivel de la gran pirámide
De esa forma, todos danzantes
al ritmo del taladro metafórico
a sombra de las potencias.
La Tierra les aparece como un casino más
dentro de su interestelar usura.
El gran acuario que siempre añoraron
para erupcionar ellos mismos a modo de teoremas y fórmulas
es la consecuencia de Androktasie, el satélite de la masacre.
Nublando gases tan nobles como el sincrónico ser
el marciano inmaculado
el “Marte ex machina”
de los nuevos elitistas americanos.
Se debe canalizar tal numen
en cuanto resulta antitético a la entrañable Tierra
y entonces sus ideas caen y echan sombra
como ampolletas tardías.
¿Nos hemos vuelto extraterrestres en nuestra propia Tierra
en la medida que ya no tenemos más que un panorama de máquinas?
Es un “Marte ex machina”
Lo son sus propias legislaciones
para preservar su contrato en el sistema solar
Y lo peor es que no existe empleo ni ergonomía alguna
capaz de contratarles como alienígenas al resto.
¡Porque Marte vive y muere sabáticamente!
¡Porque la Tierra vive y muere sabáticamente!
¡Porque el cosmos vive y muere sabáticamente!
¡Y somos la antítesis de todos los sábados!
III
Oda marciana
Marte, esa suerte de carmesí deidad.
Marte, decanta voces de astros distantes.
Los distintos dragones orbitales
que juegan a absorber las natas galáxicas
confrontan a Marte.
Esa escarlatina velocidad te es propia
es Eris, a tan solo unos cuantos años luz.
Sobran fórmulas, sofismas impunes
que en disfraces de ultravioleta quieren ver tu desnudez invisible
porque no ofreces nada ni a ti mismo y nada para nadie
porque así te consuela tu propio genio astronómico.
Aquellos pintores de órbitas grafican lo innombrable
y te confunden con Prometeo
usándote a modo de piñata gravitatoria
alrededor del Sol, teñido de luces y siglos.
Cidoimos es la fotomanía que invocan.
No creas entidad que conciba su arcilla como coágulo estadístico
Ni creas crear tal aborto entre tus cráteres y faces
Marte, tu arcilla vuelve devenir todos los conflictos
entre el cosmos y la matemática, hija de los bípedos.
¿No lo ves en ti, Marte?
Tú no concibes vida, ovnis, nobleza, argón
radio, luna, mente, mente, mente
¡Tú, Marte!
¡Gran ferrocarril!
¡Grandes rieles!
¡Ker, destino!
Volverás en amnesia
ante la esquizofrenia de la vida
Marte
ERES TU PROPIO SUEÑO,
ERES TU PROPIO UNIVERSO.
Pantofobia
Conmutación, la gran estrella pálida
conmutación/contradicción,
estrena erizada y enraizada y cruzada te bombea.
La mente de la mente, en corrector servicial
Batería de orgón, ocio del sistema.
Imagina un control remoto universal
La filia de las fobias, la fobia de las filias.
La propulsión de la luz es poder, la propulsión del poder es luz.
Reproduce sólo una ley que contrastas con el vitalismo
De estos infinitos cortocircuitos
¿Qué estoy pensando? Todo minuto es fortuito,
todo compromiso es fortuito.
Un jabón universal lo limpia todo.
¿Estoy sumergido? ¿Qué hago sumergido?
Soy anomalía, lo que escribo lo es
y es inverso a las manecillas del reloj
Esa es mi posición, mi colon irritable.
¿Estoy sumergido? ¿Es el cuerpo mi mente?
Una TV es para las lombrices que no se alimentan sino de su cola
¿Es el cuerpo mi mente?
La grandeza del alma me curaría
me exiliaría del cuerpo
preciosidad de cobre
visceralidad espléndida
y las pantallas de negro se multiplican
según el número de efectos de la complacencia mental.
Mi miedo es mi mente.
Imprevisión-soberbia-control
Superstición-volatilidad-travestismo
Brutalidad-hipocresía-fractura
Veladas-cerebros-espectros
Coronarios-sedantes-plagios
Vísceras-arquitectura-lenguaje.
Todas raciones de pantofobia
Todos síntomas de la gran estrella pálida
a la cual debo misteriosamente mi ser cómplice
Todos dígitos de la gran enana blanca
a la cual debo ulcerosamente mi agalla cómplice.
Desciende a nivel de canales y volúmenes necios
Desciende a nivel de nadas y yerros
Mudo y en duda
La mejor coartada
La mejor duda.
Tuerce la flecha del Cupido
Desvirtúa ya el automatismo de cuerpos y formas
esa que produce amor como en una secuencia fordiana.
Lo no muerto ha erigido su reino de velos y ultrajes:
Ha erigido su nueva realidad
Ha erigido su propia fiesta ideal
repleta de esqueletos parlantes buscando cuerpo.
¡He aquí San Valentín!
El creador de la sustancia lunática
que como pus dulzón alimenta
al aura que ama su inutilidad.
Grandes empresas y vidas se confunden entre sí
Absortas
Inútiles
concentradas en el Amor.
He aquí que comienzan:
Los rostros cubiertos de frivolidad
Los labios inundados de baba
El corazón chorreante y colmado
de mil entradas y salidas como agujero de flechas
cupido o genitalidad metafísica.
Ante el amor todo luce puro, blanco, vano.
Un nuevo líquido abstracto
que limpia el polvo
que procura todo polvo y lascivo tiempo.
Y por el Bien parece Nada
Y por el Sexo parece Nada
Y por la Familia parece Nada
y todo aparece puro ante el Amor
y toda ella la repleta de maravillas
y disemina el polvo en arterias mortales.
Todo surge paralítico en su Unidad
¡Su abstracta Unidad!
Todo se plaga en dualidad que añora excipientes divinos.
Toda inutilidad emotiva
es lo que el Amor erige
a la espera de próximas bodas y divorcios
El cupido prostituyendo alas
La pistola cargada de libido
La mentira de los sexos
El eslabón perdido
el Don Juan extinto
el dodó promiscuo
la azul pastilla de la verdad
¡no se cumple hoy la Unidad!
Aquí ante el Amor todo uno es residuo del dos
supone polvo
supone virus
y el uno y el dos están casados
casados al devenir que cruje por estrellas y astros.
Descubre en ti mismo al mundo y tu media naranja
es porque siempre serás la mitad de todo
o la mitad de nada que es igual a partirse en dos
¡DOS!
He aquí la huella del Amor:
Empresa de bullir la Tierra
y aguantar de pie a cabeza este reino de plásticos corazones.
Escribir la mentira, llenarse de cursilería
y ser guía del viaje hacia los círculos joviales
círculos que potencian la lascivia
y representan lo que en sí es cáscara y cuesco
para probar que nadie se coma a sí mismo.
Y nadie apresa corazones para quedar hecho dos
y nada impide que apresen
el eros implícito de cada imagen.
¡He aquí la suprema droga!
La celebración de lo amado como cáliz
para fundirse en alquimia valórica.
Inerte imposible que vuela solo
hambriento por la dulzura del destino
de masticarse una gran boca
¡Que une mediante el dos!
¡Que divide mediante la fricción,
que estalla como niño sin madre!
¡He aquí el Amor!
la explosión de cuerpos y miembros
la violencia y dominio simbólicos
con propiedades lunáticas
haciéndose llamar Unidad.
Es ella el lazo anti-circular:
el vacío que florece
el jardín que se vacía
entre el hálito y la garganta
entre la mitad de todo y la mitad de nada
que mata el sano suicidio
de quien ama el mundo
de quien roba el mundo
de quien violenta el mundo
¡porque él es el mundo!
He aquí el Amor:
La terca flecha de cupido
que es la mecánica abrupta de nuestro destino.
¡Muera el Amor!
¡Viva la Muerte!
El caos será la patria
I
¿Podemos enterrar todo este mundo
para al fin devolverle el oxígeno a nuestra tierra?
Todos cómodos con su paz parasitaria
perpetúan los grises y las úlceras
Se regocijan en la mecánica de sus órganos
Y no escaparán de sus prisiones.
El caos es la patria,
bordear sus costas significa
asfixiarse consigo mismo
Y las sombras, aburridas, ya han buscado otros cuerpos
¡Gran amigo! contemplador estoico
báñala de vida y luz con tu furia.
El caos es la patria
toca la música de la destrucción
para que las amebas bailen extáticas con su ritmo.
Ya el morbo se apodera de ellas
suben alegres, coléricas, por los cerros
quieren sentir el vértigo de la vida
pero reniegan de la tierra que las reúne.
¿Es este otro telón de fondo?
¡Oh! ¡Gran amigo! ¡Ven a casa!, ¡ven a casa!
Ya viene, ya viene, ya viene
Tráele vida a estas amebas
Trae el Sol de todos los domingos
Propaga el ruido sobre el desierto
Que suban a las alturas y acudan al festín
El caos será la patria.
¿Podrán ver el final de cerca?
¿Podrán leer la totalidad de los créditos?
Espero que la tierra los abrace
Entre su velo de parcas
La muerte tiene un sitio especial para cada uno
Ahora la urbe adquiere la grotesca belleza de los escombros
Las palomas y los perros toman la iniciativa ciudadana
E ingresan a casas y centros comerciales
El eco de los humanos se oye a lo lejos
La fiesta apenas ha empezado
Y todos han recibido invitación.
II
Cada átomo de mi organismo demanda
Un sorbo de entropía
Y un bocado de catástrofe
Pero afuera ya quedan menos visitantes.
Los simpatizantes del caos vuelven a ser amebas
Las calles vuelven a ser calles
Los humanos vuelven a ser humanos
Y los días volverán a pasar en balde.
Las sombras buscan otros cuerpos
Las olas otras playas
Y los pensamientos otra mente.
Las estrellas vuelven a su constelación
Y yo vuelvo a este oscuro diástole sístole
La fiesta ha acabado.
¿Dónde quedó la locura y el orgullo de las visiones de precipicio?
¿Dónde quedó ese gran agujero en el cual hundirse?
¿Alegre de sentirse gusano sólo por un instante?
No mires más hacia el mar.
Ya nadie busca sumergirse.
El caos será la patria.
Después del discurso del espectro, presentemos a los personajes que le suceden.
Esta vez se trata de un grupo, una tribu de seres jóvenes,
en comunidad dentro de una extraña familia.
-Joven 1: ¡Ahora! Alcen todos sus vasos ¡Ahora! ¡Brindemos!
-Joven 2: Salud por los necesitados, los malditos.
-Todos: ¡VIVA!
Habla el espectro:
-Este momento es perfecto. Una escena perfectamente decadente-.
-Joven 3: ¿Quién hace tanta bulla?
-Joven 4: ¿Qué es todo esto?
-Joven 1: No importa, somos una comunidad.
-Joven 3: No te molesta si te pregunto ¿Cuál es tu reputación aquí?
-Joven 1: Soy una especie de celebridad en potencia, señorita.
-Joven 2: Oye, ven, parece que en la puerta hay alguien que te espera.
-Joven 1: ¿Quién será?
Cuando el misterioso joven camina hacia la puerta, una mancha de vacío se pinta en el camino. Abre la puerta:
-Joven 1: Señor, ¿Quién diablos es usted? De todos modos, entre, está bienvenido para disfrutar. Es toda una fiesta maldita.
-Espectro: Descuide ¿Sr. Bill?
-Bill: Con él mismo.
Enseguida se estrechan la mano, y ocurre un súbito apagón:
-Espectro: No se moleste. Vengo en busca de la joven de la casa. Está aquí, ¿no es cierto?
-Bill: ¿Para qué la quiere?
-Espectro: Preferiría no hablar de ello. Es un asunto delicado, privado. Es familiar. Con su permiso
El espectro procede a entrar en medio de la bulla. La fiesta se paraliza perpleja y luego se reanuda.
-Bill: Pero, ¿quién será ese tipo? Rosa nunca me habló de él. Algo me está escondiendo.
Bill se queja:
-Joven 3: ¿Qué pasó?
-Bill: Nada, sentí como si muriera de repente. Tengo un mal presentimiento.
Mientras tanto, el espectro se abre camino a través del largo corredor, que da hacia la pieza. El espectro está a punto de transformarse:
-Espectro: ¿Srta. Rosa?
-Rosa: Señor, ¿quién es?
-Espectro: ¿Puedo pasar?
-Rosa: Sí, adelante.
El espectro se hace pasar por su novio:
-Espectro: ¡Soy yo, mi amor!
-Rosa: ¡Bill! ¿¡Qué te pasó!? Debo estar soñando.
-Espectro: No te emociones. Ahora déjame abrazarte y recordemos viejos tiempos. Aún es tiempo de cambiar.
La mira fijamente, a la vez que cae cautiva de un hechizo inexplicable. Ella repite ahora bajo un mantra:
-Rosa: Te acuerdas, te acuerdas de la última vez que hicimos el amor.
-Espectro: Gracias por las memorias. Éste es un momento muy interesante. De hecho, tú eres muy interesante para mí.
-Rosa: Ven conmigo (se acerca llorando).
El espectro la abraza, con una sonrisa hipócrita.
Después de horas, ya se hacía muy tarde, y Bill (el real) notó que Rosa y el tipo aún no aparecían, así que se preocupó y fue a revisar las piezas de la casa, intrigado. La fiesta en verdad había sido un real desastre:
-Bill: ¡Rosa! ¡Rosa!
-Joven 4: ¡Bill! No crees que ese tipo...
-Bill: Sí, sí, lo creo, no le digas a nadie de esto.
-Joven 4: Bill, yo creo que debe estar en el baño.
-Bill: ¡Vamos para allá!
Bill, y su amigo, fueron rápidamente a investigar:
-Joven 4: Aquí, forcemos la puerta.
Cuando entraron, Bill encontró a su novia Rosa en la ducha, con llagas en las muñecas, clara muestra de intento de suicidio. Rosa procede a exclamar:
-Rosa: ¡Bill! Di que me amas. Di que me amas maldito. ¿Acaso crees que no me doy cuenta? Eres todo un hipócrita.
-Bill: Rosa, ya cállate, por favor.
-Espectro: (Abrázalo, abrázalo).
-Rosa: Si me quieres, puto, ahora, ¡demuestra tu amor!
-Bill: ¡No seas así! ¡No seas ingenua!
-Espectro: (abrázalo, abrázalo).
-Rosa: ¡Yo no diría lo mismo!
Y Rosa se acerca a los brazos de Bill, casi como en una entrega de pasión fatídica, y se abalanza contra él, hiriéndole de muerte:
-Bill: ¡AHHHHHH! ¡Qué me hiciste!
-Rosa: Jajajajajajaja, no sabes lo que dices, jajajajaja.
Los ecos macabros retumban en la sangrienta escena del horror. Ambos enamorados desfallecen.
-Espectro: ¡Demasiado por hoy! ¡Demasiada sangre! Me desaparezco por ahora (Risas malévolas)
Unos pocos minutos después, llegan a la escena concreta los amigos de Bill, a ver lo que sucedió, entre tantos gritos:
-Joven 4: ¿Qué sucedió aquí?
-Joven 3: Esto es obra de él, ¡de él!
-Joven 4: ¡No puede ser! ¡Están muertos!
-Joven 3: ¡Fue él!
El espectro, después de esta cruel escena de desengaño, se siente satisfecho.
Se esfuma en el umbral, el mismo por donde vino, en busca de más sangre y destrucción.
Tan fugaz como una tormenta, tan siniestro como el paso del tiempo,
tan macabro como el mundo del hombre, él es GRAGKO.
Y no es otro que sus propias sombras.
CONTINUARÁ
Cazador de la memoria
El que expele la noche,
el que captura los recuerdos
en una botella encantada.
El que mata pensamientos como mata moscas,
dominará expandiendo su sombra
a todos los moradores del pensar.
Mueran los grandes sabios,
mueran sus cabezas parlantes
y linchen sus palacios erigidos sobre letras huecas.
Quemen sus libros y manifiestos.
Que así se difumine, que así se cante.
Él morará en umbral de cuentos de hadas,
mientras rapta a las magnánimas musas.
Beberá de su licor y explotará su embriaguez,
La ingente matriz será suya propia.
Y su renacimiento,
Será otra vez como las palabras
O como el vómito de sus bocas.
El encanto malvado de la lechuza
El congelamiento de la edad de las luces
es el encanto de la nueva maldición
que se hará sobre todos ustedes,
los de la raza humana.
Háganse presentes, y cultiven la maldad
con retorcidos pensamientos
de caos, tragedia y aversión.
Consúmanse ustedes mismos
en los brotes herméticos
de la vida y sus avatares.
Los secretos de la buena nueva
ningún ángel de la guarda
estará ahí para ayudarles.
Una batalla psíquica oficial
Contra los agentes de la razón
Contra las mascotas de la muerte.
Háganse insectos, o serán capullo eterno.
Ese es el encanto, la nueva maldición
Que se hará sobre todos ustedes
Los de la raza humana
¡Vamos! Cultiven la maldad
con retorcidos pensamientos
de caos, tragedia y aversión.
Ultraje del amor mutante,
ultraje de quien falló en el amor,
y sólo así caerá sobre ustedes
el congelamiento de la edad de las luces
el encanto malvado de la lechuza.
Entre luces enterradas
Entre luces enterradas, luce, absoluto, el abismo.
Cae la historia, caen sus impúdicos secretos
Y el mito rompe la coraza
Y se levanta, mercenario, contra el mundo.
Satán no es el indicado para destruir sueños
Vino color rojo sangre
a medio tomar
media hora de infierno
los niños no se escaparán de la catalepsia
el peluche del corral de los miedos.
Tormenta del desastre
en imágenes múltiples
Vende tu alma errante
El pasaje para tu exilio
en el día de la indolencia
fue todo pagado
y tu próxima parada: el noveno círculo.
Satán no es el indicado para destruir sueños.
Abbadón
Y cuando llegue el último día,
volverá como el ángel exterminador,
tras el signo de la Gran Ramera
esparciendo la cólera en la letrina de los traidores.
La Gran Discordia
Aquí viene la virulencia
Que caerá sobre cada huella humana
Será la entropía higiénica
que acabará con los conceptos eternos
de la moral y la ética.
La agricultura del pensar
marginará a su ovejero
así, la lana del caos será trasquilada
para tejer el velo de Maya
que cautivará a parásitos y filósofos.
Se expondrán las vísceras del tiempo
y la carne de la galaxia
traerá las almas en pena
que vagan en el espacio
sobre vibraciones intempestivas
y la Tierra será la tumba de todo paraíso.
Aquí viene la virulencia
La invencible virulencia
liquida ya la necedad
de tapizar el cielo de quimeras
cuando bajo el poder de Dionisio
se implora la potencia de la carne
por sobre los verbos
por sobre la paja de los templos
por sobre el yo y la ilusión del más allá.
Aquí viene el corazón del tiempo
poniendo en marcha su incesante caos
su fracción de todo y de ente
será el agente que revele toda máscara.
¿Quién te hizo verdad para decir: descubriré tu rostro?
Entre ellos, su falacia hermenéutica
y la tiniebla de la incógnita
hay solo un lamento de siglos
Es la lírica de los malditos
Los cautivos del velo de maya
atados a la magnánima Discordia.
La Gran Discordia, que prescinde de toda
pureza del espíritu
está ya aquí en cada rincón del universo
y en cada reducto cerebral
cumpliendo su obra perenne
escrita con el fluido de un vicio
llamado historia.
Aquí viene la virulencia
Que caerá sobre cada huella humana
Será la entropía higiénica…
Nada, para siempre
Discordia para todos
y la Tierra será la tumba de todo paraíso.
Mantis
Renacimiento y venganza del artrópodo
Las tenazas y dientes afilados
se adhieren a la concupiscencia
del insecto metamorfoseado
que nutre el capullo de la morbilidad.
Motín de violencia reproductiva
prolifera los gérmenes en reserva
Los soldados, lacayos y fieles de Mantis
Se ofrecen para el gran pandemonio
La reina madre en plena preñez
crea con su pestilente matriz
verdaderas larvas atómicas
contra la biodiversidad metalúrgica.
Nutriendo el Estado llano de la morbilidad
nutriendo la capa estratosférica
de todos los huevos y larvas
en el jardín de las aberraciones
para el crecimiento
de la gran entidad mutante.
El jardín de la humanidad
El jardín de la tierra
Se convertirá así
En el campo de la revolución díptera
Será el complot de Mantis
Será el complot de los insectos
Contra la dictadura racional.
Egregor
Piensas como quiere que pienses
A través del vacío de lo que celosamente amas
Y de lo que obtusamente conoces.
Aloja en la noche de las mentes
Evitando que una luz conspire en su intersticio.
Entonces sueñas con el sueño de la razón
Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación
Porque no hay un afuera de su pensamiento.
A medida que la calle se hace huella, y sus pasos delinean tu sombra
Se va abriendo una abertura, una abertura insondable
Por la cual conjura las maldiciones de lo desconocido.
Piensas como quiere que pienses
Así lee en tus ojos el nicho, la hondonada
En donde resbalan los espejismos de su propia visión
No puedes separarlo sin separarte a ti misma
Pero en cambio me invocas, creyendo así abstraerte
Y sublimar la totalidad del mundo que te rodea
Cuando no soy sino un remedo de tu propio deseo
Que es el deseo de lo que él mismo engendra
Indescifrable, ignoto hasta decir basta
Hasta decir la palabra y el silencio que nos regresará nuevamente
A la grieta del espejo de la cual venimos
Y de la cual germinó este prisma apasionante
Que no es otra cosa que la verdad quebrada
Ante sus ojos sin dirección.
Piensas como quiere que pienses
A través del vacío de lo que celosamente amas
Y de lo que obtusamente conoces.
Aloja en la noche de las mentes
Evitando que una luz conspire en su intersticio.
Entonces sueñas con el sueño de la razón
Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación
Porque no hay un afuera de este pensamiento
Y no hay ya totalidad que sueñe
Con el ocaso de su propia nada.
Llave para el cosmos incierto
Todo quieto, cuando la logia sube a la cima.
Las estrellas en forma de pentagrama
indican las cinco direcciones
que toma la discordancia de los sonidos.
No te dejan salir…
Cierran las puertas,
Y no sabes lo que harás
Todo quieto, cuando el temor no pertenece a nadie.
El misterio en la antesala indica que esto
es una completa jungla,
que existe más de esa influencia ultrasónica
Desmembrante.
No se quieren callar…
Abren sus bocas,
Y no sabes lo que harás.
Todo quieto, cuando recortas las sílabas y vocales de tu nombre
Para tratar de sortear tu hueco en la fila de interrogados.
¿Cuántos años te tomará saberlo?
¿Darte cuenta que todo este tiempo
Han intentado robar la llave para el cosmos incierto?
Ahora no te dejarán salir
Ahora no se querrán callar.
Prepárate para lo peor.
Súper rayo final
En carga está su cabeza de bomba
capaz de apagar al Día y su reinado falaz.
Se arrastra así entre los peldaños de las sombras
que se crían en su cólera
y llega flagrante al existir en un portal.
La brecha entre el Sol y la Luna,
calor y frío, misericordia y coraje.
Su obra maestra está a puertas del menguante.
En la torre suprema del cielo eléctrico,
Se alimenta de frío,
Se alimenta de la Luna,
Se alimenta de lo salvaje.
Y no tiene dimensión porque es tabú,
es el mal, es la energía, es la mácula,
es la epidemia de la razón.
Sobre sus mundos objetivos y mentales
caerá el súper rayo final
de energía, de oscuridad, de hielo, de muerte,
arrasando sistemas, instituciones, entidades.
Y llega más rápido que la luz a destruir
¡No hay razón ni locura que se le compare!
Por siempre cero
Lo que los vivos añoran como vela al viento,
desaparece en cuanto lo nombran,
y no decanta pero quiere ser poseído.
Las sombras lo vigilan todo,
desde el oasis de aguas negras,
y cuando estés en el desierto de los desiertos
te darás cuenta de que vives
siendo sólo arena y olvido.
Lo opuesto, la cara inversa, prohibida, misteriosa.
Tus fuerzas consumidas,
tú consumido, vives siendo
un conjunto entre dos paréntesis,
y crees ser tú mismo ángel y demonio
cuando tu nombre apenas se distingue
entre los tantos ecos de la caverna.
La lluvia cae y cae en el espacio,
Los soles lloran su promesa inmaterial,
haciendo de la luz un fugitivo que retorna a la concha.
Envilecida la piedra, inflamado el abismo,
El cielo se precipita hacia su descenso.
Las aristas van de aquí para allá,
y crees armarte en medio de la oscuridad,
siendo que tú eres el miedo en persona,
todo lo que temiste, temes y temerás eres tú,
y buscas alguna salida de emergencia,
y caes sin presente, y lames el eje de las luces,
y es producto de tu imaginación,
que todo lo puede al ser pervertida,
al ser tocada en su punto de carne, su punto vital.
Y ya que esa, tu vida, no es más que un círculo,
hoy suspiras y aspiras el polvillo de pensamientos ajenos.
Todo cae como daga, deberías saberlo,
todo queda en cero.
Gragko II
Lo que los ojos ven no puede ser verdad
los ojos de la mente son espejismos
los ojos del corazón son neblinas
los ojos de los ojos son doblemente espejismos
mas los ojos del rostro no pueden ver la noche que precede a toda vista.
El miedo mueve montañas
"En nuestra soledad... a veces se oyen grandes profundidades.
La verdad oculta en compañía". Austin Osman Spare
Recuerda tus más ocultas pesadillas
Y sabrás que son un dulce tabú
Lo que te causa escalofrío
Es el verdadero rostro detrás de todos tus espejos
Solo tú eres la sombra del ente debajo de la cama
No temas la manía de abrirle las puertas
Todas las veces que sea necesario
hasta la máxima combustión de la vigilia
Y la extrema aridez del ensueño
Vives al límite de la culpa por enterrar a tus amigos
tus queridos monstruos de la infancia
Echa un vistazo a tu cuarto, una vez más
Y descubre que la inocencia solo fue una excusa
Para seguir creciendo
Para seguir creciendo
Así es como las lágrimas son más dulces
Así es como el ruido es más armónico
Y así es como el cuco se transforma en su víctima, su origen, su fin
Papá y Mamá son mitos errantes
El miedo tu gran y único amigo
Solo invítalo a dormir, cariñosamente
Para seguir creciendo
Para seguir muriendo.
Sonoras vestiduras de la muerte
Densa es la galería de ensueño
que cuenta cuerpos como cuenta ovejas
gestando los deseos
que mudan de cuando en cuando
las sonoras vestiduras de la muerte.
Cosida de aliento a espíritu
Atravesada de fuego y cera
permanece la muerte ebria de vida
y carente de límite.
Atrapa musas [elegía]
Lleno del aura brava de la noche
raíces en el suelo crecen como garras
Los tallos de beldad se diluyen en sangre
y su presencia se vuelve informe.
Invisible a los ojos, duele en el corazón
el llanto de las ninfas amarga sus mieles.
El ángel del precipicio
como me hizo nombrar el altisonante
me llama a explotar mi talante
me llama a socavar ventanas y furias.
Esparciendo los dotes de las parcas
exigente hasta la locura, arrojo mi nebulosa
entre fiestas y credos paganos.
Viejos amores entre mis brazos
imitando la moda del destino
entierro lo anodino de sus pesadillas
y las filtro entre razones seculares.
Calladas en su sed planetaria
nutren al insecto interior
el estado larvario de su propio temor.
El futuro es una excusa
y para vírgenes de recónditas matrices
el tesoro y pretensión de su circular vida.
El viñedo que invita a ahogar la tristeza
lo que mejor se ahoga es la palidez profunda
de apostar por tierra y desencadenar un mundo
un tumulto de fuego e inocencia.
Lo que tendría que ahogarse
es la esperanza de la inspiración
que no es sino la libido de vísceras al aire
y manía poética de ser la nada misma.
Y de pronto me vuelvo hueso
un roído hueso que añora ser carne
que quiebra por alcanzar el cielo.
Lleno del aura brava de la noche
raíces en el suelo como manos sórdidas
y la única excusa para crear y para amar
es que la musa muere
como poema en la hoja.
Babel
Ciento cuarenta y cuatro mil feligreses
en la sintaxis de sus cuerpos
Crean un Babel gigante y fantasmal.
Primera paradoja:
La palabra crea mundos
Los pare a modo de concepción virginal.
Religa la distancia original entre sus criaturas.
Si somos, por ende, un pastiche de verbos y sustantivos
Verdaderos golems verbales
¿Para qué una gramática?
¿Por qué no mejor callar?
He aquí que rezan: “Las lenguas son indistintas de su boca”.
Los muertos, en su lugar, atestiguan una verdad silenciosa:
El mundo es el vomitorio de Dios.
Así regresa con su sordo lenguaje de signos afásicos y dislexia secular
Sus palabras que saben a vómito sagrado.
El asco de hablar en directa proporción con el asco de religar las cosas y fenómenos mundanos.
La falacia de lo indecible y el negocio de lo poético consisten en taparle sistemáticamente la boca a Dios.
Segunda paradoja: las creaciones son posteriores a su creador.
Si el Padre siempre fue, y Él es en nosotros
¿Para qué designarlo causa y principio de todas las cosas
si la anterior premisa rompe con aquella lógica?
No tiempo, por ende, no factores ni efectos
Lo realmente infinito es el Mal, el engendro de la energía
La transformación termodinámica.
El show de la creación es una falacia espacio-temporal.
Se trata de un pomposo simulacro de aburrimiento
la imagen genuina del Ocio Universal.
Dios, en su hastío de ser infinitamente, regurgitó todo un miserable cosmos constante y sonante, un todo equivalente a nada con intereses.
Lo que concebimos como mundo entonces no sería sino el garabato secular de un alguien con un grado de ostracismo directamente proporcional a su grado de permanencia en la mente de sus feligreses.
He aquí que mi vientre proclama una verdad impúdica:
El mundo es el excusado de Dios.
Tercera paradoja: Más allá de esta vida existe la eternidad
¡Fatal! Considerando que más allá del cuerpo pueda ser posible la existencia
¿Acaso no es la materia la noción primaria sobre la cual podemos constatar el espíritu?
Es afirmar la entidad de la yema antes que la del huevo.
En efecto, la cáscara es vestigio y evidencia de todo contenido.
Prueba a romper tu cabeza
Tu mente allá dentro gritará o callará
Pero de ningún modo morirá.
¿La muerte no existe? ¡No! Es sólo la prueba de su existencia vicaria.
Entonces, si probamos a romper un huevo, no nos queda más que una yema deformada, ligada a lo sensible, y falsamente situada como esencia, como meollo interno, como principio y causa.
La eternidad así sería solamente un concepto monolítico, manoseado al cubo por los prestidigitadores del monopolio comercial, por los modernos hipotecadores de vidas humanas.
La eternidad equivale sólo al valor de tus deudas
Sólo al precio a pagar por tus pecados
Sólo a tu posibilidad de redención en este mundo enfermo
Sólo a la probabilidad de cumplir tus sueños
Sólo al porcentaje de todas tus muertes, anónimas, consuetudinarias.
¡Sólo existe esta vida!
sólo existe este estúpido odiando su imagen frente al espejo
sólo existe este grandísimo animal autómata
sólo existe este texto escribiéndose a si mismo
sólo existe este ente codificando en cada exhalación, en cada paso, en cada latido, en cada letra, su absoluta mortalidad.
El mundo es el gran basurero de Dios.
Alergia
Alergia, el nombre de la bestia
Intenta respirar con ella
E hincha de mucosidad tu cabeza
Se abre de par en par
para que así captures su morbo interno.
¿ Y te has preguntado por qué seguir con toda esta asmática industria humana, si cada uno de los tornillos grasientos que somos nosotros dentro de un engranaje mayor persiste en una funcionalidad lacónica sin sentido ni trascendencia de ninguna índole ni metafísica y cree encontrar en ese proceso estanco y aceitoso de utilidad su razón, su ethos, su depósito de fe, como si la ingenuidad del mundo y la naturaleza tuviera una entidad intrínseca y no una generada mecánicamente mediante nuestra red de conexiones pragmáticas, sordas y secas en el abismo-madre que es este cosmos extra-humano?
Las sociedades como guetos se fagocitan entre sí y se autoabastecen de forma caníbal. Cada una esconde un sistema inmunológico que retiene los residuos producto de la sobreabundancia física y química de sus interrelaciones. Una abstracta faringe se construye desde dentro hacia fuera de estos brotes espontáneos e inducen a nuestra Madre más próxima a través de su vértebra oceánica y rocosa a expeler el mucus, la suciedad interior de su úlcera milenaria.
Espero que algún día todos estos grupos gregarios, estos ejemplos de enlaces meramente vitales y terrenos genere la suficiente sinapsis mundial, la suficiente fricción sexual para que aquella interioridad tanto orgánica como imaginaria explote hacia la superficie y abra un gran conducto por donde fluyan furtivamente todos los males, yerros, pecados, enfermedades habidas y por haber, especies en vías de extinción en este reino de simulacros, en este gran circo civilizatorio atestado de idealismos y buenas intenciones, en nombre de Dios, la Justicia, el Amor, la Amistad, el Progreso, la Poesía, el Petróleo, eufemismos para nombrar el miedo primitivo de cada ser, el terror ontológico de ser-nada ante lo desconocido y lo extraordinario.
Una explosión de tales proporciones sería el espectáculo más digno de contemplar en el seno de una humanidad inflada de impotencia congénita, su ser-caos caudaloso y ruidoso. Esta entropía urgente consolidará el poder y la necesidad de la Alergia a nivel cósmico, material y biológico, barriendo con todo mito, elaboración artificial por parte de los bípedos, víctimas y culpables de su corrosión consuetudinaria.
Su lamentable ignorancia respecto al moco que secretan en ellos mismos, ese moco consistente de símbolos, lenguajes, ideas, pensamientos, creaciones dignas de un basurero virtual, una cueva platónica, un útero estéril. Creen encontrar en él la panacea a su condición de meras piezas de un rompecabezas irresoluto, una ingeniería universal de primer orden, falsamente al servicio de estos monos parlantes con delirios de superioridad y decadencia de espíritu.
Ya se decía tiempo atrás respecto a las leyes que rigen las dimensiones y los fenómenos: El Moco es Mente, así como el moco es arriba el moco es abajo, y todo moco fluye, refluye, y es móvil. ¡Cuánto los odio, gérmenes pensantes! ¡Que no comprenden que cada respiración registrada por su ecosistema funciona como una cuenta regresiva para sus vidas, y nada más!
Ahora la Alergia será la salida a toda esta intrincada maquinaria digna de vergüenza en su diletante hiperkinesis de sentidos y proyecciones etéreas. El gran morbo, la gran respuesta, la exhalación definitiva, o El Ocaso, El Fin, Telón de fondo, Suicidio en masa, Calentamiento global, Alza del dólar, Resurrección de los dinosaurios…
De todas formas
descifra la Alergia, el nombre de la bestia
Intenta respirar con ella
Y viaja directamente al origen
Al polvo gatillante del Estornudo Inicial
Y saca pañuelo:
El moco es la totalidad de los hechos y de las cosas.
Error número uno en el espacio tiempo
Los vacíos y los abismos
anillos nupciales de la galaxia
Ellos, los altísimos, navegan entre curvaturas
De coordenadas esotéricas
Sintonizan la transmisión en vivo de lo primigenio
Lo inconmensurable, el caos
Reciclan fórmulas y números para su digestión psíquica
Pero sólo los mortales serán condenados
Al terror cósmico de su insignificancia.
Las fórmulas se suspenden y las cifras se evaporan
Después de la confusión científica
Las palabras, lineales y salvajes como flechas, salen arrojadas
Y convulsas se reúnen en el corral de los sentidos
Y pronto despertarán de su letargo y formarán parte
De coloquios y de gramáticas
De mentiras y de verdades.
Así lo afirmaba un ciego filósofo
Enemigo de plumas y grafías
Que, sin embargo, daba la bienvenida
Al pletórico caudal de su ignorancia.
El Diablo, el conjugador de significados
maestro sofista, delinea la invisible órbita
de los astros extraviados
Y hace de este límite el más hermoso, el más retórico.
Desde el otro lado de la pantalla
Los ídolos te saludan.
Y, deudores de tu lenguaje
Diseñan los horizontes de tu cosmos.
Así ellos sintonizan la transmisión en vivo de lo primigenio
Lo inconmensurable, el caos
La materia proteica y derramada
El agujero negro dentro del cual
Todos los corazones son hondos
Y todas las mentes se ensanchan.
Acuden al polo negativo y circular
donde las esferas viven y mueren
Casadas a su estructura
Su opuesto parásito
Su luna de hiel.
Pero ya cae la ruinosa nada
ya viene el retorno de los brujos
Y pronto será colmada de incógnita
esta gran enciclopedia oscura
Empezando desde el final del tiempo
Hasta la eternidad de los jamases.
Trilogía marciana
I
Fobos: marciano espectro
Pilares de rojo representan
penurias de fuga.
El desaliento del lecho lunar primario.
Proioxis
Palioxis
Homados
Fobos
Androktasie
Eris
Cidoimos
Ker, el destino.
Cóleras macroscópicos
lazos que atan a las runas
ocultas en la materia babosa
de las máculas marcianas.
Y Deimos tiene el coraje
de trazar la órbita del astro grama
al fluir la masa cósmica que polarizada
en el estrato de la imaginación
simplemente estrella
las bases de una recóndita
estación espacial.
Telurizan el magma del planisferio
bajo los rojos pilares
Y la vía láctea es abortada
Y lo selénico es ultraje
Y Fobos el genocida
de los mortales.
II
A propósito de Fobos: Marte
En tiempos de transición
oía por pasillos el goterío sanguíneo de mis ecos
Oía a unos centinelas merodear todo el lugar
como cuervos al espantapájaros
mientras el susto se volvía ya un bálsamo patético.
La radio y la tv deliraban intemperancias
acerca del médium terrenal
satélites como polillas alrededor del Sol
Lo peor es que aquellos alienistas
ven en las Bermudas un embudo plutónico
abierto por el propio Marte para nosotros
los alienígenas terrestres.
No es de extrañar, mudos ante la ignominia, que principie Proioxis
dada la idea de una Troya astral.
Si nuestra Tierra hasta ahora inmaculada
fue y será cuna
de una amalgama preconcebida de especies
al ser tratadas de máquinas
sin tomar en cuenta aún su independencia
¿Habría de volverse una caja fuerte
ahora que Atlas la sostiene
como víctima de un fatídico destino?
Si al margen de todas las teorías
somos animales apostando hurgar
en las mazmorras más primigenias
de alguna fosa recóndita
que contendría otro mundo, pero en este.
Un delirio de náufragos
una mecánica de conocer
tal navaja al fruto apocalíptico.
Miles y miles de máquinas viven allí tributando a Palioxis, la fuga
el chip gregario en el que cae toda mente
es la mimesis del genio
el genio verde cartesiano.
Ellos nunca han siquiera concebido
La anacronía del espíritu terrestre
Ven el Marte, el mundo extraño que poseen dentro
y entonces todos se transfiguran en Fobos y Deimos
todos incuban su reencarnación del miedo.
¿Sucederá la emancipación de un astro poiético?
¿Afectará esto a la visión apocalíptica
sobre tales reglas de la naturaleza?
¿Y la luz?
¿Y el interviaje?
Se transfiguran así, los escudos radiactivos hechos por mentes
recogidas al mejor postor por gremios de orden esquizoide.
La “telemaquia” de estos topos es tal
que harían público cientos de paraísos por masticar en efectivo
la llave de los seres primordiales.
Y luego aquellos roedores, no contentos con su hazaña, lo vuelven todo farándula
a fin de reconstruir el esqueleto de la entropía
¿No sería esto fruto de una cósmica indiferencia a sus conspiraciones
en nombre de la salvación de la especie?
Así manipulan el equilibrio de los bajos mundos
Fumigan cada nivel de la gran pirámide
De esa forma, todos danzantes
al ritmo del taladro metafórico
a sombra de las potencias.
La Tierra les aparece como un casino más
dentro de su interestelar usura.
El gran acuario que siempre añoraron
para erupcionar ellos mismos a modo de teoremas y fórmulas
es la consecuencia de Androktasie, el satélite de la masacre.
Nublando gases tan nobles como el sincrónico ser
el marciano inmaculado
el “Marte ex machina”
de los nuevos elitistas americanos.
Se debe canalizar tal numen
en cuanto resulta antitético a la entrañable Tierra
y entonces sus ideas caen y echan sombra
como ampolletas tardías.
¿Nos hemos vuelto extraterrestres en nuestra propia Tierra
en la medida que ya no tenemos más que un panorama de máquinas?
Es un “Marte ex machina”
Lo son sus propias legislaciones
para preservar su contrato en el sistema solar
Y lo peor es que no existe empleo ni ergonomía alguna
capaz de contratarles como alienígenas al resto.
¡Porque Marte vive y muere sabáticamente!
¡Porque la Tierra vive y muere sabáticamente!
¡Porque el cosmos vive y muere sabáticamente!
¡Y somos la antítesis de todos los sábados!
III
Oda marciana
Marte, esa suerte de carmesí deidad.
Marte, decanta voces de astros distantes.
Los distintos dragones orbitales
que juegan a absorber las natas galáxicas
confrontan a Marte.
Esa escarlatina velocidad te es propia
es Eris, a tan solo unos cuantos años luz.
Sobran fórmulas, sofismas impunes
que en disfraces de ultravioleta quieren ver tu desnudez invisible
porque no ofreces nada ni a ti mismo y nada para nadie
porque así te consuela tu propio genio astronómico.
Aquellos pintores de órbitas grafican lo innombrable
y te confunden con Prometeo
usándote a modo de piñata gravitatoria
alrededor del Sol, teñido de luces y siglos.
Cidoimos es la fotomanía que invocan.
No creas entidad que conciba su arcilla como coágulo estadístico
Ni creas crear tal aborto entre tus cráteres y faces
Marte, tu arcilla vuelve devenir todos los conflictos
entre el cosmos y la matemática, hija de los bípedos.
¿No lo ves en ti, Marte?
Tú no concibes vida, ovnis, nobleza, argón
radio, luna, mente, mente, mente
¡Tú, Marte!
¡Gran ferrocarril!
¡Grandes rieles!
¡Ker, destino!
Volverás en amnesia
ante la esquizofrenia de la vida
Marte
ERES TU PROPIO SUEÑO,
ERES TU PROPIO UNIVERSO.
Pantofobia
Conmutación, la gran estrella pálida
conmutación/contradicción,
estrena erizada y enraizada y cruzada te bombea.
La mente de la mente, en corrector servicial
Batería de orgón, ocio del sistema.
Imagina un control remoto universal
La filia de las fobias, la fobia de las filias.
La propulsión de la luz es poder, la propulsión del poder es luz.
Reproduce sólo una ley que contrastas con el vitalismo
De estos infinitos cortocircuitos
¿Qué estoy pensando? Todo minuto es fortuito,
todo compromiso es fortuito.
Un jabón universal lo limpia todo.
¿Estoy sumergido? ¿Qué hago sumergido?
Soy anomalía, lo que escribo lo es
y es inverso a las manecillas del reloj
Esa es mi posición, mi colon irritable.
¿Estoy sumergido? ¿Es el cuerpo mi mente?
Una TV es para las lombrices que no se alimentan sino de su cola
¿Es el cuerpo mi mente?
La grandeza del alma me curaría
me exiliaría del cuerpo
preciosidad de cobre
visceralidad espléndida
y las pantallas de negro se multiplican
según el número de efectos de la complacencia mental.
Mi miedo es mi mente.
Imprevisión-soberbia-control
Superstición-volatilidad-travestismo
Brutalidad-hipocresía-fractura
Veladas-cerebros-espectros
Coronarios-sedantes-plagios
Vísceras-arquitectura-lenguaje.
Todas raciones de pantofobia
Todos síntomas de la gran estrella pálida
a la cual debo misteriosamente mi ser cómplice
Todos dígitos de la gran enana blanca
a la cual debo ulcerosamente mi agalla cómplice.
Desciende a nivel de canales y volúmenes necios
Desciende a nivel de nadas y yerros
Mudo y en duda
La mejor coartada
La mejor duda.
Tuerce la flecha del Cupido
Desvirtúa ya el automatismo de cuerpos y formas
esa que produce amor como en una secuencia fordiana.
Lo no muerto ha erigido su reino de velos y ultrajes:
Ha erigido su nueva realidad
Ha erigido su propia fiesta ideal
repleta de esqueletos parlantes buscando cuerpo.
¡He aquí San Valentín!
El creador de la sustancia lunática
que como pus dulzón alimenta
al aura que ama su inutilidad.
Grandes empresas y vidas se confunden entre sí
Absortas
Inútiles
concentradas en el Amor.
He aquí que comienzan:
Los rostros cubiertos de frivolidad
Los labios inundados de baba
El corazón chorreante y colmado
de mil entradas y salidas como agujero de flechas
cupido o genitalidad metafísica.
Ante el amor todo luce puro, blanco, vano.
Un nuevo líquido abstracto
que limpia el polvo
que procura todo polvo y lascivo tiempo.
Y por el Bien parece Nada
Y por el Sexo parece Nada
Y por la Familia parece Nada
y todo aparece puro ante el Amor
y toda ella la repleta de maravillas
y disemina el polvo en arterias mortales.
Todo surge paralítico en su Unidad
¡Su abstracta Unidad!
Todo se plaga en dualidad que añora excipientes divinos.
Toda inutilidad emotiva
es lo que el Amor erige
a la espera de próximas bodas y divorcios
El cupido prostituyendo alas
La pistola cargada de libido
La mentira de los sexos
El eslabón perdido
el Don Juan extinto
el dodó promiscuo
la azul pastilla de la verdad
¡no se cumple hoy la Unidad!
Aquí ante el Amor todo uno es residuo del dos
supone polvo
supone virus
y el uno y el dos están casados
casados al devenir que cruje por estrellas y astros.
Descubre en ti mismo al mundo y tu media naranja
es porque siempre serás la mitad de todo
o la mitad de nada que es igual a partirse en dos
¡DOS!
He aquí la huella del Amor:
Empresa de bullir la Tierra
y aguantar de pie a cabeza este reino de plásticos corazones.
Escribir la mentira, llenarse de cursilería
y ser guía del viaje hacia los círculos joviales
círculos que potencian la lascivia
y representan lo que en sí es cáscara y cuesco
para probar que nadie se coma a sí mismo.
Y nadie apresa corazones para quedar hecho dos
y nada impide que apresen
el eros implícito de cada imagen.
¡He aquí la suprema droga!
La celebración de lo amado como cáliz
para fundirse en alquimia valórica.
Inerte imposible que vuela solo
hambriento por la dulzura del destino
de masticarse una gran boca
¡Que une mediante el dos!
¡Que divide mediante la fricción,
que estalla como niño sin madre!
¡He aquí el Amor!
la explosión de cuerpos y miembros
la violencia y dominio simbólicos
con propiedades lunáticas
haciéndose llamar Unidad.
Es ella el lazo anti-circular:
el vacío que florece
el jardín que se vacía
entre el hálito y la garganta
entre la mitad de todo y la mitad de nada
que mata el sano suicidio
de quien ama el mundo
de quien roba el mundo
de quien violenta el mundo
¡porque él es el mundo!
He aquí el Amor:
La terca flecha de cupido
que es la mecánica abrupta de nuestro destino.
¡Muera el Amor!
¡Viva la Muerte!
El caos será la patria
"El caos es un orden por descifrar". José Saramago.
I
¿Podemos enterrar todo este mundo
para al fin devolverle el oxígeno a nuestra tierra?
Todos cómodos con su paz parasitaria
perpetúan los grises y las úlceras
Se regocijan en la mecánica de sus órganos
Y no escaparán de sus prisiones.
El caos es la patria,
bordear sus costas significa
asfixiarse consigo mismo
Y las sombras, aburridas, ya han buscado otros cuerpos
¡Gran amigo! contemplador estoico
báñala de vida y luz con tu furia.
El caos es la patria
toca la música de la destrucción
para que las amebas bailen extáticas con su ritmo.
Ya el morbo se apodera de ellas
suben alegres, coléricas, por los cerros
quieren sentir el vértigo de la vida
pero reniegan de la tierra que las reúne.
¿Es este otro telón de fondo?
¡Oh! ¡Gran amigo! ¡Ven a casa!, ¡ven a casa!
Ya viene, ya viene, ya viene
Tráele vida a estas amebas
Trae el Sol de todos los domingos
Propaga el ruido sobre el desierto
Que suban a las alturas y acudan al festín
El caos será la patria.
¿Podrán ver el final de cerca?
¿Podrán leer la totalidad de los créditos?
Espero que la tierra los abrace
Entre su velo de parcas
La muerte tiene un sitio especial para cada uno
Ahora la urbe adquiere la grotesca belleza de los escombros
Las palomas y los perros toman la iniciativa ciudadana
E ingresan a casas y centros comerciales
El eco de los humanos se oye a lo lejos
La fiesta apenas ha empezado
Y todos han recibido invitación.
II
Cada átomo de mi organismo demanda
Un sorbo de entropía
Y un bocado de catástrofe
Pero afuera ya quedan menos visitantes.
Los simpatizantes del caos vuelven a ser amebas
Las calles vuelven a ser calles
Los humanos vuelven a ser humanos
Y los días volverán a pasar en balde.
Las sombras buscan otros cuerpos
Las olas otras playas
Y los pensamientos otra mente.
Las estrellas vuelven a su constelación
Y yo vuelvo a este oscuro diástole sístole
La fiesta ha acabado.
¿Dónde quedó la locura y el orgullo de las visiones de precipicio?
¿Dónde quedó ese gran agujero en el cual hundirse?
¿Alegre de sentirse gusano sólo por un instante?
No mires más hacia el mar.
Ya nadie busca sumergirse.
El caos será la patria.
Ocaso de metal
Las palabras apuntan al final de finales
Hierven mentes y corazones
El desastre se vuelve la norma
Hombres y bestias azuzan el fuego
Descalabro de la razón
Traición de la luz
Se cierne la noche sobre el páramo
Se hunden las naciones
Se demuelen las obras
Las hienas del poder muerden la carne
La materia se resiente
El mal se vuelve metálico
Y los profanos pagan su deuda
El diablo renueva temporada
La Tierra precipita la agonía
Tras su rostro, reflota el horror
El vacío nihilista, hambriento de furia
Falso Dios de este mundo
Carcelero de ilusiones
disemina la mentira, cual peste
sobre su imaginario oxidado
Ya no hay misión, ya no hay sentido
Los bastardos acometen su crimen
Ecos sin voz se estrellan contra el muro
Sombras sin sustancia
Revelan lo real
La sangre ardiente y el alma desnuda
Se cierne la noche sobre el páramo
Se destruyen los proyectos
Se asfixian las gargantas
Los buitres de la discordia rapiñan la carne
La materia se retuerce y se revuelve
El caos se vuelve ácido
Y los blasfemos (de toda laya)
Montan su teatro
El absurdo renueva temporada
El cielo se precipita a su agonía
Tras la máscara, reflota el horror
El vacío absoluto
De lo que no tiene nombre
Ocaso de metal, cae el conjuro
Sobre los enemigos de espíritu
Ocaso de metal, cae el hechizo
Sobre los parásitos de la conciencia.
Escatología, el luto de la última estación
Te turba el sonido de las serpentinas seculares
festejando el prematuro fin de un mundo.
La última de las fiestas se espera que sea divertida
y la virtud es el veneno de los incautos
que solo saben agradecer
aquello que procuran para sí mismos.
A ti te avasallan vates
a ti te inoculan luces
¡lo sabía! se nota en esas tempranas arrugas
En el tiempo que apenas consigues robar durante la noche.
A ti te asaltan de mañanas perdidas
ocasos perdidos que creímos cancelar
con una taza de café cargada de rabia
un fútil abrazo o un puñal por la espalda
antes de esperar a los mercenarios
sin verdad, sin aciago, sin ojos del corazón.
"Todo lo que te vuelve loco te vuelve vivo"
Era lo que decía mi progenitora, profética como nunca
Así veía cómo mi realidad pasaba a ser el filtro
de una lucidez inexorable y misteriosa
Sí, y así me sentía como un bastardo
ante un montón de estrellas tercas
tercas como la madre de las madres
de dolores de vejiga que aún no tienen nombre
de historias que no trascurren por miedo a tener sentido
y que garantizarían la épica insolencia
del estar siendo, del volverse, del querer volver
nada más que a la concha de otro sombrío caracol
que vive contradicho bajo la luz de un nuevo Sol
que alumbra tanto como hunde
y que alumbra tanto como huye.
Te turba el sonido de las serpentinas seculares
invocando el prematuro fin de un mundo
entonces repites: Todo lo que te vuelve loco te vuelve vivo
y todo lo que está vivo conocerá algún día la noche.
¡HÁGASE EL POLVO!
¡HÁGASE EL CAOS!
¡HÁGANSE LOS SIGLOS!
sábado, 19 de julio de 2025
Veritas Omnia Vincit
"¿Quién te trajo? ¿Qué impulso misterioso
Te arrojó a mi camino? ¿Qué potencia
Infernal te mostró mi obscura vida
Y te dijo: Ahí está, tómala y hiérela?"
Implacable, Amado Nervo.
I
El set televisivo se sumió en un silencio incómodo. Nerviosa, miré a las cámaras, mientras continuaban grabando. Todo el mundo estaba atento a lo que iba a de decirles. El entrevistador miró a la cámara y luego se dirigió a mí.
-A veces, hay verdades que nos sobrepasan, que nos duelen en el alma, pero que es necesario soltar. Hablemos de ti, Judith, ¿Cómo fue tu historia con Salvador? ¿Qué se siente ser parte de una historia que no controlas?
-Siempre será difícil lidiar con la verdad-, dije, en ese momento. -Supongo que para eso está la poesía: para purgar lo que nos mata por dentro-.
Nunca antes había estado en ese lugar, y mucho menos abriéndome de esa manera ante tanto desconocido. Me sentí vulnerable. En un principio, no quería. Prefería mil veces esconderme y guardarme esto, pero algo en mí me empujaba a la catarsis. Y pensar que todas esas veces que salíamos a leer, él parecía tan virtuoso, tan distinto a como resultó ser.
Sé que estoy metida en algo que excede mis fuerzas, pero el sueño de algo bello era lo que me mantenía en el medio literario. En fin, no tengo por qué seguir escondiéndome. Sé que hice lo que hice para salvarme a mí misma y salvar a los míos. Y sé que estaré a salvo, porque, pase lo que pase, me seguirán creyendo.
De pronto, se puso oscuro. Al volver a casa, sentí que unos sujetos me perseguían. Me di la vuelta, y solo eran unas personas que cruzaron la calle. Sentía que sus sombras murmuraban a mis espaldas. La ciudad entera se estaba volviendo una cámara de ecos indeseables. No quería seguir escuchando. Apuré el paso y me dirigí hasta una plaza iluminada. En su soledad y su luz pálida, encontré algo de reposo.
II
El sonido de las teclas no dejaba de retumbar en mis oídos. La novela que me propuse escribir me estaba agobiando. Aún recuerdo aquella noche, la noche en que todo acabó. Es inútil reprocharle a la memoria lo inevitable. Lo supe de golpe, sin remedio. Aun las palabras que no alcanzaron a ser dichas en ese momento o que, por cobardía, fueron destrozadas, jamás podrán articular una respuesta legible. Supongo que nunca estuvimos destinados, pese a la poesía, oscura traicionera. Supongo que no había manera de transitar el bosque sin antes salir heridos de muerte, que nuestra historia debía terminar así, con una promesa frustrada y un débil destello amoroso. Me engañaba a mí mismo al pensar que un libro podría encerrar bajo llave todas las maldiciones. Sin embargo, era lo único con lo que contaba. ¿Qué otra opción cabía, ante la resaca del tiempo? Callarlo todo, permanecer en la sombra para siempre o prepararse para la carnicería.
No podía más. Tenía que terminar esa novela a como diera lugar. La sentía como una confesión patibularia o un mensaje de socorro tardío. Agitado, me detuve un momento para poder meditar sobre las páginas escritas a puro pulso. De repente, alguien llamó al teléfono. La voz al otro lado, áspera y urgente, era la del inspector Galindo, un viejo conocido de aquellos días en que realizaba periodismo de investigación.
—Salvador, necesito que vengas a la comisaría. Hay algo que necesitas ver —dijo, con tono grave.
Intrigado, me apresuré a vestirme y salí al plan de la ciudad. Al llegar a la comisaría, el inspector me condujo a una sala donde había un tablero repleto de fotografías y documentos. No lo podía creer. Entre las imágenes, alcancé a reconocerla a ella. Era Judith.
—¿Qué está pasando? ¿Por qué tiene fotos de ella aquí? —le pregunté, exaltado.
Me explicó que Judith que estaba siendo investigada por un asesinato ocurrido en misteriosas circunstancias. Quedé pasmado. No podía procesar lo que estaba pasando. ¿La mujer que tanto me atormentaba, ahora volvía a aparecer en mi vida, con motivo de una muerte violenta?
Mi obsesión, en ese momento, fue tal, que me metí de lleno en la investigación. Hubiera preferido olvidarla para siempre, pero sabía que esa era la señal que necesitaba, el motivo para seguir en mi obra, pese a mi propio dolor.
Recorrí calles, golpeé puertas escondidas, consulté con redes ajenas a mis influencias, todo con tal de descubrir los posibles nexos que vinculaban a Judith con el crimen sobre el cual se estaba investigando.
Cada letra que imprimía sobre esa obra era como una ofrenda de sangre. El misterio del crimen se entrelazaba con la trama de mi propia novela. Ahí comprendí que nuestra verdad podía ser más retorcida de lo que habríamos imaginado.
Esa misma noche, el inspector Galindo, tras seguir una pista relacionada con la vida de Judith, descubrió el cuerpo de un hombre desconocido. El rostro estaba machacado y un papel arrugado con un mensaje críptico yacía cerca de la escena del crimen.
El mensaje decía: "Veritas Omnia Vincit".
III
Salvador y Judith, los dos sospechosos del asesinato que investigué aquella vez, se mostraron dispuestos a dar la cara en este turbio asunto, aunque se mantuvieron erráticos. No podía bajar la guardia. Esos dos tramaban algo. Continuaron en su búsqueda personal, pero no debía perderlos de vista.
Días después, decidido a todo, fui donde Salvador y llamé a su puerta, una vez más. Era el momento de enfrentar los hechos. Lo conozco de hace mucho, y sé perfectamente cuando tiene algo que ocultar. Por su bien, por el bien de todos, por el bien de la justicia, debía responder por los hechos.
Lo conduje camino a la comisaría. Nunca lo había visto tan nervioso. En la sala de interrogatorio, le ofrecí un vaso de agua. Tenía que enfrentar lo que estaba a punto de revelarle. Judith vendría en cualquier momento. La cité a la misma hora que a Salvador, pero ninguno sabía del otro.
Al rato, llegó Judith. Caminó lentamente hacia la sala, estupefacta. Con los sospechosos reunidos, entonces les revelé la identidad de la víctima.
-El hombre asesinado era un antiguo editor de ustedes dos. Un conocido editor del puerto de nombre Ángel-, dije serio, a la altura de las circunstancias. Por dentro, no podía evitar sentirme conmovido.
Judith bajó la mirada de manera leve. Salvador prefería mantener oculta su antigua relación con ella, pero ya era demasiado tarde. Ambos estaban metidos hasta las masas.
IV
—Tú tienes que saber qué fue lo que pasó. ¡Habla!-, le dije a Salvador. Él, que nunca se mostró transparente, que resultó ser un mentiroso, tenía que hacerse cargo ahora de su versión de lo ocurrido. Pero claro, no dijo nada en ese momento, absolutamente nada, como todo un cobarde.
Ante el silencio del maldito, el detective me interpeló.
—Judith, ¿qué quiere decir? ¿Cree que él fue testigo directo, o algo así? Explíquese.
Enojada, miré directamente a Salvador.
—Él tiene mucho que decir, estoy segura. Podría ser un poco más colaborativo, considerando lo que ya me hizo. ¿No cree, inspector, que el silencio otorga?-.
Con aquello que me hizo, el inspector ya sabía a qué me refería. Sin embargo, Salvador había salido absuelto por falta de pruebas. Por dentro, me quemaba la rabia. Pero debía ser cautelosa, si no quería que volviera a salirse con la suya.
De un momento a otro, él se levantó, desconcertado.
-No, no puede ser, es imposible. Muéstrame que no es verdad. Que todo lo que has dicho en todo este tiempo no es más que una invención de tu alma enferma. ¡Dilo!-, exclamó.
Sus palabras volvieron a remecerme, justo como aquella vez. Tenía que ser aguerrida, una vez más. Quería llorar, pero me contuve. En honor a la verdad, me contuve.
V
La tensión se apoderó de la sala de interrogatorios. Salvador y Judith se encontraban frente a frente. La sala estaba iluminada por la fría luz de un foco suelto.
Salvador miró a Judith fijamente. Parecían sumergidos en una mirada cómplice. Los observé, intrigado, en la esquina de la sala. El silencio pesaba como un lastre, interrumpido solo por el sonido metálico de unas cadenas afuera, en el pasillo de la comisaría.
—Judith, Judith ¡por la cresta! no puedes seguir negándolo. Habla ya—dijo Salvador. Su voz resonó con dolor y determinación.
Judith, irritada, desvió la mirada. Sus ojos evitaron encontrarse con los de Salvador, pese a su actitud desafiante. ¿Cómo volverlo a mirar a la cara, después de todo lo ocurrido entre ambos? De un momento a otro, sin embargo, ella se armó de fuerzas y lo enfrentó.
—Tú deberías saber perfectamente todo lo que pasó—dijo Judith, desafiante.
La interrumpí, en ese preciso instante, antes que la cosa escalara. No quería otro escándalo más. Debía conducir este asunto con frialdad, aunque ya se estaba haciendo una cosa cuesta arriba.
—Salvador, tenemos pruebas que sugieren que tú y Judith han estado involucrados en el asesinato. No quiero tener que perseguirlos, pero les pido que hagan, por favor, lo humanamente posible por colaborar-.
Salvador apretó los puños, seguramente, para contener sus emociones. No quería delatarlo, pero no podía evitarlo. Era demasiado el odio, la rabia contenida que transmitía. Me di cuenta que Judith adivinó el gesto de Salvador, y su expresión se volvió hermética.
Recordé que, en un rincón del puerto, próximo a un antiguo bar donde solían juntarse para asistir a unas tertulias de poesía, un carabinero de civil descubrió el cuerpo. Me apersoné en la escena del crimen y encontré un papel arrugado con un mensaje críptico, en el bolsillo derecho del pantalón del occiso. El mensaje era una frase del escritor francés Louis Ferdinand Céline. Decía: “Mi corazón, ese conejo tras su pequeña reja de costillas, agitado, encogido, estúpido”. Pertenecía a la novela Viaje al fin de la noche.
Nunca antes había leído a Céline, pero esa frase me dejó pensando. Ya tenía a dos sospechosos. Esa pista literaria podía decirles algo. Podía, incluso, conmover sus corazones y, de paso, sus conciencias. Estaba seguro, porque, en el fondo, los conocía. El mundo literario no era algo ajeno a mi realidad. Por lo mismo, sabía lo que estaban enfrentando ese par de condenados.
VI
Judith me mostró su maqueta. Por su reacción y la expresión en su rostro, se veía bastante ilusionada.
-¿Sabes que este libro lo vengo escribiendo desde chica? En estas páginas hay mucha historia-
Yo trataba de aguantar el trasnoche. La miré a los ojos para no caer rendido.
-Pero quiero que leas algo y dime qué onda- le dije.
-Ok, Ángel –me respondió, lacónica. –Leeré algo. Quiero que me escuches atentamente.
Leyó algunos versos, con voz fuerte y clara, mientras me tomaba a tientas una Heineken:
“Todas las tragedias de mi vida se resumen en una noche, la más oscura
Ahora que mi rostro de niña me abandona
Siento que nadie me comprende, lloro y me consuelo
Porque sé que en el fondo nadie encuentra su suelo.”
-Oye ¿y realmente sientes que nadie encuentra su suelo? - le pregunté, tratando de entender sus versos.
-Nadie, nadie encuentra su suelo. Cuando crees estar en un sitio, en un instante, estás en otro.
-Pero yo lo único que sé ahora… es que nuestro sitio es aquí, los dos juntos.
Al decir estas palabras, le acaricié la mejilla suavemente. Sonreí. Ella también. Nos volvimos a mirar fijo, prolongando nuevamente nuestro silencio, en la bulla del local.
-Ya oh, vamos a bailar será mejor -dijo Judith. Se levantó, decidida. Me tomó la mano y fuimos directo a la pista de baile del fondo.
-Hace rato que quería venir a bailar ¿sabí? - comentó Judith en el camino. -He tenido una semana de miedo, que ni te cuento. Además está sonando el especial de Depeche.
Llegamos a la pista del fondo. Colocamos las chelas a un costado para poder vacilar tranquilos.
-Ay ¡Me muero! -exclamó Judith, al escuchar el tema que el dj había colocado.
Judith, ebria, alegre, alzó su vaso y tarareó Enjoy the silence: All i wanted, all i needed, is here in my arms/Words are very unnecessary, they can only do harm.
Tarareamos con Judith esos dos versos del estribillo del clásico Enjoy the silence. Con ese canto ebrio y esas contorsiones, me acerqué lentamente hacia ella, moviéndome al son de sus vaivenes, tratando de no desentonar y mantener el ritmo. De pronto, Judith me rodeó con sus brazos, tanteó el ritmo del siguiente tema y yo procuré no perderla de vista. Se aproximó y me atrapó con esos ojos penetrantes. Cuando estaba dispuesta, le agarré la cara y le di un beso, un beso largo que ella resolvió con la cadencia del sonido electrónico. Luego, me sonrió y seguimos bailando pegados. Bajamos lo poco que quedaba de chela, para acabar el especial de la noche.
Al rato, Judith fue al baño. Estaba realmente lleno. La acompañé para no perderla de vista. La esperé por largos minutos. Sin embargo, no la vi más. Pudo ser porque estaba desorientado. Quería creer eso, pero no. Comenzó a dolerme la cabeza. Busqué a Judith por todo el local. Ningún rastro de ella, había desaparecido. La llamé varias veces. Buzón de voz. Era inútil, no contestaba.
Caminé tambaleante al baño. A medida que me abría paso entre el mar de gente, sonaba de fondo el tema Policy of Truth.
Salí de la disco, cansado. Di otra vuelta por la Plazuela. Nada. Ningún rastro. No quise pensar lo peor, así que me detuve un rato en una esquina. Un perro negro se acercó rápidamente a mí. Me quedó mirando unos segundos, cual guardián de la noche, y siguió su camino.
VII
Fueron días arduos. El rostro de Judith venía a mi memoria envuelto de karma. Me debatí en la habitación oscura, tratando de escribir el próximo capítulo de mi novela, que incluiría cada detalle de este tortuoso proceso. De seguro, Judith debía estar en algo. La conozco. Debía estar pensando en la forma más sutil y serena de salir bien librada. Sabía que tenía el respaldo del medio literario, malditos a los cuales nunca perdonaré.
Una noche, el inspector Galindo volvió a llamar a mi puerta. Su expresión circunspecta y su tono grave me indicaban que había avanzado en su investigación, lo suficiente como para decidirse a llamarme de regreso.
—Salvador, necesito que vengas a la comisaría. Hay algo más que debemos discutir —dijo. Lo acompañé.
En la comisaría, se encontraba Judith. Estaba sentada a una mesa, rodeada de fotografías y papeles. Fumaba un cigarrillo tras otro. El humo espeso inundó la sala.
- ¿Reconoce a este hombre?-, preguntó el inspector. Se refería al hombre asesinado. Judith miró directamente a Galindo, y con un tono tranquilo se dirigió a él.
-Sí, claro. Era Ángel, mi amante-, dijo.
Quedé impactado. Recordé aquella visión en que quedé medio muerto de un golpe en la cabeza y veía cómo Valparaíso se derrumbaba a pedazos.
VIII
—Judith, ¿Es cierto? ¿Por qué lo ocultaste? ¿Qué es lo que tramas?— me preguntó Salvador, desesperado. Y todavía tenía cara para acusarme de esa forma. Él, que debería estar pidiendo perdón y suplicando por todo el daño que ya ha hecho. Pero no se iba a quedar así. Valor ante todo. Debía respirar profundo y esperar a que el idiota perdiera los estribos y su palabra se le fuera en contra. Veía su soledad y era la condena anticipada por haberme hecho tanto mal en el pasado. Él solo tenía a los suyos; yo, en cambio, tenía algo más grande, algo con lo que siempre había soñado: la confianza de mis poetas amigos. Nunca antes me había sentido más segura de mi misma.
IX
-¿Recuerdas aquellos versos que me leíste? ¿Tienen algo que ver con nosotros? -, le pregunté a Judith, extasiado.
Judith alzó la mirada, levantó su cabeza de mi pecho y en sus ojos se reflejaba un secreto inconfesable.
—Hay cosas, querido mío, que nunca sabrás entender. Por eso dejé que lo descubrieras. No quería contártelo-.
La escuché atento. Sonreí, pese al misterio de sus palabras. Tomé un cigarrillo que había encima del velador y luego se lo pasé a ella para que fumara un poco.
-Entiende que hay algo real entre nosotros-, volvió a decirme ella. -Pero el amor es impredecible, Ángel. A veces, el precio del amor es enfrentar la verdad, incluso si esa verdad significa hundirnos para siempre-.
Esas fueron las cosas que me confesó, en ese momento de tanta intimidad. Fumó otro poco y se arrimó de nuevo a mi pecho. Rumié cada una de sus palabras, mientras acariciaba su cabello negro azabache.
Ella estaba segura que, con ayuda de mi trabajo, iba a ganarse el espacio que merecía. Le prometí que su libro iba a ser un éxito, y así fue. Su libro se había vuelto el contrato simbólico que nos unió con devoción, durante mucho tiempo, hasta esa noche insospechada, en que, por primera vez, dejé de ver en ella a la poeta y descubrí, por fin, a la mujer.
X
Aun con aquella mirada penetrando dentro de mí, preferí seguir andando, forzando al olvido a enterrar los recuerdos de Judith que, como esfinge, no paraba de aparecer. Llegué hasta una tienda cercana al paradero donde pasaba la locomoción colectiva, para comprar algo caliente y espantar el frío satánico que empezaba a surgir, pero, en ese mismo momento, me di vuelta y la vi a ella, acercarse.
Vino a mi mente una batería de recuerdos fugaces, agridulces, corriendo y entrelazándose unos con otros, recuerdos que cubrían el mismo espacio, los mismos rincones, las mismas orillas de aquella ciudad que, alguna vez, fue testigo de nuestra extinta complicidad. Y caí de golpe contra el pavimento.
Mi rostro se estrelló, sin palabras, porque la acera, la calle, la ciudad se había vuelto la zona muda del sacrificio. Había escrito sobre la tormenta perfecta en mi novela y finalmente se produjo. Había dicho que las intenciones y móviles serían revelados, impulsados por el avasallante devenir de los acontecimientos, y ahí me tenían, mudo, paralizado, en el ojo de un huracán emocional.
Mi cabeza retumbó como nunca. Apenas escuché sus gritos y sus sollozos, sin antes advertir el fuego del ritual muy bien inflamado en la memoria. Mirada. Azote. Ruido. Siempre lo supe: aquel golpe que me dio, aquel golpe en aquel tiempo y en dicha calle nos estaba destinado. Nuestra violencia era el destino mismo, manifiesto.
Caminé de regreso, indeciso entre volver a la casa a masticar el dolor o dirigirme a la comisaría. Conforme pensaba, el dolor inflamaba el corazón, agitado. La noche me abría paso y me indicaba el camino que debía seguir, tal vez el único que siempre urdimos, a la sombra, el único que nos condujo de forma inexorable a esa tormenta, a ese silencio y luego a estas palabras, necias palabras que nunca hicieron justicia.
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