Ya que en Irán se levantan contra el régimen islámico, viene a cuento a un revolucionario de la poesía. Se trata de Nimá Yushich (1897-1960), poeta iraní conocido como el “padre de la poesía persa moderna”. Creó una forma poética en verso libre que fue en contra de las restricciones de la rima y la métrica tradicionales, todo lo cual le valió una poderosa influencia sobre los noveles poetas de Irán, dada sus innovaciones en la forma y el estilo. Se impuso a través de su propia poética, en un momento en que nadie había logrado liberar, con éxito, a la poesía persa de una decadencia que era producto de la hegemonía de la prosodia sobre el contenido. De esta manera, la poesía de su tierra cobró, después de siglos, la libertad creativa y formal de la prosa.
La liberación de la poesía nimáica rima con los levantamientos sociales ocurridos en Irán. En una coyuntura histórica repleta de incertidumbre planetaria, telón de fondo bélico, “estallidos”, insurrecciones, reseteos mundiales y “primaveras árabes”, su poesía resuena en el imaginario cual canto elegiaco para un mundo ad portas de una gran tribulación.
El poema La noche bien podría ser una premonición simbólica del futuro o una alegoría mítica de nuestro tiempo, de todos los tiempos:
Es la noche
Una noche de profunda oscuridad
En una rama del viejo árbol de higos
Una rana croa sin cesar
Prediciendo una tormenta
Y yo estoy ahogado en miedo.
Es la noche
Y con la noche el mundo se ve
Como un cadáver en la tumba;
Y tengo miedo y me digo:
“¿Qué tal si cae una lluvia torrencial en todos lados?
¿Qué tal si la lluvia no se detiene
Sino hasta que la Tierra se hunda en el agua
Como un pequeño barco?”.
En esta noche de horrenda oscuridad
¿Quién puede decir cómo vamos a estar
Cuando amanezca?
¿La luz de la mañana hará
La temible cara de la tormenta
Desaparecer?
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