El caso de la Miau Astral me parece tan fascinante como aterrador. Se le compara con Bebé Reno, aunque son distintos los antecedentes. Hay un acoso psicológico -me consta- que es brutal, que no golpea, que no marca, pero que se incrusta en el alma, que evoca la sombra. Solo puede ser sublimado con cariño, entereza, voluntad y mucha imaginación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario