sábado, 12 de marzo de 2022

"Quiero que me dejen en paz. Quiero sentarme en la hierba. Quiero montar en mi caballo. Quiero follar con una mujer desnuda en la hierba del monte. Quiero pensar. Quiero rezar. Quiero dormir. Quiero mirar las estrellas. Quiero lo que quiero. Quiero prepararme mi propia comida, con mis propias manos, y vivir así. Quiero leer libros. Quiero escribir libros, libros en los bosques. Thoreau tenía razón; Jesús tenía razón. Todo está mal, yo lo proclamo y que se vaya todo al infierno. No creo en esta sociedad; pero creo en el hombre. Así que, oye, arréglatelas con tus propios huesos".

Jack Kerouac, un siglo.

jueves, 10 de marzo de 2022

Dostoievski ¿cancelado por ruso?

Una Universidad de Milán tomó la decisión de suprimir un curso sobre Dostoievski, a raíz del actual conflicto en Ucrania, según dicen, para evitar cualquier tipo de polémica, ya que se trata de un momento de fuerte tensión política. Yo digo: ¿Qué culpa tiene la literatura y la cultura rusa del proceder de sus gobernantes? Es más: ¿Qué culpa tiene la literatura y la cultura en general del proceder de sus políticos? ¿No será que la obra de Dostoievski está ahí justamente porque tiene mucho que decir respecto a la cultura y a la nación rusa, más allá de las diatribas bélicas? ¿Con qué moral se impone a toda la historia de una nación ese criterio de censura en la contingencia? ¿No será que hoy más que nunca se debería hablar de Dostoievski, por ejemplo, con su novela Crimen y Castigo, que representa ficcionalmente la miseria psicológica del ser humano? Dostoievski, en Los hermanos Karamazov, mostró la innegable maldad de la inquisición, la acción del Diablo en el seno de la sociedad y la esperanza en la resurrección de los muertos. Mostró en Los endemoniados cómo una nación entera puede verse encaminada hacia el abismo, si no busca antes la salvación. Previó, con una agudeza bestial, el escenario de un mundo sumido en el nihilismo. Es ese el mundo que vivimos hoy: un mundo que parece perfectamente retratado por el escritor ruso, un mundo sin Dios, y los hombres en él se disputan una miserable cuota de poder para sublimar su vacío interior. Escribía Dostoievski en Memorias del subsuelo: “En definitiva, ni siquiera sabemos dónde habita ahora la «vida real», ni qué es, ni por qué nombre se la conoce. Déjennos ustedes solos y sin libros y en seguida nos haremos un libro, nos extraviaremos. No sabremos qué partido tomar, a qué agarrarnos, qué amar y qué odiar, qué respetar y qué despreciar. Hasta encontramos difícil ser seres humanos, hombres auténticos, de nuestra propia carne y hueso; nos avergonzamos de ello, creemos que es ignominioso, e intentamos convertirnos en una especie nunca vista de hombres generalizados”.

miércoles, 9 de marzo de 2022

¿Y qué pasaría si te dijera que la guerra fue nuestro único destino, y todo el desastre ya se avizoraba, latente, en nuestra paz apócrifa?

lunes, 7 de marzo de 2022

"En la guerra todos mueren”, dijo una alumna en clases. Lo cierto es que el contexto bélico nos sirve de pretexto reflexivo. En efecto, en la guerra siempre se muere, pero la vida misma también puede ser una guerra, consigo mismo o entre los otros.
"No debería ser descabellada la propuesta de conceder a Vladimir Putin el próximo Nobel de Medicina. La llamada invasión de Ucrania ha surtido el prodigioso efecto de que los medios occidentales hayan dejado de hablar del Covid, o de víctimas mortales derivadas del Covid, o de hospitalizados por causa de la enfermedad, ni de medidas precautorias que, al menos en lo que se refiere a las imágenes que nos ofrecen del conflicto ucraniano, no se están siguiendo. Es una prueba más de cómo la rana hervida lo acepta todo sin oponer resistencia crítica. Las opiniones públicas de países como el nuestro aceptan sin rechistar la versión oficial de las mismas instituciones estatales que nos mienten y engañan a diario. Si dijeran que los rusos están lanzando elefantes voladores en las ciudades ucranianas, la mayoría lo creería. El desistimiento moral e intelectual de una parte de la población europea prefigura un futuro de pesadilla".

¿Se darán cuenta los ucranianos de que están siendo usados como carne de cañón por Biden y la Unión Europea? – Alerta Digital

domingo, 6 de marzo de 2022

viernes, 4 de marzo de 2022

No hay escritura posible que pueda superar la brutalidad de la realidad.
Primero, el enemigo de la humanidad era un virus chino. Ahora, lo es el líder ruso. Los medios tratan de mantener el mayor tiempo posible en el ojo público esta neo Guerra Fría, devenida Tercera Guerra Mundial y Estados Unidos vuelve a la carga con su manía por crear enemigos y mantener su ya moribunda hegemonía.

domingo, 27 de febrero de 2022

No es nuestra guerra (extracto)

"EUU ha seguido el camino opuesto en todos los sentidos, el camino de la guerra indiscriminada, el camino de la vergüenza de su historia y su pasado, el camino de la división social y, le pese a quien le pese, a diferencia de Rusia, América se precipita inexorablemente hacia el fin de su hegemonía mundial y hacia su descomposición interior. Militarmente, ha desgastado sus fuerzas en guerras absurdas y criminales que nada tenían siquiera que ver con sus propios intereses nacionales, sino con los de Israel y los grupos financieros que han acabado por capitanear su política exterior. Nadie recuerda cuando ganó su última guerra y su derrotismo fáctico, que tan de manifiesto quedó en su reciente y patético abandono de Afganistán, después de sostener un esfuerzo bélico colosal durante años, desmiente cualquier intento de su propaganda por enaltecer su poderío militar y pone en evidencia cual es el único poder real y efectivo que aún posee el bloque: la propaganda.

Una propaganda capaz de hacer creer a las masas que EEUU moviliza a la OTAN siguiendo razones de orden moral para salvar a Ucrania, como la paz mundial, los derechos humanos, la democracia y todas esas paparruchas demagógicas. El mismo EEUU que ya con Obama declaró que su ejército estaba por encima del bien y del mal, y no iba a permitir que ningún tribunal internacional juzgase a sus tropas por crímenes de guerra. El mismo EEUU que prometió ayuda al pueblo húngaro cuando se alzó en armas contra la tiranía soviética y luego dejó que los tanques rusos aplastasen los huesos de los rebeldes, no sólo en completa pasividad, sino impidiendo que países que sí querían tomar partido al lado de Hungría, como la España de Franco, pudiesen desplazar efectivos hasta la frontera húngara. El mismo EEUU que doblega el espinazo ante Israel cada vez que éste invade, ocupa y se anexiona territorios palestinos, o viola sistemáticamente las resoluciones de la ONU (ningún estado ha violado tantas). El mismo EEUU que hace dos días apoyaba sin tapujos al Estado Islámico contra el gobierno legítimo de Siria… Y con el mismo interés que hoy respalda a Ucrania".


jueves, 24 de febrero de 2022

No es la guerra que esperaba "Occidente"

- ¿A qué nos referimos al aludir a “Occidente”?

Se trata de un concepto caduco y vacío generado durante la “Guerra Fría”, que supone la comunión de intereses entre Europa y los Estados Unidos. Este concepto dejó de tener sentido tras la caída de la URSS, cuando la OTAN se quedó sin adversario. El “eje atlántico” se mantuvo con vida gracias a la creación de enemigos más o menos ficticios (el “terrorismo internacional”, “Saddam Hussein”, “Afganistán”…) y, en lugar de disolverse como “alianza militar”, la OTAN apuntó contra Rusia durante el período de gobierno de Boris Eltsin, agregando a antiguos miembros del Pacto de Varsovia. Si hoy, Rusia estuviera dirigida por un alcohólico irresponsable -como lo estaba entonces- Ucrania haría tiempo que formaría parte de la OTAN. El problema para “Occidente” es que Rusia ha reconstruido su poder militar y económico. E, igualmente, “Occidente”, cada vez es más una entelequia inviable que se reduce a un conjunto de intereses económicos, no siempre convergentes.