domingo, 14 de abril de 2024

El instituto Tavistock, Daniel Estulin (fragmento)

La localidad de Tavistock, en el condado de Sussex, Inglaterra, es el centro mundial del lavado de cerebros en masa y de la ingeniería social. Después de haber tenido un comienzo un tanto difícil en Wellington House, allí creció una compleja organización que habría de dar forma al destino del planeta entero, al tiempo que cambiaría el paradigma de la sociedad moderna.

En este revolucionario trabajo, que sin duda tendrá el efecto de una explosión nuclear de quinientos kilotones, descubrimos tanto la red de Tavistock como los métodos de lavado de cerebro y guerra psicológica que se están adaptando, en este preciso momento, con la intención de aplicarlos a proyectos de ingeniería social a gran escala.

Se trata de la «Conspiración de Acuario», nombre que se dan a sí mismos los lavacerebros y que hace referencia a un estudio supersecreto llevado a cabo en 1974 en el Instituto de Investigación de Stanford, titulado «Cambiar las imágenes del hombre». Se puede considerar el presente libro, esencialmente, un manual para combatir el lavado de cerebros. El lavado de cerebros depende de la ignorancia de las víctimas. Está en todas partes. Todos percibimos la desintegración de nuestras naciones en el día a día, en las experiencias personales. Sin embargo, no se trata de una coincidencia. Ni de un accidente. Lo que estamos presenciando es la desintegración de la economía mundial, planificada por las personas más poderosas del mundo. En este libro, que habla del Instituto Tavistock, se intenta demostrar que dicha conspiración es real, revelar quién forma parte de ella, cuáles son sus objetivos a largo plazo y cómo podemos evitar que nos manden a todos al infierno.

Aparte de sentir indignación y rabia, usted, lector, llegará a la conclusión de que se trata del declive moral, material, cultural e intelectual que todos los días presenciamos en el mundo entero; sumidos en la impotencia, no accidental. No es Dios quien nos castiga por lo que hacemos mal en la Tierra, sino una crisis social inducida expresamente.

Repito que esto no es una prueba. Esto es real, y lo que está en juego es el futuro de nuestro planeta. Toda clase de degeneración musical es un producto fabricado por orden de un laboratorio, todo ecologista a quien no hayan lavado el cerebro ha logrado huir de un laboratorio de ingeniería social. Todo drogadicto es un producto secundario de una política gubernamental de futuro, cuyo objetivo final es la destrucción del espíritu humano y la degradación del hombre. Todos los defensores a ultranza del yoga, de la meditación trascendental, de la telekinesia, del radicalismo de izquierda y de derecha, de la educación de la sensibilidad bahái y de la percepción extrasensorial, de la conciencia cósmica, de la aberración que supone la Nueva Era o New Age, de las chemtrails, todos los seguidores de las experiencias cósmicas y quienes creen en la «concienciación» forman parte de una conspiración única, centralizada y coherente, surgida de algún proyecto patrocinado por un gobierno y financiado por una fundación. ¡Bienvenidos! ¡Pónganse cómodos! ¡Todos los pirados del mundo, juntos en el aquelarre más impresionante que se ha visto jamás!

En el mundo del humo y de los espejos no hay casualidades, coincidencias ni accidentes. Esto lo demostramos más allá de toda duda razonable, tal como haríamos si estuviéramos dirimiendo este caso ante un tribunal de justicia. Para nuestro objetivo tan sólo servirá el más elevado estándar de excelencia y de verificación. Es mucho lo que hay en juego, y tenemos demasiadas posibilidades en contra. Lo que está en la balanza es el futuro del planeta, la inmortalidad de la raza humana y la supervivencia de nuestra especie. Lograremos imponernos. Lograremos el éxito, cueste lo que cueste. No hay segundas oportunidades, terceras opciones ni cuartas vías. Esto es así, y con el presente trabajo, que resistirá el paso del tiempo, he trazado una raya en la arena. ¡No pasarán! No nos rendiremos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Tavistock fue el cuartel general de la Oficina de Guerra Psicológica del Ejército británico, que, por medio de lo que disponía la Ejecutiva de Operaciones Especiales, también dictaba la política que habían de seguir las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en lo referente a la guerra psicológica.

¡Mire a su alrededor! A consecuencia de un ataque frontal a nuestro futuro, perpetrado por los más destacados sociólogos e ingenieros conductuales de todo el mundo, se rompieron las anclas que sujetaban la intención moral de las naciones. Nosotros, el pueblo, hemos sucumbido a una irracional indiferencia hacia lo moral. No se confunda, todo lo que ha habido desde la Nueva Izquierda hasta el Watergate, Vietnam, los Papeles del Pentágono, el sucio, asqueroso e inmoral movimiento hippie, el movimiento contra la guerra y la contracultura de las drogas y el rock, han sido asimismo proyectos de ingeniería social planificados de antemano.

Repito, lo que se ataca no son solamente nuestros derechos individuales, sino más bien la institución misma de la república «estado-nación», partiendo del mastodóntico programa de ingeniería social ideado por los oligarcas y llevado a la práctica a través del Instituto de Relaciones Humanas de Tavistock y de otra red, mucho más grande, integrada por centros de psicología social aplicada y de ingeniería social que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial. Dichos grupos nos ven y ven los principios de los estados-nación como claros enemigos filosóficos.

Esta monstruosa maquinaria del mal está compuesta por algunos de los centros más prestigiosos del mundo, dedicados a la investigación y al estudio, como por ejemplo el Stanford Research Centre de la Universidad de Stanford, la Rand Corporation, el MIT/Sloane, el Advanced Centre of Behavioural Sciencies de Palo Alto, el Institute of Social Research de la Universidad de Michigan, la Wharton School of Business de la Universidad de Pensilvania, la Harvard Business School, la London School of Economics de Londres, los National Training Laboratories, el Hudson Institute, el Esalen Institute, el National Institute of Mental Health, el National Institute of Drug Abuse, la Office of Naval Research. Hay otros, como la International Foundation for Development Alternatives y el Executive Conference Centre, ambos con sede en Ginebra, la primera escuela para graduados a jornada completa de la Era de Acuario, para ejecutivos de alto nivel de las quinientas empresas que figuran en la revista Fortune, donde se enseña cómo modificar la conducta. Zombis humanos en puestos de alta dirección que nos conducirán a la Nueva Edad Media de la conciencia trascendental. Dos son los objetivos. El primero, alcanzar los cambios necesarios en Estados Unidos; y el segundo, el orden mundial.

En los últimos cincuenta años, el Gobierno de Estados Unidos, con la ayuda secreta de centros de estudios y fundaciones que siguen la pauta de Tavistock, ha destinado decenas de miles de millones de dólares a financiar la labor de dichos grupos.

Todos los aspectos de la vida psicológica y mental de la población mundial fueron definidos, registrados y archivados en sistemas informáticos.

"Cancelado. El nuevo macartismo" de Carmen Domingo

Cada vez son más las voces críticas que despiertan y cuestionan el progresismo woke. Aquí la escritora Carmen Domingo y su ensayo "Cancelado. El nuevo macartismo".

"El progresismo se ha vuelto un nuevo adanismo".

P. Otro asunto gordo es la batalla woke contra los clásicos de la literatura, desde “Lolita” hasta Agatha Christie. ¿Cuál cree que es la mejor manera de defenderlos?
R.Esta es otra de las tontunas con las que debemos lidiar a diario, incluso a costa de que los haters decidan cebarse con una en redes. Una no puede juzgar las obras literarias con ojos censores, sino con ojos literarios. Es que, además, la buena literatura parte de la libertad de creación del escritor y si no existe esa libertad, desaparece la literatura. Volvemos al pensamiento único, que parece que es a dónde nos quieren llevar. Lo que pasa es que, de nuevo, el dinero manda. ¿Qué hacer si quieres publicar una novela y sabes que las editoriales lo que buscan es lo políticamente correcto? ¿Cómo elegir el tema de un ensayo si sabes que la mayoría de las editoriales te van a cancelar?
P. Denuncia que la izquierda ya no enseña a George Orwell porque le resultan incómodas sus posiciones anticensoras. Además, su ensayo nos recuerda que Orwell predijo que sufriríamos una neolengua similar a la de “1984” a la altura de 2050. ¿Qué diría que es lo que más choca entre el autor británico y la izquierda actual?
R.Lo que claramente sorprende más es que Orwell, que no era precisamente de izquierda radical, se ha quedado situado a la izquierda de la izquierda líquida que tenemos en este país. Lo que no sé es cómo no se plantean, desde esa izquierda líquida de la que te hablo, qué está pasando para que les moleste alguien como Orwell.

sábado, 13 de abril de 2024

La desventura del joven mandatario (mini ficción)

Hubo una vez un joven presidente que pretendía cambiar el rumbo de su país. Para eso, intentó con la poesía, aquella poesía que leyó en su época más combatiente y revolucionaria. Obviamente, aquellos versos repletos de materialismo dialéctico surtían efecto en sus años mozos, aunque no lo harían tanto, en su calidad de jefe de Estado. Como ya formaba parte del gobierno y, por extensión, de la República, aquella misma República que expulsó a los poetas por "falsificadores del mundo ideal", el joven presidente tuvo una idea mejor: ir a la contra del viejo platonismo y volverse el primer presidente poeta en cantarle unos versos a los empresarios de su país. No encontró mejor ocasión que un discurso en el Encuentro Nacional de la Empresa para demostrarles, en su calidad de mandatario, que la poesía sí tenía lugar en los asuntos políticos y ejecutivos del país y que unos lúcidos versos de Enrique Lihn sí podían hacer la diferencia en el lenguaje abigarrado de sus mentes calculadoras. Tras el aclamado recital, sin embargo, no contaba con que los empresarios hacían caso omiso a la jerga lírica del mandatario, con una atención impostada y protocolar. Apenas unos aplausos de cortesía para concluir la ocasión, unos aplausos fríos que apenas resonaron entre el brío de los asistentes y en la expectación de sus comensales y camaradas. No hubo comprensión ni compenetración con lo que allí se decía, y esto es lo peor: no hubo, de parte del propio presidente, una comprensión de la poética póstuma de Lihn, aquella que decía, muy en el fondo, que "la realidad no es verbal", que, definitivamente, "no puede haber nombres en un país mudo". "Somos las víctimas de una falsa ciencia/los practicantes de una superstición:/la palabra: este río a cuya orilla/como el famoso camarón nos dormimos/virtualmente ahogados en la nada torrencial". En su intento poético pero no menos iluso de conciliar las tareas del gobierno y el espíritu republicano con el imaginario de la poesía y la belleza terrible de las palabras, el joven presidente prolongó sus días en el mandato, callando el sentido profundo de sus versos y las consecuencias, luego, se volvieron irremediables. La ciudadanía de la cual era deudo comenzó a rebasar sus intenciones, fueron exigidas las promesas incumplidas, porque las palabras y las intenciones no eran suficientes, porque lo verbal es lo verbal y nada tenía que ver la revolución con la revolución ni Chile con Chile, porque las palabras que había pronunciado con tanto ímpetu chocaron contra una muralla impenetrable, la muralla de aquello que excedía lo verbal: la realidad país.

jueves, 11 de abril de 2024

Vuelven las añoradas crónicas escolares. Esta vez se trata de una crónica sobre una clase de literatura y la leyenda de Bartolo Lara, "el roto que engañó al Diablo":

Durante la clase, a los cabros les enseñé que una historia memorable podía germinar de algún relato cotidiano, al punto de volverse leyenda. Cité el ejemplo de Emile Dubois y de Martin Busca en Valparaíso, quienes se han vuelto personajes de literatura y de tradición. Uno de los chicos, que estaba atento a la clase, levantó la mano y aportó lo suyo. “-¿Usted conoce la historia de Bartolo Lara?”-, me preguntó. Nadie la ubicaba, tampoco yo, en ese momento. Entonces el chico contó la historia del “roto que engañó al diablo”. “Se trata de un huaso del sur que, para hacerse rico, se le ocurrió hacer un pacto con el Diablo, así que lo invocó para hacer negocios con él”, relató el cabro, muy compenetrado con la leyenda. “El huaso le pidió cien mil pesos a cambio de su alma”, agregó. “¿Tan poco?”, se preguntó un compañero suyo. “Eran cien mil de esa época, hueón. Era caleta de plata”, explicó el cabro del relato. “Así que el Diablo le propuso un pacto al huaso. Le vendería su alma ese mismo día, a lo que el Diablo dijo que era muy pronto, por lo que acordaron al día siguiente. Entonces quedó firmado que a Bartolo Lara no se lo llevarían hoy, se lo llevarían mañana”.

La leyenda había sorprendido a todos: finalmente, el roto siempre volvía a citarse con el Diablo, y este siempre leía que “no lo llevaría hoy, sino que mañana”, por lo que se produjo una contradicción temporal en el pacto que le impedía al Diablo llevarse al huaso de manera indefinida, hasta el final de los tiempos, sencillamente porque el mañana nunca llega. La leyenda contada por el cabro era tan buena que acabé incluyéndola como actividad de lectura narrativa junto a las historias de Dubois y de Busca, solo que el cabro había sugerido otra cosa en su lugar: “¿Y qué tal si ahora hacemos un pacto, profesor?”, propuso, desafiante. Intuía de qué se trataba, pero quería escucharlo de boca del propio cabro. “El pacto será que hoy día no siga escribiendo, sino que mañana, y mañana sí completaremos la materia”. Dicho esto, los compañeros del cabro aplaudieron, como apoyando la moción y apañando a este legítimo heredero de Bartolo Lara, en su versión de estudiante de literatura. Confieso que, en su momento, lo encontré demasiado ingenioso, aunque el alcance metafórico de su talla vendría después, cuando efectivamente los vea el día de mañana y vuelvan con el mismo chiste y me vuelva la versión docente del “colaeflecha”. Acaso el profesor se convierte en un Diablo para sus alumnos, cada vez que intentan pactar con él. Acaso la leyenda chilena revive en el alma joven del estudiante que reproduce su narrativa.

miércoles, 10 de abril de 2024

Poema de otoño

Poema inédito de hace más de trece años:

Poema de otoño
Todo demasiado oscuro
para leer la corroída intimidad de una hoja de papel en otoño
ese nebuloso vacío dibujado tímidamente
con las huellas de un lenguaje sin carne.
Las luces encendidas abrigan
la paciencia de los que callan sin nada que esconder.
Silencio, sólo por el placer de palpar el hermetismo de unos labios
y la palidez de un secreto no dicho ni escrito.
La memoria que cabe en un haz de luz
destiñe los rincones de un encierro perfecto ¡el mío!
Aquel que me permite la ventaja
de reciclar los nombres y las promesas
vencidas por el desenfreno y la inexistencia.
Ahora, ellas anhelan con hambre animal
el fuego de aquellas luces ingratas,
Desean la absurda y erótica descomposición
de una hoja de papel marchita, confundida
entre una pila de hojas otoñales.
¡Qué vergüenza! La del espacio en blanco
Libre de su acrisolada matriz.
Todo se reduce a la ilusión de destilar la sombra que somos,
renunciando a una luminosa mortalidad.
Solo persistirá, a pesar de nosotros,
la fecunda labor destructiva de un Sol escarlata
y la insaciable sed de oscuridad de las palabras.
Todo nuevamente vacío, extrañamente festivo
voy creando muros al pensar
llenando los abismos que mi cuerpo no comprende
y el mundo en su faceta otoñal conspira
para que lo escrito sea enterrado
desnudo de sentido en el asfalto racional,
la materia oscura de todos los tiempos y espacios.
Todo demasiado oscuro
para descifrar la corroída pizca de interioridad
de una hoja de papel en otoño.
En este, mi verdadero encierro perfecto
que me permite el ocio de reciclar los nombres y las promesas
vencidas por el desenfreno y la inexistencia.
¡Qué marchita metáfora!
La de la hoja en blanco y el maldito lápiz que la posee
derramando, convidando a todos los ausentes.

Cuadro: Emil Nolde, 1924. Atardecer de otoño.

Y sus relatos cayeron por su propio peso, suponiendo que alguna vez lo tuvieron...

martes, 9 de abril de 2024

Los Trinitarios y la narcodevoción: Chile, altar de sacrificio

Al desbaratar la banda delictual "Los Trinitarios", en la toma Nuevo Amanecer de Cerrillos, se reveló la existencia de altares llenos de motivos religiosos y cubiertos con sangre de animales. El hedor, según decían, era insoportable, al momento del allanamiento. Quienes investigaron a Los Trinitarios hablaron de una verdadera "narcodevoción", e incluso afirmaron que estos delincuentes hicieron lo que hicieron "en nombre de Dios", actuando bajo un juramente de fe. Se dice que son llamados así, en alusión directa a la Santísima Trinidad o en relación a los tres padres fundadores de República Dominicana. Estos trinitarios habrían cometido, según los antecedentes, tráfico de armas, tráfico de drogas y lavado de dinero, y las distintas ofrendas encontradas en la toma tenían el propósito de "hacer de la tierra el cielo". Las rayas en la casa allanada representarían las líneas de cocaína, uno de los productos "milagrosos" de la banda.

Tras la revelación de estos delincuentes y sus prácticas recordé aquella novela de Fernando Vallejo: La virgen de los sicarios. En efecto, acá en Chile no se habían visto crímenes de esta envergadura ni rituales de esta naturaleza, cometidos con tanto desparpajo, pero la cosa en México y en otros países de Centroamérica, prácticamente ya es parte del acervo cultural, muy a pesar de sus instituciones. Es conocida la ligazón entre la mafia latina y la religiosidad popular católica. En la novela de Fernando Vallejo, por ejemplo, era la devoción por María Auxiliadora. En el caso de Los Trinitarios se trataba de El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Hay una hibridación única en el narco mundo, una manera de entender la fe desde un territorio impune, limítrofe de la ley, porque, en su fuero interno, ellos se encomiendan a lo divino y creen ciegamente en que lo que hacen es lo correcto.

¿Será que para estos maleantes exista algo así como un Narco paraíso? ¿Que, confesión mediante, tengan garantizada su salvación, pese a sus vicios en la tierra? Con el compadre Pablo Rumel conversábamos sobre el alcance bizarro, macabro y surrealista del asunto. Porque el fenómeno puede tener explicaciones de índole sociopolítica y de legislación inmigratoria, pero la cuestión de los rituales, en nuestro imaginario, puede llevar a pensar en "fuerzas oscuras" a nivel de inconsciente, digamos, fuerzas subterráneas más allá de la comprensión racional, algo así como una patología organizada o, si se me permite decirlo, un "egregor" negativo, propio de una época de descalabro. No sería descabellado asumir, en base a estos hechos, que se precipita una crisis sin retorno, aires de guerra en el mundo y enemigos internos carcomiendo por dentro la nación. Chile parece estar viviendo en carne viva aquellos pasajes literarios de Fernando Vallejo o del propio Ricardo Piglia. Un puro paseo a través de los casos recientes podrían conformar lo más granado y bizarro de sus páginas.

domingo, 7 de abril de 2024

"En Valparaíso, existe un culto al lumpen". Lucy Oporto.

"En Valparaíso existe un culto al lumpen, entre ciertos artistas y escritores, desde hace tiempo. Suponen que representa una forma de cuestionamiento y desafío al sistema. El culto a la figura de Émile Dubois, el psicópata idealizado, es un ejemplo antiguo de esto. Sus víctimas eran personas adineradas. Ésta es una de las razones de su santificación populachera.

Esa lumpenización estetizada, o esa especie de arte lumpenizado que emerge de dicha forma de idolatría, es favorable a una complacencia en el crimen, y a su legitimación cuando es conveniente, lo cual es un índice más de la ausencia tanto de Estado como de una cultura y de una conciencia dignas de ser tales."

sábado, 6 de abril de 2024

Texto publicado hace más de diez años, inspirado en la figura de Layne Staley. 22 años de su partida:

Al revisitar el ácido de Layne Staley, casi uno puede aseverar nuevamente esa verdad en el aire, esa consigna que emanaba de ese sonido: "Perseguimos mentiras mal impresas". Eran las verdades que cantaban, como espinas que se hicieran paso entre sus gargantas hasta salir florecidas al exterior. La verdad como un síndrome que se padece o deja de ser, no como la doncella del castillo, no como la luz de la caverna. Deber ser esa verdad, atestiguar su combustión interna, y renacer en cada crucifixión. He ahí la filosofía, me dije, mientras me consuelo en la muerte inmortal de todos los cantantes del rock and roll.

viernes, 5 de abril de 2024

Treinta años de la partida de Kurt Cobain: Aún huele a espíritu adolescente

A treinta años de la muerte de Kurt Cobain, comparto una reflexión que escribí hace diez años, sobre la importancia de su música en mi propio proceso creativo:

Ahora que hago un recuento, un rewind de mi experiencia en esto del naufragio de escribir, todo comenzó con el rock and roll. De hecho, partí escuchando desde el fenómeno grunge, la "nueva ola rock" noventera, pasando por el heavy metal de los ochentas hasta llegar a los grandes clásicos de la era hard rock y la onda psicodélica/progresiva. Partí escribiendo intentos de canciones, inspiradas en las de Nirvana. No sé por qué esa rabia hermanaba tanto, siempre existe algo en los abismos personales que nos hermana. Si hubiera seguido escuchando música de baile probablemente no estaría escribiendo acerca de ficciones, desventuras ni maldiciones.

En esa misma época, casi de forma sincrónica descubrí a los beats, y luego a los poetas chilenos: Lira, Parra, De Rokha, Teillier, Lihn. Primero el rock, pasando por el beat para llegar a las palabras "ajustadas al abismo", el abismo de vivir en el culo del mundo, en un colegio de provincia a la punta del cerro, y armando un culto al rock que iba sumando capas al espíritu subterráneo, solo con la sangre, con el polvo, sin tener idea de que todo era parte del mismo circo, y mejor que no hubiera idea, solo bastaba esa necia pero vital caravana de resguardar y difundir una especie de amalgama "rock/poesía" como evangelicos de la juventud. Todo lo concerniente al curriculum no era sino el telón de fondo de ese latido escondido.

Una de la tantas "misiones" que nos proponíamos con un amigo, consistía en asaltar la radio escolar. En realidad, después de eso la prestaban, pero existía toda una mística en tomar la radio por asalto y plagar ese nicho de flaites de buen rock. Como desvaríos de profetas sin mensaje ni tierra, sentíamos a los anti rock como paganos que hubiera que convertir. Mientras tanto, uno se sentía la rara avis, algo así como el Tristan Tzara de ese grupo de hijos de proletarios idólatras del ruido. En fin, nada nos aseguraba que en esas misiones algo cambiara, pero no importaba.

Era la intuición de que toda tentativa de figurar, de éxito, de fama, nos llevaba de inmediato a la trinchera del otro lado, un poco la manía que atormentaba a Kurt Cobain durante su carrera, la de admirar a las bandas en sus inicios y aborrecer el que salieran "a flote" en la marea mediática, a riesgo de vender el alma al diablo comercial. Siempre fue su miedo. El éxito fue su cruz. El idiota miedo escénico era solo una forma de darle profundidad al aburrimiento, una forma ingenua de dejarlo todo, sin la expectativa de ninguna inteligencia ni alguna clase de don, solo la oscuridad tocándose a sí misma, rebobinando nuestros deseos y desengaños.