domingo, 25 de junio de 2023

La crítica al llamado "globalismo" no tiene por qué ser necesariamente un asunto conspiranoico de parte de ciertos grupos "alt right", ni tampoco tiene por qué ser una lucha excluyente de la izquierda clásica. Es más, yo diría que es la crítica "decisiva" del presente, porque en ella confluye la disputa contra el sistema financiero internacional y contra el monopolio del poder político, los cuales actúan en contubernio para conservar su hegemonía a toda costa. Por eso es que podemos ver a gente como Santiago Armesilla, declarado marxista, criticando con fundamentos a la Agenda 2030 y llamándola "agenda de la gran burguesía globalista" y, al mismo tiempo, ser testigos de una partidocracia chilena totalmente alineada con esos propósitos.

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